Los sondeos dan más de diez puntos de ventaja para la opción rechazo: 48% a 35% y se dice que no habrá Plan B

El próximo 4 de septiembre, 14.5 millones de chilenos están convocados a votar en el plebiscito constituyente para dirimir si la propuesta de nueva Constitución de Chile que trabaja la Convención Constituyente será, en definitiva, la nueva carta magna del país.

Son cinco, al menos, las encuestas que hace más de un mes dan cuenta de un creciente apoyo a la opción negativa. Pulso Ciudadano, Panel Ciudadano, Tu Influyes, Cadem y Criteria entregan más de diez puntos de ventaja para dicha opción: 48% de rechazo y 35% de apoyo.

El escenario era impensado hace un año, cuando la Convención asumió sus funciones. Más del 78% de los chilenos había aprobado el inicio de un proceso constituyente para formular un nuevo cuerpo legal y replantear el pacto social que rige el país.

Sin embargo, una seguidilla de polémicas y la creciente crítica a algunos aspectos, con los que el grueso de los chilenos no está de acuerdo, han abierto la incertidumbre.

La encuesta Cadem da cuenta de las principales diferencias que tienen los ciudadanos respecto al trabajo de los constituyentes. En la agenda están los temas de pueblos indígenas, el rol de la industria privada en las prestaciones sociales y el diseño del sistema político, particularmente los frenos y contrapesos entre los poderes el Estado. Aquí está también la eliminación del Senado como lo conocemos hoy que será reemplazado por una Cámara de las Regiones con atribuciones muy poco claras.

La propuesta de nueva constitución establece que Chile es un Estado Plurinacional, como el boliviano y el ecuatoriano. Este concepto, difundido con entusiasmo por el ex vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, ha sido criticado transversalmente por políticos de todos los sectores pues, a su juicio, sienta las bases para pretensiones separatistas que atenten contra el concepto de Estado-Nación que Chile ha profesado como tradición durante toda su etapa republicana.

Los chilenos también son críticos y según Cadem, el 72% de los encuestados señala que Chile es un Estado multicultural y no uno plurinacional, como aprobó la convención. Tampoco están de acuerdo con la existencia de dos sistemas de justicia, uno para los pueblos originarios y otro para el resto de los chilenos. Este principio, denominado “pluralismo jurídico”, obtuvo un 77% de rechazo en la misma medición.

Otro tema relevante para la ciudadanía es la participación de la empresa privada en la prestación de derechos sociales. En esa línea, si hay algo que ha quedado enquistado en la ciudadanía es la propiedad sobre los fondos de pensiones. Aquí entra también el sistema de salud que funciona con buenos hospitales y los que hay en Chile de esta calidad están en poder de privados.

Los constituyentes se opusieron a dejar garantizado en el nuevo texto l.a inexpropiabilidad de los fondos de jubilación que provengan del ahorro individual. Esa decisión coincidió con el primer y fuerte ascenso de la opción rechazo.

El director de Cadem, Roberto Izikson, conversó con el diario Clarín de Buenos Aires. Para el analista, la ciudadanía tiene un “desacuerdo general con las propuestas. Esto es complejo porque así como la constituyente se configuró a partir de causas, son tantos los temas que han aprobado y que se alejan del sentir mayoritario de la opinión pública que atraen desde muchos frentes a gente que se suma al rechazo”, explica.

A las diferencias sobre el fondo de las normas constitucionales aprobadas, se suma el desprestigio y la desconfianza que ostenta la Convención Constitucional. A los bullados casos del constituyente Rojas Vade –renunciado por mentir sobre una enfermedad-, se suman una serie de pugnas, disputas e incluso anécdotas, como el voto desde la ducha mediante video llamada de un convencional la semana pasada (Leer en Kradiario).

El nivel de aprobación alcanza el 40% y su rechazo el 58%. Es más, según el estudio de la encuestadora Data Influye, un 67% de los chilenos dice que el trabajo de la convención ha estado “bajo sus expectativas”.

“La desconfianza hacia los constituyentes es un factor clave, porque una vez terminado su trabajo y con menos visibilidad podría jugar en favor al apruebo”, señala sobre este punto Izkison.

“La Constitución de Pinochet está muerta”

La derecha, consciente del alza del rechazo a la nueva Constitución, decidió no atrincherarse en la defensa a la carta magna actual. “Nosotros creemos en los cambios. «Chile dijo que sí a una nueva Constitución, pero no cualquiera”, expresó este domingo el presidente de la UDI, Javier Macaya.

La campaña de la derecha, que ya está jugada por rechazar el texto, se enfoca en marcar una eventual tercera vía, post rechazo. Una que pueda ser canalizada a través del Congreso o explorando otras alternativas.

“Los partidos de centroderecha lo hemos conversado: la política sí está obligada a habilitar una tercera vía, no me refiero a que haya una pregunta adicional en el plebiscito, me refiero a que, en caso de que se imponga finalmente el Rechazo, hay que responder a ese anhelo que los chilenos expresaron en el plebiscito de entrada: tener una Carta Magna con reglas de convivencia que sean aceptadas y que permita empezar a sanar las heridas y la crisis que hemos vivido”, señaló también Macaya a CNN Chile.

La distinción responde a la opinión que la ciudadanía tiene, argumenta Roberto Izikson: “Uno de cada dos `rechazadores` quiere una nueva Constitución, solo que no quieren esta Constitución que ha diseñado esta convención”. Para el encuestólogo, la situación actual “demuestra que se ha desdibujado la oportunidad de construir la casa de todos”.

El próximo 4 de junio la Convención Constitucional de Chile debe entregar el borrador final que será sometido a plebiscito el 4 de septiembre, en una consulta que contempla la obligatoriedad del voto.