Por Walter Krohne
Las violentas manifestaciones, llena de acciones delictuales, especialmente ocurridos en la Región Metropolitana ha dejado un saldo, en las últimas 24 horas, de 195 detenidos, 15 saqueos y 150 eventos de alteración del orden público.
El alcalde de Puente Alto, Germán Codina, de la comuna más dañada y afectada por los desórdenes de anoche y esta madrugada, emplazó al Gobierno por los graves hechos.
El presidente Gabriel Boric intenta defenderse como gato de espaldas, pero le es difícil porque la violencia que el mismo impuso como sistema para anotar logros políticos, como ocurrió hace años en las manifestaciones estudiantiles que él ayudó a crear, impulsar y a desarrollar en 2011.
En 2006, la socialista Michelle Bachelet, también debió enfrentar enormes protestas de alumnos secundarios, al comienzo de su mandato, en lo que se conoció como “La revolución de los pingüinos”.
Al igual que ahora, el principal reclamo de los estudiantes era que el Estado brindara una educación pública gratuita y de calidad, y que se prohibiera el lucro en la educación privada.
En la actualidad, el 25% del sistema educativo es financiado por el Estado. El 75% restante depende de los aportes de los estudiantes.
La gratuidad educativa sólo está garantizada en el nivel básico. A partir del secundario, las escuelas pueden cobrar cuotas. En tanto, todas las universidades –tanto las públicas como las privadas- cobran aranceles.
El comienzo de todo
Las bases del actual sistema educativo chileno fueron sentadas durante el régimen militar de Augusto Pinochet. En 1981 Pinochet reformó el sistema universitario, eliminando la educación terciaria gratuita.
A partir de entonces, los alumnos dispuestos a ir a la universidad no tienen los fondos para costearlo, deben pedir créditos, ya sea estatales (si van a la universidad pública, que recibe algunos aportes del Estado) o bancarios (si estudian en un instituto privado). En este mundo de «país revuelto» se creó el criticado CAE (crédito con Aval del Estado)
En 1990, Pinochet también promulgó la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), que redujo el rol del Estado en la educación al de un mero regulador, y delegó la enseñanza en el sector privado lo que dio pie al negocio de las “escuelas y universidades empresa”.
Así, en los últimos treinta o cuarenta años hubo un boom de escuelas privadas o subvencionadas (público-privadas), que hoy día acogen al 60% de los alumnos primarios y secundarios. Las escuelas públicas pasaron a la órbita de las municipalidades, algo que impactó fuertemente en su calidad educativa.
En tanto, en el nivel terciario también surgieron una treintena de universidades privadas.
Muchos de los estudiantes más pobres, que por provenir del sistema educativo municipal sacaron notas más bajas en la prueba de selección universitaria que las requeridas para poder ingresar a la universidad, fue calificado de perverso por una mayoría que ahora tiene el mando en La Moneda, pero que tampoco reacciona abiertamente hoy a favor de las grandes reformas que requiere este país, que no son sólo educacionales, sino también sociales, laborales, de salud pública, económicas y de crecimiento, agrario, industrial y comercial.
La situación de Boric
A Boric le ha costado gobernar no por falta de una política de Gobierno que sea estable y realmente de cambios, sino que definitivamente por desconocimiento y falta de esta política tan necesaria para el país. Este es el gran reclamo que se le hace, pero no solamente al mandatario sino a sus dos coaliciones que no tienen gente preparada para cubrir estos espacios deficitarios. Entre ellos está el ya pasado de moda Partido Comunista que en lugar de ayudar, entorpece la marcha de la política.
Sin embargo la educación dejó de ser un mecanismo de movilidad social en Chile y pasó a ser lo contario: un sistema de reproducción de la desigualdad”, como la BBC ha señalado apoyándose en opiniones de expertos. Hoy, los vándalos no son esencialmente estudiantes, sino que pobladores de escasos recursos que provienen de poblaciones y que aprovechan estas situaciones políticas para asaltar, saquear y robar. Muchos de ellos están vinculados además al narcotráfico, para lo que el gobierno no tiene tampoco respuesta.
¿Por qué los sucesivos gobiernos de la Concertación y las dos administraciones de Sebastian Piñera no cumplieron con los pedidos de los estudiantes de ofrecer educación gratuita?
Según los expertos no es un problema de falta de dinero. Con el precio del cobre –la mayor exportación del país- a precios récord durante muchos años- los fondos estaban disponibles. Así parece ser la consecuencia de un problema netamente ideológico, porque los distintos gobiernos, tanto de centroizquierda como de centro derecha prefirieron mantener la misma lógica neoliberal que convirtió a Chile en un país rico y dejaron que el mercado regulara el sector educativo.
Los jóvenes de hoy que protagonizan estas marchas y desmanes como los de anoche, son en parte creaciones de la izquierda actual de la cual surgieron los partidos de la Nueva Mayoría. Como son de otra generación, no vivieron la dictadura, de modo que no tienen miedo de nada, ni del estatismo o de un gobiernos progresista que quiere decir mucho pero no hace ni concreta poco o nada.
Es por esto que todo parece indicar que la nueva generación de jóvenes quieran continuar llevando sus reclamos a las calles de Santiago y de todo Chile.
Los carabineros y las palabras de Boric
Sin embargo ahora las cosas, miradas desde La Moneda, se ven diferentes. El presidente Boric necesita fijar ahora nuevas reglas de juego y para eso tiene que aplicar medidas duras que no van con el mundo progresista actual, y son en el fondo las mismas que se han tomado en los últimos 30 o 40 años.
Boric le pidió al subsecretario del Interior Manual Monsalves ir personalmente a a Puente Alto y constatar «los daños» ocurridos ayer durante los saqueos para buscar fórmulas destinadas a reparar los graves daños en conjunto con la comuna afectada.
El Presidente condenó este miércoles los «hechos delictuales» ocurridos durante un nuevo aniversario del 18 de octubre (levantamiento social en Chile en 2019), asegurando que buscarán sanciones para quienes «destrozan y violentan a las personas».
«Quiero que sepan, lo digo de manera clara y categórica, que nuestro Gobierno no va a descansar hasta que quienes ilegítimamente se creen dueños de calles y destrozan y violentan a las personas, tengan la sanción que se merecen». «Lo dije ayer y lo repito, la legítima protesta que siempre robustece las democracias no puede ser sinónimo de violencia.
Quiero ser muy claro y explicito dijo Boric: Carabineros tiene no solamente todo nuestro respeto, sino todo nuestro respaldo para el resguardo del orden público y para el combate frontal a la delincuencia. En esto no hay doble estándar». «Recalcar que no hay oposición, no hay dicotomía entre el respeto a los Derechos Humanos y ejercer y hacer valer el estado de derecho. Eso es lo que los carabineros y carabineras de Chile pueden saber y tener la tranquilidad de que cuentan con nuestro respaldo para, en el marco del estado de derecho, combatir con toda la fuerza de la ley y con uso exclusivo y la atribución exclusiva de la fuerza que les concede la Constitución política de la República a la delincuencia que no vamos a permitir que siga creciendo», recalcó