Por Walter Krohne

Todo parece indicar que a la expresidenta Michelle Bachelet no le fue bien en su viaje a China ni tampoco en su actual función como Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos, porque “el resultado de esta misión” ha sido fuertemente criticado por algunos países y sectores de la organización Mundial con sede en Nueva York.

Tanto es así que sorpresivamente la ex presidenta de Chile anunció este lunes que no buscará renovar su cargo en el organismo que ocupa desde hace casi cuatro años y que está dispuesta a volver a Chile para quizá, según se ha señalado en sectores cercanos al suyo, poder encabezar la campaña constitucional por el ”apruebo” e indirectamente quizá convertirse en una de las asesoras centrales del recientemente asumido presidente Gabriel Boric. Así, en el frente oficialista y progresista han comenzado a soñar desde ya con una inédita campaña para el plebiscito constituyente de salida que como se proclama, la Constitución del Apruebo  “traería paz, justicia, trabajo y mejoras sociales”, lo que puede ser creíble para aquellos que aún no se han leído ningún capítulo del borrador de la nueva Carta Magna y que irán a votar sólo por lo que se les ha dicho: “Apruebo”.

El retorno a Chile de Bachelet inquieta a algunos círculos, tanto en Santiago como en Regiones, porque conocemos muy bien su personalidad igual que a varios de nuestros políticos y especialmente a aquellos que ocuparon la Primera Magistratura y que todos conjuntamente, incluida también Bachelet, por no ser eficientes para resolver las crisis sociales y humanas, de una u otra manera, nos llevaron al estallido social del 18 de octubre de 2019 del que hoy seguimos sufriendo las consecuencias.

La vocera de La Moneda de filiación comunista, Camila Vallejo, estaba eufórica este lunes y manifestó, al conocerse el retorno a la Patria de la ex presidenta, que valoraban mucho el trabajo que ella hizo en Chile y que ha hecho internacionalmente.

Pero avancemos poco a poco. Bachelet fue directora de ONU-Mujer, donde aparte de ayudar a crear la organización con “platas” internacionales y administrarla no se han conocido grandes avances, logros o acciones bajo su mandato en favor de las mujeres del mundo;  parece mucha “politiquería” y pocos hechos concretos. De allí surgió también la ex portavoz de Bachelet (en su segunda presidencia) Paula Narváez,  enviada por ella misma de vuelta a Chile para que fuera la candidata presidencial oficial del sector de la izquierda y el progresismo, pero “Paulita” como le dicen sus más cercanos, es muy poco carismática y vino sólo a perder elecciones (en esto..¿falló Michelle?). El partido Comunista impuso a sus candidatos Daniel Jadue y Gabriel Boric (Frente Amplio)  pero no resultó triunfante el más comunista, sino el más hábil, audaz y más inteligente y el que con su oratoria podía hacer milagros. Así de simple…esto es lo que ocurrió.

A Bachelet, su paso por la ONU, aparte de la ONU-Mujeres, se le puede recordar por su trabajo como defensora de los derechos humanos. El recuerdo de su reciente misión en China y del ejercicio del cargo globalmente es una conducta que se puede repetir en Chile, aunque de otra forma y modo. A  China se le acusa de haber detenido a más de un millón de uigures y otras minorías musulmanas, así como de esterilizaciones forzadas. Estados Unidos y muchos otros países, incluyendo Chile, califican las acciones de China en Xinjiang de “genocidio” y “crímenes contra la humanidad”, acusaciones que Pekín niega con vehemencia, pues afirma que sus medidas de seguridad son una respuesta necesaria al extremismo. Pero nunca se difundió todo esto como se hizo con otras violaciones en el resto del mundo. El caso chileno, es un buen ejemplo, en el cual se les echó casi toda la culpa de la situación violentista a los Carabineros.

Abiertamente se dijo que eran los principales actores de la violación de los derechos humanos, cuando se trataba de afrontar a miles de jóvenes violentistas, que incendiaban iglesias y edificios, atacaban automovilistas, buses y civiles que caminaban por las calles y saquaban supermercados y todo tipo de comercios establecidos.

La prensa internacional acusa además a Bachelet de haberse dejado manipular por China para impedir que la alta comisionada revelara hechos gravísimos que están ocurriendo en el país asiático, igualmente que en Ucrania y en el Cercano Oriente. Ciertamente Bachelet fue mucho más crítica con Chile que con los otros escenarios de violación de los derechos humanos.

Precisamente “estas misiones a medias” es lo que originan comentarios y su retorno a la Patria inquieta a algunos círculos. Pero, en la otra vereda, los frentes de izquierda y progresistas han manifestado su ilusión ante el papel  que cumpliría Bachelet en la campaña por el Apruebo del 5 de septiembre, de cara al Plebiscito de salida de la nueva Constitución, de la cual la ex Mandataria ha manifestado su voto favorable.

Todos sabemos que  su imagen en Chile es potente y le servirá al sector “apruebo” a decidir por un futuro para Chile que puede ser muy incierto y hasta peligroso. Ella no debería participar en este plebiscito porque tampoco ha sido parte de este proceso constitucional.