Las autoridades estadounidenses informaron que el presunto atacante de este lunes en Chicago, autor de una nueva y sangrienta balacera, fue acusado de 7 cargos de asesinato en primer grado. Horas antes, la policía dijo que evadió su captura inicial mezclándose con la multitud que huía despavorida.
La policía informó este martes que el hombre armado que disparó contra los asistentes de un desfile del Día de la Independencia en los suburbios de Chicago ha sido acusado de siete cargos de asesinato en primer grado y se anticipan más cargos en el futuro.
“Anticipamos docenas de cargos más centrados en cada una de las víctimas”, dijo el fiscal estatal del condado de Lake, Eric Rinehart, en una conferencia de prensa.
Si el autor de este atentado, Robert Crimo, es condenado por estos siete cargos, dará lugar a una cadena perpetua obligatoria sin posibilidad de libertad condicional, dijo Rinehart. El funcionario dijo que mañana pedirán al juez que detenga a Crimo «sin posibilidad de fianza».
En otra conferencia, horas antes, las autoridades detallaron que el hombre disparó más de 70 veces y evadió la captura inicial mezclándose con la multitud que huía disfrazándose con ropas de mujer.
Los nuevos detalles surgieron el martes cuando los agentes del FBI rastreaban en el interior de los botes de basura y debajo de las mantas de picnic durante la búsqueda de más pruebas en Highland Park, una comunidad próspera y unida a orillas del lago Michigan.
El ataque cobró la vida de al menos sieta personas. Inicialmente, los disparos del agresor se confundieron con fuegos artificiales antes de que cientos de asistentes huyeran aterrorizados.
¿Qué se sabe del atacante de Highland Park?
El presunto atacante, identificado como Robert Crimo, de 21 años, cuya familia vive en Highwood, justo al norte de Highland Park, fue arrestado el lunes después de horas de persecución policial.
El joven, indicaron las autoridades, planeó el ataque durante semanas y vestía ropa de mujer para escapar.
“Creemos que planeó este ataque con anticipación durante varias semanas”, dijo el subjefe de policía, Christopher Covelli.
“Crimo estaba vestido con ropa de mujer y los investigadores creen que lo hizo para ocultar sus tatuajes faciales y su identidad y ayudarlo a fugarse entre las otras personas que huían del caos”, indicó el oficial.
El oficial detalló que el hombre armado disparó decenas de rondas de balas con un arma semiautomática desde una terraza.
«Llevó un rifle de alto poder a este desfile, accedió al techo de un negocio a través de una escalera de incendios y comenzó a abrir fuego», indicaron las autoridades.
Covelli dijo que el pistolero disparó más de 70 rondas con un rifle «similar a un AR-15» que había comprado legalmente.
Las huellas que dejó el atacante en sus redes sociales
Covelli dijo que aún no se había establecido el motivo del ataque.
Las autoridades están investigando las publicaciones y videos, muchos de ellos con inquietantes contenidos, que el sospechoso publicó en sus cuentas de redes sociales.
Las publicaciones online del joven sospechoso incluyen contenido violento que aludía a armas y tiroteos. Un video de YouTube publicado hace ocho meses presentaba caricaturas de un hombre armado y personas a las que disparaban.
Una voz en off decía «Tengo que hacerlo».
El joven fue capturado unas ocho horas después del tiroteo luego de una breve persecución en automóvil.
El tiroteo ha dejado en shock al exclusivo suburbio. «Todos todavía estamos shockeados», dijo la alcaldesa Nancy Rotering al programa Today de NBC.
«Todo el mundo conoce a alguien que se vio afectado por esto directamente», indicó la alcaldesa que aseguró que conocía personalmente al presunto atacante cuando él era un niño Scout.
«¿Cómo alguien se pudo transformar en una persona tan enojada, tan odiosa para luego desquitarse con personas inocentes que literalmente estaban pasando un día en familia?», se preguntó Rotering.
El último de los tiroteos
El tiroteo del 4 de julio fue solo el último en romper los rituales de la vida estadounidense. Las escuelas, las iglesias, las tiendas de comestibles y ahora los desfiles comunitarios se han convertido en campos de exterminio en los últimos meses.