Por Sara Mabel Villalba de Nueva Sociedad

El próximo 30 de abril Paraguay acudirá a las urnas para elegir un nuevo presidente de la República. Además de la elección del primer mandatario, también se votará la renovación del Senado y de la Cámara de Diputados, gobernadores y miembros de juntas gubernamentales.

La elección presidencial tiene como principales candidatos a Santiago Peña, de la Asociación Nacional Republicana (ANR, nombre oficial del Partido Colorado), y al liberal Efraín Alegre, de la denominada Concertación para un Nuevo Paraguay. Si bien se presentan otras nueve candidaturas, las de Peña y Alegre son las que acaparan la atención y las que cuentan, al menos en sondeos preliminares, con mayor intención de voto. Ambos postulantes tienen el respaldo de partidos tradicionales (el Colorado y el Liberal Radical Auténtico, PLRA), que cuentan con una buena cantidad de afiliados y de recursos, algo de lo que carecen el resto de las fuerzas políticas que participan de la contienda electoral. Aun así, otras candidaturas, como la del ex-senador Paraguayo Cubas y la del ex-ministro del Interior, Euclides Acevedo, podrían restar votos tanto a Alegre como a Peña.

Fuerzas en disputa

El Partido Colorado es una fuerza central en estas elecciones. Y lo ha sido en todas las demás. Los colorados, que llevan como candidato a Santiago Peña, detentan hoy la jefatura del Estado, a cargo de Mario Abdo Benítez, y así lo han hecho durante 76 años. Desde 1947, los colorados han gobernado el país –tanto bajo gobiernos civiles como militares– y fueron también el soporte político de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). El actual presidente Abdo Benítez es, de hecho, el hijo del secretario privado de Stroessner y fue criado al amparo de la dictadura. El poder de los colorados solo mermó en 2008, cuando se produjo un breve periodo de alternancia tras el triunfo del obispo progresista Fernando Lugo, pero esta experiencia fue interrumpida abruptamente en 2012 mediante un procedimiento parlamentario de destitución exprés que estuvo plagado de irregularidades.

En la elección del año siguiente (2013), los colorados volvieron al poder y volvieron a exhibir su sólida estructura política, basada en una lógica de poder cimentada de manera casi exclusiva en el aparato del Estado y en el clientelismo electoral. Este ha sido uno de los factores que ha contribuido en gran medida a su éxito en las diferentes contiendas electorales, amén de otros elementos de orden histórico y cultural.

Efraín Alegre es el candidato opositor. Se presenta por la Concertación para un Nuevo Paraguay, que reúne a la mayor parte de las fuerzas que antagonizan con los colorados. El conglomerado es ciertamente amplio, en tanto está compuesto por partidos y movimientos muy heterogéneos y distintos entre sí. En la alianza confluyen el PLRA –presidido por el propio Alegre–, el Partido Revolucionario Febrerista (PRF) –de corte progresista–, el Partido Encuentro Nacional (PEN) –de tendencia socialdemócrata–, el Partido Patria Querida (PPQ) –de derecha y conservador–, entre otros.

Las candidaturas expresan proyectos políticos distintos y, en los últimos tiempos, evidencian un proceso de polarización que atraviesa a la sociedad paraguaya.

El candidato colorado

El camino de elección del candidato colorado no fue fácil, en tanto el partido vive una división entre dos de sus principales referentes: el actual presidente Abdo Benítez y el ex-mandatario Horacio Cartes. Las acusaciones entre las dos principales figuras coloradas han sido explícitas y se han centrado en diversas denuncias de corrupción. Abdo Benítez ha insistido en que Cartes hace política gracias a su dinero «proveniente del contrabando», sobre todo de cigarrillos, mientras que Cartes ha afirmado que el actual presidente dirige una campaña en su contra que ha redundado en una serie de sanciones impuestas por Estados Unidos.

El ex-presidente Cartes, impulsor de la campaña de Peña, tiene un historial complejo. En junio de 2022 fue acusado por Estados Unidos de obstruir una investigación internacional sobre el crimen organizado (presuntos lavado de activos y conexión con organizaciones terroristas). La sanción implica la no admisibilidad del afectado y de sus familiares más cercanos en territorio estadounidense. Meses después, en enero de 2023, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones financieras a Cartes, por lo cual este tiene bloqueado el uso del sistema financiero estadounidense, además de no poder hacer negocios con empresas de ese país, entre otras medidas. El ex-presidente se vio obligado a renunciar a todas las acciones de su grupo empresarial y a dejar de utilizar la marca «Grupo Cartes», bajo la cual funcionaba un conglomerado de más de 40 compañías de distintos rubros. Todo esto afectó al Partido Colorado.

Al otro lado de la vereda surge Efraín Alegre, actual presidente del PLRA, dirigió la cartera de Obras Públicas y Comunicaciones durante el gobierno de Lugo. Alegre presenta un perfil centrista, con algunas tonalidades progresistas. Se integró al Partido Liberal Radical Auténtico siguiendo los pasos de su líder, Domingo Laíno, opositor a la dictadura de Stroessner.

Esta es su tercera postulación como candidato a la Presidencia. En esta oportunidad, Alegre ha logrado conformar un espacio amplio para buscar la alternancia en el poder.

Durante su campaña, Alegre ha dirigido los dardos contra Peña, apuntando sobre todo a la cuestión de la corrupción. «¿Qué Paraguay queremos para nuestras familias? ¿El Paraguay de Cartes, la mafia y la corrupción o un Paraguay de esperanza?

En esta coyuntura incierta, las encuestas de intención de voto tampoco aportan claridad. Los resultados de estos sondeos varían de acuerdo con quién contrate y pague a las firmas consultoras responsables. En los dos últimos meses, las encuestas han arrojado resultados disímiles: unas hablan de un triunfo de Peña, otras de uno de Alegre y algunas aventuran un empate técnico entre ambos contendientes. En concreto, estos sondeos son parte de las estrategias de marketing electoral. Debido a esta situación, en la Cámara de Senadores se ha presentado un proyecto de ley para regular la publicación de encuestas y establecer mecanismos que garanticen la transparencia, el rigor científico y la identificación del financiamiento.

(*) Es llicenciada en Ciencias de la Comunicación y magister en Ciencia Política por la Universidad Nacional de Asunción, Paraguay. Publicado en Nueva Sociedad.