Hay mucho dinero en juego en el proyecto del banco español Santander porque lo que se pretende hacer es el traslado de su matriz (edificio corporativo) a Las Condes (acomodado barrio santiaguino). Si bien el proyecto se ve difícil, va también en desmedro del centro de Santiago que va perdiendo a grandes firmas y corporaciones que prestigiaban al sector histórico de Chile, como consecuencia de su deterioro a lo cual ha contribuido el estallido social, la delincuencia desatada y la pandemia.
Esta matriz bancaria ocupara un terreno de 9.000 metros cuadrados que la empresa Territoria tenía o tiene en Américo Vespucio Norte y Presidente Riesco en Las Condes. Territoria, empresa desarrolladora de proyectos de este tipo, estará a cargo del nuevo edificio corporativo que tendrá 12 pisos en superficie y 5 subterráneos. El proyecto considerará una inversión de US$ 350 millones y estará terminado en 2026 (unos 300.000 millones de pesos).
El plan mismo atraerá además a una serie de otras empresas de inversión u otros bancos que hoy ya están aburridas de operar desde un punto deteriorado como es la capital chilena que tiene tantos problemas y con autoridades que no han respondido como se esperaba. Si se emplea un poco la imaginación con este y otros proyectos estaría surgiendo en Las Condes una “nueva capital” o centro financiero de Chile.
En el centro de Santiago se observa el profundo deterioro como una huella de todo lo acontecido en los últimos tres años. Esto ha implicado el abandono y cierre de comercios, cafés fuentes de soda, pequeños comercios, oficinas de profesionales y múltiples servicios que daban vida a al sector céntrico.
Desde el Banco Santander aclararon al diario Pulso que frente al destino del edificio actual se iniciará un proceso internacional para venderlo. Para ello, dijeron, aún no hay ningún corredor contratado, pero esta operación parecería ser la más difícil del proyecto por el escaso interés que habría de iniciar nuevos negocios en un sector de la capital chilena tan dejado de lado y en decadencia total.
Los dos inmuebles que ocupa Santander en el centro, con helipuerto incluido, tienen un avalúo fiscal de cerca de 70.000 millones de pesos.
Santander cerró el año pasado con una dotación de 9.988 trabajadores, de los cuales 7.295 trabajan en la Región Metropolitana. En el actual edificio corporativo trabajaban cerca de 3.000 personas en su peak, número que ha descendido tras la pandemia. Del total de trabajadores del banco, el año pasado casi un 20%, 1.834 personas, tenían jornada parcial o teletrabajo.
Álvaro Ossandón, director de transacciones de JLL, piensa que la venta será compleja. “La vacancia de oficinas en el centro está en aumento, en niveles muy superiores al mercado en general”, dice. “Está costando encontrar empresas que se vayan al centro”, agrega.
Por lo mismo, cree que la colocación de un inmueble de estas características podría apuntar a un inversionista que lo arriende a terceros o a un usuario final. Y el arrendador natural, dice, podrían ser reparticiones gubernamentales. “Hoy es el Estado el gran tomador de metros cuadrados en el centro de Santiago”, afirma Ossandón.
El director de Kayco International Group, Marcos Kaplún, anticipa que si el edificio del Santander se vende para oficinas, será muy difícil darle un valor por el nivel de sobrestock que hay en el centro. De hecho, sostiene que hay miles de metros cuadrados desocupados en el sector.
Según datos de JLL, el inventario de oficinas en el centro de Santiago asciende a los 550.022 m2, lo que equivale al 16,2% del stock de la ciudad. “El mercado de Santiago Centro tiene una vacancia del 9,1%, lo que representa un 25% más que el trimestre anterior.