El exdirigente soviético Mijail Gorbachov, artífice de los primeros pasos de la Rusia moderna, murió este martes en un hospital de Moscú a los 91 años de edad.
Gorbachov ha fallecido tras una larga enfermedad, según el Hospital Clínico Central, informó la agencia Interfax. Este líder dirigió la Unión Soviética entre 1985 y 1991, primero al frente del Comité Central del Partido Comunista y del Soviet Supremo y ya después como presidente.
Para mal y para bien la figura de Mijaíl Gorbachov está íntimamente ligada al final de la Guerra Fría y la desintegración de la URSS. Sorprendió al mundo con sus reformas y estuvo en el corazón de la caída de la Unión Soviética, publicó este martes la BBC de Londres.
Mijaíl Gorbachov, el exdirigente soviético que puso fin a la Guerra Fría, murió a los 91 años, según informaron este martes agencias de noticias rusas que citan fuentes hospitalarias.
Padecía una larga y grave enfermedad, según indicó el hospital donde falleció a medios rusos.
Será enterrado en el cementerio Novodevichy de Moscú, lugar de descanso de muchos rusos prominentes, junto a su esposa Raisa fallecida en 1999, indicó la agencia de noticias rusa Tass.
El presidente ruso, Vladimir Putin, expresó sus más profundas condolencias por la muerte de Gorbachov, dijo su portavoz, Dmitry Peskov, a la agencia Interfax.
Gorbachov se ganó la aclamación de la comunidad internacional y recibió el Premio Nobel de la Paz en octubre de 1990 por su papel en la finalización de la Guerra Fría y la reunificación de Alemania.
Según algunos analistas, su error consistió en pensar que podía reformar y, a la vez, mantener la Unión Soviética tal y como estaba, agregó el comentario de la BBC de este martes.
El mismo Gorbachov analizaba así su papel en la caída del bloque soviético:
«A pesar de todos los males y miserias actuales, los rusos, y en general la gran mayoría de los ciudadanos de los países de la ex órbita soviética, prefieren vivir en una sociedad libre y democrática, como la que hoy disfrutan, a la situación que vivían bajo el comunismo. Ese es el marco en el que puedo encuadrar mi responsabilidad en mi etapa como exmandatario de la Unión Soviética».
Perestroika y Glasnost
Una vez que llegó al poder, Gorbachov lanzó dos estrategias para tratar de impedir el colapso de la Unión Soviética, que parecía inminente.
Según el líder, el país necesitaba una perestroika o reestructuración económica.
«Se están quedando rezagados tras el resto de la economía. Sus productos de mala calidad son una desgracia», les dijo a los líderes del Partido Comunista.
La perestroika iba acompañada de otra estrategia, glasnost, que se tradujo como apertura o transparencia.
En efecto, bajo su mandato aumentaron la tolerancia de credo y pensamiento y la divulgación de noticias nacionales e internacionales.
Emprendió además una campaña para democratizar el Partido Comunista y permitir el pluripartidismo.
En cuanto a la política exterior, Gorbachov se centró en poner fin a años de Guerra Fría y firmó varios acuerdos con los gobiernos estadounidenses de Ronald Reagan y de George Bush para el control de armas nucleares.
El mandatario también puso fin a la ocupación soviética de Afganistán, regularizó las relaciones diplomáticas con China, e incluso se alió con Estados Unidos durante la Guerra del Golfo en 1991.
El colapso
A finales de la década de los 80, Gorbachov enfrentó su más dura prueba: la Unión Soviética comenzaba a resquebrajarse.
En julio de 1989, anunció que los países miembros del Pacto de Varsovia podían decidir su propio futuro.
En Polonia, Lech Walesa asumió el poder y, en septiembre, Hungría abrió sus fronteras hacia occidente sin respuesta alguna de las tropas soviéticas.
En noviembre de ese mismo año, el curso de la historia europea cambió: el muro de Berlín cayó y, poco después, Alemania se reunificó.
En marzo de 1991, las repúblicas bálticas de Lituania, Estonia y Letonia se independizaron de Moscú.
En un principio, Gorbachov intentó evitarlo por la fuerza, pero la ola independista se propagó por todos los países miembros del Pacto de Varsovia.
La caída del Muro de Berlín fue el símbolo más poderoso del fin derrumbe del bloque socialista.
Gorbachov fue acusado por los miembros de su partido de línea dura de haber dejado ir a los países bálticos y de socavar los fundamentos del Partido Comunista y de la Unión Soviética.
En agosto de 1991, Mijaíl Gorbachov fue retenido en su villa de verano en Crimea por un grupo de delegados del Partido Comunista que intentó forzarlo a renunciar e impedir la firma del nuevo acuerdo que reemplazaba la estructura central soviética por una más federal.

El primer presidente ruso (autodesignado) Boris Yeltsin junto al actual presidente Vladimir Putin, (designado por él) en el año 2000.
El entonces presidente de la Federación Rusa, Boris Yeltsin, denunció el golpe y reunió apoyo para Gorbachov.
El apoyo de Yeltsin fue clave para que Gorbachov conservara el poder, pero no pudo hacerlo por mucho tiempo.
El aún secretario general regresó a Moscú, pero estaba políticamente debilitado.
En diciembre de 1991 y tras la independencia de Ucrania, Yeltsin declaró la disolución de la Unión Soviética y el establecimiento de la Comunidad de Estados Independientes.
Cuatro días después, el día de Navidad, Mijaíl Gorbachov renunció a su cargo.
La URSS había dejado de existir.