Por Walter Krohne

En un texto propuesto por convencionales de RN, FA, NN, Col. Socialista, INN, Pueblo Constituyente, Coordinadora Plurinacional y escaños reservados y fue aprobada la introducción de la propuesta constitucional, cuyo apruebo o rechazo se decidirá en un plebiscito obligatorio de salida el próxino 4 de septiembre.

El denominado Preámbulo contiene  cuatro párrafos consensuados por Renovación Nacional, No Neutrales, Independientes No Neutrales, Colectivo Socialista, Frente Amplio, Pueblo Constituyente, Colectivo del Apruebo, Coordinadora Plurinacional y escaños reservados.

Los redactores fueron Raúl Celis, Jorge Abarca, Jorge Baradit, Adriana Cancino, Elisa Loncon, María José Oyarzún, Fernando Salinas, Luis Barceló, Lisette Vergara y Mario Vargas.

Esta propuesta constitucional con el preámbulo  deberá ser votada en las próximas semanas en el pleno de la Convención y entonces tendríamos el llamado «borrador de la nueva Carta Magna para Chile» redactada por 154 constituyentes.

El texto del preámbulo

«Nosotras y nosotros, el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones, nos otorgamos libremente esta Constitución, acordada en un proceso participativo, paritario y democrático». — «Considerando los dolores del pasado y tras un estallido social, enfrentamos las injusticias y demandas históricas con la fuerza de la juventud, para asumir esta vía institucional a través de una Convención Constitucional ampliamente representativa».

«Con ello, hemos decidido mirar hacia el futuro con esperanza y cambiar nuestro destino sin importar el origen, condición o creencias de cada cual; para construir una sociedad justa, consciente de su relación indisoluble con la naturaleza amenazada por la crisis climática, que promueva una cultura de paz y diálogo, con un compromiso profundo por los Derechos Humanos, la justicia, igualdad y libertad». — «De esta manera, en ejercicio del poder constituyente, adoptamos la siguiente Constitución Política de la República de Chile».

El borrador de la Constitución ha sido fuertemente criticado en sectores políticos de derecha y de centro, pero también  progresistas,  por señalar que Chile es un estado plurinacional cuando en toda su historia ha sido una república unitaria;  por haberse eliminado el Senado órgano estatal que nació con la República  y que ahora fue calificada como «cámara espejo» frente a la Cámara de Diputados;  por no satisfacer la forma en que funcionará el poder judicial que para agunos expertos ha quedado debilitado y disminuido;  con la creación de una Cámara de las Regiones en reemplazo del Senado, cuyas funciones no está completamente determinadas o claras; y por las fuertes dudas existentes de como se va a llevar adelante las promesas sociales, especialmente las de vivienda, salud y educación, cuyo financiamiento sería estatal y sin participación importante o significativas de privados como ha sido hasta ahora. El tema de la salud es especialmente preocupante porque en la práctica desaparecerían las isapres que han jugado un papel fundamental en este campo.

El concepto de «Democracia paritaria» también aparece como exajerado, especialmente cuando se dice que todos los órganos colegiados del Estado, los órganos autónomos constitucionales y
los órganos superiores y directivos de la Administración, así como los directorios de las empresas públicas y semipúblicas, deberán tener una composición paritaria que asegure que, al menos, el cincuenta por ciento de sus integrantes sean mujeres. Esto aparece un poco exagerado, porque lo importante en un estado como Chile no es el número de mujeres o de hombres sino que sean los más capaces para asumir determinadas funciones públicas y/o privadas. Los mejores significa que pueden ser las mejores mujeres o los mejores hombres, pero eso del 50% de mujeres y hombres es un punto complicado en un estado como Chile, cuyo acceso a la universidad no es del ciento por ciento de quienes terminan la enseñanza medias, especialmente por los costos.

Lo mismo en la vivienda considerando el inmenso déficits habitacional que hay en Chile y que el estado no va a poder financiar.

En el exterior observan los pasos que da Chile

Firmas internacionales especializadas en el área financiera como Fitch Rattings y JP Morgan afirman que el borrador de la nueva Constitución no despeja la incertidumbre y endurecen las críticas al texto.

“No aclara completamente cómo las nuevas disposiciones afectarían el entorno para los negocios o el funcionamiento del gobierno”, dijo Fitch, y también expresó sus dudas sobre si el proceso constitucional podrá ser suficiente para “abordar las tensiones sociales”. Por su parte, JP Morgan lamentó que el Estado deje de tener un rol subsidiario y así abrir paso a un proceso para “socavar la protección relativa de los derechos de propiedad, particularmente en el caso de expropiación”.

Las clasificadoras de riesgo y los bancos de inversión extranjeros siguen de cerca el debate constitucional en Chile, a pocos meses de que se lleve a cabo el plebiscito para aprobar o rechazar la propuesta. Ahora fue el turno de Fitch Ratings, que estima que el borrador sigue generando incertidumbre para la economía. JP Morgan, en tanto, endureció sus críticas al texto. No obstante, la clasificadora también se refirió a lo que podría ocurrir si se impone el Rechazo el próximo 4 de septiembre.

“El apoyo para abordar la desigualdad a través de una nueva Constitución fue fuerte en el plebiscito de 2020, lo que significa que podría surgir una nueva iniciativa de reforma si es que gana el Rechazo. Esto extendería la incertidumbre sobre las implicaciones para la economía, la gobernabilidad y la formulación de políticas, y podría reducir la efectividad del proceso como canal institucional para el descontento social”, se planteó en el seno de las empresas financieras que prestan asesorías en todo el mundo.

Por otro lado, Fitch sostuvo que el documento no entrega claridad en temas como la forma de gobierno y los poderes del Estado, considerando los frenos y contrapesos entre estos; los derechos de propiedad; y estima que los derechos sociales consagrados en el borrador podrían tener para el Estado “implicaciones fiscales significativas”.

En esa línea y a modo de ejemplo, Fitch sostuvo que a ellos no les queda claro que el pagar el “precio justo” por la expropiación es lo mismo que el valor de mercado y comentó que la nueva legislación medioambiental podría aumentar el costo o los riesgos legales para las empresas, teniendo un efecto en desalentar la inversión en empresas como las mineras.

Además, el documento de Fitch agregó que las nuevas facultades de la Cámara de Diputadas y Diputados podría facilitar la aprobación de iniciativas evaluadas negativamente para la economía, como el retiro de dinero desde los fondos de pensiones.

De todos modos, el informe de Fitch Ratings valoró que las propuestas “más radicales” no hayan quedado en el borrador, y destacó que el estallido social haya tenido una respuesta institucional por medio del proceso de una nueva Constitución.

Una nueva mirada de JP Morgan

JP Morgan ya había manifestado sus aprensiones acerca del borrador de la nueva Constitución en Chile y este martes volvió a analizar el texto, pero con una mayor profundidad y endureciendo el tono de sus críticas.