Triste y con cara de abandonado el Presidente Gabriel Boric espera en La Moneda que lo vayan a ver y le firmen el Compromiso histórico en favor de la democracia, pero nadie se aparece ni siquiera por el Patio de los Naranjos. La presidenta de Evopoli Gloria Hutt dejó entrever que en el bloque de la derecha se discutirá la posibilidad de firmar el documento pero siguiendo los pasos del ex mandatario Sebastián Piñera no participar en un acto privado en este sentido (patriótico o patriotero) la próxima semana.

Hutt está muy inquieta porque piensa que puede ser «altísima» Temprano este jueves, la timonel de Evópoli, Gloria Hutt, señaló en Cooperativa que junto al bloque discutirán la opción de firmar el compromiso del Gobierno pero no asistir a una ceremonia especial la próxima semana, imitando así el gesto de Piñera, pues dijo estar inquieta porque «la probabilidad de que el clima sea hostil es altísima».

También se ha hablado de un encuentro institucional en el Congreso Nacional el lunes 11 de septiembre (Día del Golpe) entre los mandatarios de Chile Vamos (derecha) y las autoridades, pero todo se ha descartado por ahora.

No existe el ánimo suficiente de aparecer juntos a cercanos o «colegas políticos» porque la verdad es que todo esto ya no existe. Nadie sabe bien que harán los siete Mandatarios que llegarán del extranjero en visita oficial a Chile y no sería bueno o positivo que lo hicieran directamente «al ring casi invisible» existente entre La Moneda y el Congreso Nacional. Sería mal visto, desde luego. Los que vienen son hasta ahora: Frank-Walter Steinmeier (Alemania), Alberto Fernández (Argentina), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Gustavo Petro (Colombia), Manuel López-Obrador (México), Marcelo Rebelo de Sousa (Portugal) y Luis Lacalle Pou (Uruguay).

El Presidente reconoció que le había planteado a la oposición suscribir el documento en otro lugar o en otro momento, y aún así no hubo la más mínima disposición. 

Bueno, dijo Boric, antes de darse por vencido, «esto no se trata de una declaración más o una declaración menos; se trata de un compromiso hacia el futuro, y estos dimes y diretes creo que al final terminan alejando a la ciudadanía de lo relevante, que es la valoración de la democracia, que como hemos visto en los últimos sondeos de opinión, está en riesgo».

Reiteró que «no hay intento de imposición de una historia oficial» en el documento del Ejecutivo: «Hay hechos que han sido conocidos por todos y que se inscriben en la historia de nuestro país, como los mencionados en el Informe Rettig y el Informe Valech, que son indiscutibles, pero sobre los procesos históricos cada uno puede tener su visión».