Por Martín Poblete

A sus marcas, como en el atletismo, la instalación del Comité de Expertos dejó al nuevo proceso constitucional en su punto de partida.
Es un comienzo muy distinto al del farsesco y fracasado experimento refundacional anterior.
Las autoridades en sus puestos, las comisiones estructuradas con sus respectivos presidentes, en días venideros iremos conociendo el itinerario de trabajo con la mira puesta en el 7 de mayo próximo, cuando se elegirán los cincuenta convencionales cuya misión será evaluar y decidir acerca de las propuestas de los expertos. Mientras tanto, dos temas de alta y pesada carga semántica someterán a prueba la capacidad de entendimiento y trabajo de dichos expertos.
El estado social de derecho es una idea de izquierda de origen reciente, algunos de sus rasgos los plantearon los partidos socialdemócratas europeos del período posterior a la Segunda Guerra Mundial, si bien la idea fuerza de mayor impacto en ese momento fue la economía social de mercado.
Posteriormente, el concepto de un estado social de derecho reapareció en España durante el gobierno del líder socialista Felipe González; volvió a tener otra vuelta por el ruedo en los gobiernos de los señores Rodríguez Zapatero y Sánchez Castejón, con algunos tonos gramscianos, en esta última forma nos llegó a nosotros. El asunto será discutido en las comisiones, muy probablemente de alguna manera llegará a los convencionales constituyentes.
El principio de subsidiariedad tiene larga historia, sus orígenes se vinculan a las cesiones de derechos y privilegios a los burgueses de las ciudades por los reyes medievales post-carolingios; ha sido parte de innumerables debates teóricos en la historia de las ideas en Occidente, instrumento limitante del poder del Estado y sus dignatarios en beneficio de las instituciones y organizaciones intermedias de la sociedad civil.
El Reverendo Adam Smith, un teólogo moral, le dedicó un par de páginas en el último capítulo de La Riqueza de las Naciones. Reapareció en España en discursos y trabajos del líder social cristiano Joaquín Ruiz Jiménez en la fase final del régimen del General Franco, estuvo al centro de unmemorable debate en las Cortes (parlamento español) entre el ministro de hacienda Rodrigo Rato y el destacado político socialista catalán Josep Borrell, en el primer gobierno del líder conservador José María Aznar.
Sin duda, será analizado y discutido por los expertos, llegará a conocimiento de los convencionales, en alguna forma estará en el texto constitucional.
Tropezón Tributario.
Cada uno tendrá sus propias explicaciones al desastre de este miércoles en la Cámara de Diputados, teóricamente estaban las cuentas para conseguir aprobar la idea de legislar, estrechamente; al final, se perdió por unos pocos votos mientras el presidente Gabriel Boric andaba de viaje por el norte, cualquiera reposición deberá esperar un año.
Esta pieza de legislación fue descrita como fundamental en el plan del actual gobierno. Si, así se la entendía, el señor Boric debió haber jugado todo el poder de la institución portaliana en el centro de nuestro andamiaje institucional, la Presidencia de la República, para obtener su aprobación, obviamente no lo hizo.
En similares circunstancias, otros presidentes no dudaron en trabajar personalmente materias de legislación consideradas fundamentales para sus respectivos gobiernos, así sucedió con Patricio Aylwin. En otros tiempos, Eduardo Frei Montalva, Jorge Alessandri, y el General Carlos Ibañez del Campo, recibían por la puerta de Morandé 80, los visitantes que subían al departamento presidencial en el segundo piso del Palacio de La Moneda, y se trataban asuntos de Estado.
El ministro de hacienda Mario Marcel comparte responsabilidad con el presidente Boric. Durante su paso por el Fondo Monetario Internacional y también en nuestro Banco Central, Marcel fue monetarista. Pero en su cargo de gobierno ha vuelto a ser el socialista de siempre.
Ahora deberá repensar sus planes si quiere sacar adelante importante legislación y ya en el trimestre final del año deberá proponer la Ley de Presupuesto.