Por Martín Poblete

La reciente visita de una delegación de miembros de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, encabezada por la Diputada Alexandria Ocassio-Cortez (Demócrata/ Nueva York), reactivó interés en aspectos de la relación bilateral Chile-Estados Unidos en tiempos del gobierno del Presidente Salvador Allende, y posteriores al golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, que pudieran seguir cubiertos por el secreto (clasificación/confidencialidad) característico de las actividades de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (USCIA/U.S. Central Intelligence Agency). En estos asuntos siempre es posible saber más, siempre se puede encontrar dónde antes se pasó de largo, si bien desde los Estados Unidos se suele pensar que el tema estaría agotado.
La primera investigación fue la iniciada en la Cámara de Representantes; en el seno del Comité de Relaciones Internacionales, se acordó investigar cuestiones más allá de los canales regulares en la relación bilateral con Chile, asignando la tarea al Subcomité de Asuntos Interamericanos, en principio no parecía una decisión muy auspiciosa. Los subcomités son mirados como subterfugio para «sacarse un pillo», como quedó marcado por una frase en este sentido del Presidente Lyndon Johnson (1063-1969).

Sin embargo, esta vez los chilenos
estuvimos de suerte, por la rotativa interna en los cargos en el aparato de la Cámara de Representantes, la presidencia (chairmanship) del subcomité recayó en el diputado Dante Fascell (demócrata/Florida).
El subcomité sesionó el 1° de julio y 15 de octubre de 1971; 11 de septiembre de 1972; 6 de marzo, 20 y 25 de septiembre, 11 y 31
de octubre, y 7 de diciembre, de 1973; y 5 de agosto, 17-18 de septiembre de 1974. Este trabajo fue publicado con el título United States and Chile during the Allende Years 1970-1973 (675 páginas, Washington DC 1975).
En edición generosamente anotada por la asistente del señor Fascell, Joan C. Sullivan, está toda la documentación presentada por quienes concurrieron a las audiencias, posteriormente este material ha sido usado en los más importantes trabajos de académicos especializados, particularmente Mark Falcoff, Paul E. Sigmund y Arturo J. Valenzuela.

La única parte que no ha estado disponible corresponde a las presentaciones del entonces Director de
la CIA William E. Colby, y de otros altos funcionarios de dicha entidad; sus declaraciones fueron recibidas en sesión ejecutiva bajo protección clasificada; los esfuerzos de académicos, y de activistas investigativos como Peter Kornbluh, recurriendo al Acta de Libertad de Información han permitido desclasificar partes significativas del material protegido por sesiones ejecutivas clasificadas.
Foto izquierda el ex secretario de Estado de EE UU, Henry Kissinger, es recibido en su despacho por el dictador Augusto Pinochet.
Las publicaciones del destacado periodista Jack Anderson en el Washington Post, y de Seymour Hersh en el New York Times, a las cuales se agregaron extensos trabajos de académicos en Foreign Affairs y Foreign Policy crearon la percepción de algo inconcluso en el trabajo del Subcomité de la Cámara de Representantes, el resultado fue la formación del Comité del Senado para Investigar actividades de Inteligencia en Chile presidido por el Senador Frank Church (Demócrata/Idaho), con el poder de citación y
convocatoria del Senado se llegó a todos los lugares dónde no pudo hacerlo el subcomité mencionado. Entre varios momentos memorables valga recordar aquel cuándo el Jefe de Estación de la CIA en Santiago (1971-1974) intentó identificarse por su nombre de código «Félix», siendo interrumpido por el Senador Charles Percy (Republicano/Illinois): «Wait a minute, please», así
supimos que el verdadero nombre de dicho funcionario era Henry Heckscher.
De todas maneras, el Director y altos funcionarios de la CIA declararon bajo protección clasificada; en este punto, bien vale leer cuidadosamente las memorias autorizadas de uno de los directores de la CIA en la época Richard McGarrath Helms: A Look Over My Shoulder; y la biografía no autorizada escrita por Thomas Powers: The Man Who Kept the Secrets.
Queda un asunto sobre el cual será muy difícil conseguir desclasificación de ninguna especie, los trabajos de la Estación Santiago de la CIA acerca de las operaciones de la KGB de la Unión Soviética en Chile por la misma época, esto cae en el espesamente neblinoso universo de la contrainteligencia, la protección clasificada tiende a ser absoluta según lo exigía el legendario Director de Contrainteligencia de la CIA James J. Angleton. Nada se pierde con intentarlo.