Por Walter Krohne
La reportera de la Señal 3 de TV de La Victoria, Francisca Sandoval (29), murió en la ley y destino que pueden tener muchos reporteros en el mundo. Ella fue víctima de un disparo que recibió el 1 de mayo cuando cubría una de las tantas marchas en el contexto del Día de los Trabajadores. Pero esta misma semana, en otra parte del mundo, se registró también el “macabro turno” contra la periodista palestina del canal de televisión Al-Yazeera, Shireen Abu Akleh (51), reconocida corresponsal del medio qatarí.
Ambas fueron silenciadas a balazos. La palestina, y por coincidencia con parientes también en Chile, murió cuando cubría una redada del Ejército israelí en la ciudad cisjordana de Jenin. El canal de noticias afirmó que portaba casco y chaleco de prensa, pero que igualmente las fuerzas israelíes la mataron «a sangre fría.
Y aquí en Santiago ¿a quién podemos culpar de la muerte de Francisca Sandoval….? ¿a un manifestante que estaba con prisión preventiva domiciliaria y que justamente en el Día del Trabajo disparaba como un loco en el barrio Meiggs de Santiago de Chile matándola con un tiro en la cabeza??, o ¿al narcotráfico?, o ¿al gobierno (Ministerio del Interior) que no controla la situación de violencia que vive Chile desde el norte al sur? o ¿a la justicia chilena que no sabe dónde están sus procesados o condenados?….pero ¿quien es realmente culpable de la muerte de esta valiente reportera?
El trabajo reporteril es maravilloso cuando existe vocación, pero ciertamente es muy arriesgado. Hay que tener mucha decisión y valentía y siempre, en cualquier lugar del mundo, estos avezados periodistas están arriesgando sus vidas, ya sea en Cisjordania, en Jenin, o en Santiago de Chile, en Meiggs. Por todo esto pasaron Francisca y Shireen Abu Akleh.
Estas representantes de la prensa internacional que lo entregan todo para llevar a las casas de millones y millones de lectores o televidentes, las noticias, lo más reales posibles, sobre lo que está ocurriendo en cualquier parte del mundo, no deberían necesariamente pagar con la muerte.
Francisca trabajaba para el Canal 3 de la población la Victoria en la comuna de Pedro Aguirre Cerda, donde los problemas sociales, de pobreza y de inseguridad abundan en extremo. Shireen Abu Akleh lo hacía en otro escenario y murió en la madrugada de este miércoles, un día antes que Francisca. Ambas dejaron la vida tras ser brutal y fríamente asesinadas con proyectiles disparados por enajenados.
La comunicadora «mártir» chilena captaba las imágenes de un grupo de “comerciantes” que comenzó de pronto a realizar disparos en contra de manifestantes del 1 de mayo. El resultado de esta violencia ya es conocida por todos. Son hechos cotidianos que hacen pensar en “un país con una ola de violencia horrorosa y descontrolada”, donde la población tiene hoy miedo de salir a las calles, simplemente a caminar, como se acostumbraba antes. Fue en este contexto en que una de las balas asesinas alcanzó a la reportera. Otras dos personas quedaron lesionadas. Es decir, esto es como si la violencia y los narcos se hubiesen “adueñado” de los barrios santiaguinos y de todo Chile. En este caso hay solo una persona imputada: Marcelo Naranjo.
El caso de Shireen Abu Akleh no es muy diferente, también murió de un balazo que recibió de frente en la cara, pero disparada por una patrulla israelí. La chilena y la palestina murieron en su propia ley profesional, la ley de buscar o acercarse lo más posible a la verdad de los hechos para poder explicarlos en el momento o posteriormente a millones de televidentes. Quizá la diferencia esté en el contexto; Francisca murió en una protesta social violenta, como se ha hecho habitual en Chile; Shireen Abu Akleh, dejó este mundo en medio de una guerra permanente y originó una ola de protestas internacionales que le piden explicaciones a Israel para aclarar este brutal asesinato.
¿¿¿Y en Chile, alguien se preocupará de investigar seriamente el caso de Francisca y condenar al o a los verdaderos culpables con la pena que les corresponde??? ¿O habrá la misma impunidad que en una treintena de casos de periodistas asesinados en Ucrania (en la foto derecha dos periodistas muertos de la cadena estadounidense Fox News – el camarógrafo Pierre Zakrzewski y la periodista ucraniana Oleksandra Kuvshynova), o también frente a las decenas asesinatos de «periodistas silenciados» en México con la autoría de los narcos?
¡Ojalá no sea así