Los delincuentes (coyotes) que internaron ilegalmente a EE UU (a Texas) a los migrantes del camión que fue hallado este martes en San Antonio, Texas, les cobraron sumas que comienzan en los 3.000 dólares y les dieron una garantía de tres meses para repetir el viaje —si fallaban— según un reporte del medio Vice News, que corroboró el acuerdo con dos fuentes (leer en KRADIARIO).

«Tres meses de garantía. Tres meses de intentos» era el pacto con los coyotes, según leyó el reportero en un grupo privado de WhatsApp por el que los traficantes se comunicaban con las personas que viajarían. Ese mensaje fue compartido al medio por uno de los coyotes, que trabaja para el Cártel del Noreste, una de las organizaciones criminales con más poder en el norte del estado de Tamaulipas, en México.

Esa persona explicó que el cartel monitoreaba la movilización de los 80 migrantes que fueron hallados el lunes muertos o moribundos en la cabina trasera de un camión de carga con acoplado.

La tarifa del Cartel del Noreste empezaba en 3.000 dólares para los mexicanos que ya estaban en la ciudad de Camargo. Pero para aquellos, cuyo viaje comenzaba en Guatemala u Honduras, llegaba hasta  los 8.500 dólares.

Según la Oficina del Forense del condado Bexar (en San Antonio), hasta este miércoles por la tarde habían recibido los cuerpos de 53 inmigrantes. Aún se desconoce la nacionalidad de todos, pero se sabe que la mayoría era de origen mexicano (al menos 27) y que el resto provenía de Guatemala (7) y Honduras (2). Las autoridades locales han catalogado lo ocurrido como el suceso con migrantes más mortífero que hayan visto en el estado. Algunos dicen que es el peor visto en el país.

«Hacemos un buen trabajo», se defendió el traficante que habló con Vice News. «Los dejamos con sus familias», recalca.

Otro migrante que viajó a principios de junio de este año con el Cartel del Noreste, confirmó los montos dados por el traficante. Él —que es de Zacatecas— pagó 3.000 dólares en dos cuotas para ser trasladado desde Nuevo Laredo, en México, hasta San Antonio. Entró a Estados Unidos oculto en un carro privado que lo llevó inicialmente hasta Laredo, en Texas. Ahí esperó durante una semana mientras se juntaban más personas. Cuando ya eran unos 30, los metieron en un tanque que iba pegado a un camión y comenzó el sofocante viaje.

La mayoría eran hombres, contó. «Se sentía lleno de gente (el camión)  y mucho calor. Tuvimos suerte», dijo. Así los llevaron hasta un punto de San Antonio que prefirió no precisar por seguridad. Sus familiares lo buscaron.

El camión hallado este lunes (leer en KRADIARIO) estaba detenido con las puertas semiabiertas en una zona industrial cercana a la interestatal 35, un corredor usado con frecuencia por los traficantes de personas. Un trabajador de la zona escuchó los gritos de auxilio y llamó a la policía casi a las 6:00 pm del lunes. Para entonces, las autoridades anticipaban que decenas de personas estaban muertas y que otro tanto apenas respiraba. Los sobrevivientes fueron trasladados en situación crítica a distintos hospitales de la zona.

El jefe de los Bomberos de San Antonio aseguró en una conferencia de prensa ese día que, aunque la cava en la que fueron hallados los migrantes tenía aire acondicionado, éste no estaba encendido. Por eso la mayoría murió por el golpe de calor y la deshidratación durante el viaje y la espera, en días en que las temperaturas en la zona rozaban los 100 grados Farenheit (casi 40 grados Celsius).

Las autoridades arrestaron a tres hombres: al chofer, identificado como Homero Zamorano, de 45 años, y a Juan Francisco D’Luna-Bilbao y Juan Claudio D’Luna-Méndez. Estos últimos enfrentan cargos por posesión ilegal de armas, aunque no está clara su relación con el caso de tráfico humano. El conductor del camión fue presentado este miércoles ante la corte.

La tragedia de San Antonio ocurre en momentos en que las cifras de migrantes arrestados en la frontera sur muestran números récords. Solo en el último mes registrado, mayo, fueron detenidas 239.416 personas, una cifra que no se había visto al menos en los tres últimos años.