Los gobiernos de Suecia y de Finlandia han matizado que el memorando suscrito por Turquía y que teóricamente debía abrirles las puertas de la OTAN no es un cheque en blanco y han evitado confirmar las promesas que reclama ahora en público el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para completar la ratificación de la adhesión.

Los tres países suscribieron el martes un acuerdo que permitió a la OTAN extender formalmente una invitación de entrada a Suecia y Turquía coincidiendo con la cumbre de líderes de Madrid.

El martes, está previsto que se firme el protocolo de adhesión en Bruselas, paso previo a las 30 ratificaciones nacionales. Erdogan advirtió al término de la cumbre que no hay nada cerrado todavía y apeló a una serie de «promesas» que supuestamente trascienden a los compromisos genéricos que sí figuran por escrito.

Así, aseguró que Suecia ya ha aceptado extraditar a 73 «terroristas».

Sin embargo, el ministro de Justicia de Suecia, Morgan Johansson, no ha desmentido el dato de los 73, pero en declaraciones a la cadena pública SVT ha asegurado que son los tribunales «independientes» quienes aplican la ley y ha dejado claro que no cabe traslado alguno de personas con nacionalidad sueca.