El gobierno de Rusia ofrece una amnistía a los presos en cárceles rusas si aceptan unirse a las filas del ejército que combate en Ucrania. Esto ante la falta de personal, en una guerra que ya le ha costado la vida a entre 30.000 y 45.000 soldados rusos.

Agencias de noticias internacionales entregaron informes desde una colonial penal de San Petersburgo cuando esperaban la visita de oficiales, pensando que sería algún tipo de inspección estatal. Sin embargo no era así porque los visitantes eran militares que les ofrecieron a los presos una amnistía y un perdón por los delitos -crímenes – cometidos siempre y cuando aceptaran ir a Ucrania a luchar junto al ejército de Rusia.

Durante los días siguientes, aproximadamente una docena de hombres abandonó la prisión, que según familiares de algunos de ellos habían aceptado “la oferta” del Estado ruso de cambiar la cárcel por el crudo cambo de batalla.

Mientras Rusia sigue sufriendo pérdidas humanas en la guerra contra Ucrania, que ahora se acerca a su sexto mes, el Kremlin se ha negado a anunciar una movilización en toda regla, como una medida que podría ser muy impopular para el presidente Vladimir Putin. Pero eso ha llevado a un esfuerzo de reclutamiento encubierto que incluye la utilización de prisioneros para compensar la falta de personal militar.

Esto, tras diversos informes de que centenares de soldados rusos se niegan a seguir combatiendo y tratan de abandonar el ejército.

“Estamos viendo un gran flujo de personas que quieren abandonar la zona de guerra, los que han estado sirviendo durante mucho tiempo y los que firmaron con el Ejército un contrato recientemente”, dijo Alexei Tabalov, jefe del departamento legal de la Escuela de Conscriptos, un grupo de ayuda.

El grupo ha visto una afluencia de solicitudes de hombres que quieren rescindir sus contratos, “y personalmente tengo la impresión de que todos los que pueden están listos para huir”, dijo Tabalov a la agencia estadounidense Associated Press (AP).

Aunque el Ministerio de Defensa niega que se estén realizando “actividades de movilización”, las autoridades parecen estar haciendo todo lo posible para impulsar el alistamiento. Vallas publicitarias y anuncios de transporte público en varias regiones proclaman: “Este es El Trabajo”, instando a los hombres a unirse al ejército.

Las administraciones regionales están formando “batallones de voluntarios” que se promocionan en la televisión estatal. El diario ruso de negocios Kommersant publicó sobre la existencia de al menos 40 entidades de este tipo en 20 regiones, donde se ofrecen salarios mensuales equivalentes a entre 2.150 y 5.500 dólares, más bonificaciones.

La AP vio miles de vacantes en sitios web de búsqueda de empleo para varios especialistas militares.

El ejército británico dijo esta semana que Rusia formó una nueva e importante fuerza terrestre llamada 3er Cuerpo del Ejército a partir de “batallones de voluntarios”, que buscan hombres de hasta 50 años y que solo requieren una educación secundaria, al tiempo que ofrecen “bonos en efectivo lucrativos” una vez que son desplegados en Ucrania.

No es la primera vez que las autoridades utilizan una táctica de este tipo. La Unión Soviética empleó “batallones de prisioneros” durante la Segunda Guerra Mundial.

Rusia tampoco está sola. Al principio de la guerra, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy prometió amnistía a los veteranos militares tras las rejas si se ofrecían como voluntarios para luchar, aunque no está claro si el plan tuvo una respuesta positiva.