El aliado del expresidente Donald Trump, Steve Bannon, fue hallado culpable este viernes por un jurado federal de desacato criminal al Congreso en Washington.

Bannon, arriba en la foto con su abogado David Schoen, es culpable de dos cargos de desacato criminal por negarse a comparecer ante el comité de la Cámara que investiga la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio y los eventos que llevaron al ataque de seguidores de Trump en el que perdieron la vida 5 personas.

De acuerdo con testigos que estaban presentes en la sala de la corte federal del Circuito del Distrito de Columbia al momento de leerse el veredicto, Bannon sonreía.

Los cargos son: negativa a presentarse ante un comité del Congreso y negativa a entregar documentos solicitados para una investigación parlamentaria.

Cada cargo conlleva un mínimo de 30 días de cárcel a un máximo de un año. La audiencia de sentencia será el 21 de octubre, según indicación del juez que lleva el caso, Carl Nichols.

A la salida del tribunal, Bannon aseguró que «perdimos esta batalla, pero no vamos a perder esta guerra», anunciando que su defensa apelará la decisión alcanzada.

El abogado de David Schoen dijo que en las próximas instancias se «demostrará» cómo el Departamento de Justicia se sobrepasó en su función y «malgastó» recursos público para procesar lo que describió como una «falta menor».

Schoen criticó que el argumento de que el «privilegio ejecutivo» de las comunicaciones de Bannon con Trump haya sido desestimado por el Congreso. En realidad, el juez Nichols ignoró la estrategia citando precedentes legales en acusaciones criminales.

El comité del asalto al Capitolio  dijo que Trump  prefirió ver por TV lo que pasaba y «no hizo nada para detenerlo o evitarlo»

El comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio acusó a Trump este jueves de estar en el centro de una conspiración múltiple para anular su derrota ante Joe Biden en la contienda electoral de 2020.

El comité ha presentado pruebas de audio y vídeo, así como el testimonio en directo de dos exfuncionarios de la Casa Blanca, ahondando en la inacción de Trump durante un lapso crucial de más de tres horas para evitar el desastre.

Trump podría haber sido la «única persona» con el poder de detener la invasión, «y decidió no hacerlo», ha dicho un asesor del comité a los periodistas tal y como lo ha recogido la cadena estadounidense CNBC.

El comité del asalto al Capitolio asegura que Trump siguió la invasión por Fox News y «no hizo nada para detenerla».

A su vez Sarah Matthews, exsubsecretaria de prensa de Trump, testificó que el expresidente podría haber hecho una declaración a los estadounidenses y detener la violencia «casi instantáneamente» si hubiera querido. También testificó que Trump se resistía a enviar un mensaje de paz a los sublevados tal y como ha recogido la cadena CNN.

¿Quién es Bannon?

Es un exconsejero de Donald Trump, a quien ayudó a llegar a la Casa Blanca el 20 de enero de 2017. Ese día, el candidato republicano, que ganó las elecciones de 2016, recibió su investidura presidencial como 45º presidente de los Estados Unidos de América, en sucesión del demócrata Barack Obama.

Bannon ahora se sentará en el banquillo de los acusados en un juicio en Washington acusado de desacato por negarse a testificar sobre el asalto al Congreso ocurrido el 6 de enero de 2021.

A sus 68 años, este antisistema comulga con las ideas de la extrema derecha que lo llevó, gracias a Trump, a la cima del poder.

Fácilmente reconocible por su cabellera canosa, que recientemente decoloró, Bannon es acusado de «obstruir las prerrogativas de investigación del Congreso».

Se le acusa de haber ignorado la citación de la comisión parlamentaria que busca depurar responsabilidades en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. En la víspera, Bannon predijo que se desataría «el infierno». Hablaba por teléfono con Trump, señal de que seguía siendo cercano al presidente republicano mucho después de que este último lo apartara de la Casa Blanca.

Hay más pruebas de los vínculos entre ambos: el exinquilino de la Casa Blanca, justo antes de partir, indultó al que fuera su colaborador en otro caso en el que se le acusaba de presuntamente haber malversado fondos destinados a la construcción de un muro en la frontera con México.

En los meses previos a la victoria electoral de Trump en 2016 Bannon comenzó a denunciar un orden mundial controlado por las élites políticas y financieras. Unas ideas que defendía dirigiendo el polémico sitio de información Breitbart, plataforma de la «derecha alternativa», un movimiento asociado a tesis conspirativas e integrado en parte por activistas convencidos de la superioridad de la raza blanca.

La entrada de Bannon en la Casa Blanca en 2017 suscitó protestas de asociaciones antirracistas, que recordaron los innumerables artículos incendiarios publicados en Breitbart, que rozaban el antisemitismo, alimentaban la nostalgia por la bandera confederada o denunciaban el multiculturalismo.

«La extrema derecha racista y fascista está representada» en el Despacho Oval, tuiteó John Weaver, cercano al republicano moderado John Kasich.

Otros demócratas citaron acusaciones de Mary Louise Piccard, exesposa de Steve Bannon, de que su exesposo se había negado a enviar a sus hijos a un colegio debido a la presencia de judíos. Él lo negó.

«No soy un supremacista blanco, soy un nacionalista, soy un nacionalista económico», dijo Bannon en una primera entrevista en la Casa Blanca.

A lo largo de los meses, el «presidente Bannon» nunca obtuvo el apoyo de la prensa, a la que llamó «partido de oposición», ni de las «élites», a las que prometió sacudir. Y tenía muy mala relación con el yerno de Donald Trump: Jared Kushner.

Fue expulsado del gobierno en agosto de 2017 a raíz de unos actos violentos en la ciudad de Charlottesville, Virginia, durante una concentración de activistas de la derecha radical.

Bannon trabajó también como banquero de inversiones en Goldman Sachs en la década de 1980 y llegó a fundar un pequeño banco de inversiones, Bannon & Co, adquirido por la Société Générale. De ahí pasó a Hollywood.

En la década de 2000, comenzó a producir películas políticas, sobre Ronald Reagan o el Tea Party (sector ultraconservador del Partido Republicano).

Conoció entonces a Andrew Breitbart, fundador del sitio del mismo nombre, y se unió a la guerra del Tea Party contra el ‘establishment’ político estadounidense, tanto demócrata como republicano.

En los últimos años, Bannon ha ampliado sus horizontes y ha mostrado un fuerte apoyo a los partidos nacionalistas o de extrema derecha en Asia, América Latina y, en particular, en Europa, donde se reunió con Marine Le Pen.