La celebración del día nacional de Estados Unidos se vio empañada en Chicago tras registrarse una nueva balacera, esta vez en la ciudad de Highland Park, en la periferia de la ciudad. El tradicional desfile del 4 de julio fue el escenario del tiroteo que deja hasta ahora un saldo seis muertos y 24 heridos que han sido hospitalizados, según fuentes policiales.

El ruido de los disparos provocó una estampida de los asistentes ante el temor de ser atacados. Algunos medios afirman que el número de personas con impacto de bala asciende a nueve.

El autor del tiroteo es un hombre blanco de entre unos 18 y 20 años y está prófugo, informó la Policía en una rueda de prensa.

El comandante Chris O’Neil pidió a los vecinos que buscaran refugio porque se considera que el autor del tiroteo podría estar aún en las cercanías «armado y ser peligroso».

La policía afirmó que el sospechoso usó un «rifle de alta capacidad» para disparar contra el público en un acto «muy aleatorio», «muy intencional» en un día «muy triste», añadió Christopher Covelli de la policía del condado de Lake, al que pertenece Highland Park. El arma que usó el sospechoso fue encontrada en el tejado desde el que disparó y desde el que consiguió huir. «Todo indica a que era muy discreto y que era difícil verle», detalló Covelli.

Algunos asistentes han subido vídeos a las redes sociales en los que se puede ver el caos generado por el tiroteo. En ellos, los asistentes corren desesperadamente para intentar huir del lugar.

Highland Park, una zona residencial ubicada a unos 40 kilómetros de Chicago en el que viven unas 30.000 personas, es una localidad de población mayoritariamente de raza blanca y clase media-alta y alta, que vota siempre por los candidatos demócratas. No es una zona marcada por la violencia, que suele concentrarse en el sur de Chicago, de población mayoritariamente afroamericana e hispana.

Al desfile habían acudido varias autoridades, incluido el gobernador de Illinois, el demócrata Jay Robert «J. B.» Pritzker, y el legislador demócrata Brad Schnider.

El presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró sentirse «conmocionado» ante un nuevo tiroteo masivo «sin sentido» en Estados Unidos. Biden prometió además seguir luchando contra «la epidemia de la violencia con armas de fuego» en el país, y dijo que ha ordenado a las fuerzas de seguridad federales que acudan a Highland Park, cerca de Chicago, para ayudar en la búsqueda del sospechoso

El tiroteo se produce en el marco de una ola de violencia armada que azota a  Estados Unidos, donde aproximadamente 40.000 personas mueren anualmente por armas de fuego, incluyendo suicidios, según Gun Violence Archive.

El debate sobre el control de armas, un tema profundamente divisorio en el país, se reavivó tras dos masacres en mayo en las que 10 personas de raza negra fueron baleados en un supermercado del norte del estado de Nueva York y 21 personas, 19 de ellos niños, fueron asesinadas en una escuela primaria en Texas.

Tras estos hechos, el Congreso logró aprobar la primera legislación significativa en décadas para intentar atajar el problema de las armas.

El presidente Joe Biden promulgó la ley a finales de junio y dijo que, si bien no era suficiente para enfrentar el problema de las armas de fuego, aun así salvará vidas.

Un día antes, los defensores de impulsar leyes más estrictas sobre control de armas de fuego sufrieron un revés con un fallo de la Corte Suprema que reafirmó el derecho a portar armas en público.