Más de 15 millones de personas en Lagos compiten por todo, desde electricidad para sus hogares hasta un espacio en autobuses atestados, a menudo para viajes de dos horas para el trabajo en esta enorme ciudad. Incluso algunos niños nigerianos son enviados a la escuela desde las 5 de la mañana.

El crecimiento de la población también plantea desafíos enormes para los países más pobres, donde es más acentuado.