La economía de Estados Unidos se contrajo en el primer trimestre de este año, lo que aumenta el temor a que entre en una recesión en medio de la galopante inflación, la persistente pandemia del coronavirus y el impacto global de la guerra en Ucrania.
La actividad de la mayor economía del mundo se contrajo 1,4% en los primeros tres meses del año sobre una base anualizada, de acuerdo con cifras del gobierno divulgadas este jueves. Es el comportamiento más débil desde el choque que tuvo el inicio de la pandemia en 2020. También se aleja significativamente del crecimiento de casi 7% de fines del año pasado.
La contracción sorprendió a economistas, que habían vaticinado un crecimiento del 1% para el primer trimestre. Pero todavía no se puede hablar de una recesión. Para que ello ocurra deben registrarse contracciones por varios trimestres consecutivos. Asimismo, algunos economistas esperan que la economía acelere su crecimiento en el trimestre que va de abril a junio.
Hubo dos factores que pesaron más sobre la economía al inicio del 2022: las empresas privadas redujeron sus inventarios y las exportaciones registraron un declive.
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«El declive del Producto Interno Bruto (PIB) reflejó reducciones en las inversiones para los inventarios privados, en las exportaciones, en el gasto del gobierno federal y de los gobiernos locales», dijo el gobierno.
Sin embargo, el ritmo del consumo permaneció robusto y creció 0,7% en ese período, lo que sugiere un punto de resiliencia clave para la economía estadounidense. También mostraron resistencia las ventas hechas a compradores locales.
La cifra llega en un contexto complicado para la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense.
La Fed tiene en marcha una serie de alzas de su tasa de interés de referencia en un intento por controlar una inflación que ha golpeado los bolsillos de los hogares y supera ampliamente el rango del 2% con el que el banco se siente ‘cómodo’. Ya fue decretada una subida de un cuarto de punto porcentual y se espera que la siguiente sea de medio punto porcentual cuando los funcionarios de la Fed se reúnan la próxima semana.
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Después de una profunda contracción económica global el año pasado y una ola de estímulos económicos desplegada por los gobiernos para enfrentar la situación, el despegue ha comenzado a avanzar poco a poco y de manera desigual en las distintas regiones del planeta.
Con procesos de vacunación en curso en la mayoría de los países, las economías están levantando la cabeza. Sin embargo, el equilibrio sigue siendo precario.
Cuellos de botella en las cadenas de suministro a nivel global, subida en los precios de la energía, la amenaza de nuevas variantes del coronavirus, altos niveles de endeudamiento y el aumento de presiones inflacionarias, son algunos de los desafíos que están haciendo el camino un poco más difícil de transitar.
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La lucha de la Reserva Federal contra la inflación provocará una recesión en Estados Unidos que comenzará a finales del próximo año, advirtió este martes el Deutsche Bank.
El aviso de una recesión, el primero de un banco importante, refleja la creciente preocupación de que la Reserva Federal pise el freno de la economía con tanta fuerza que acabe sin darse cuenta con la recuperación iniciada hace apenas dos años.
«Ya no consideramos que la Fed logrará un aterrizaje suave. En cambio, prevemos que un endurecimiento más agresivo de la política monetaria empujará a la economía a una recesión», escribieron en el informe los economistas de Deutsche Bank dirigidos por Matthew Luzzetti.
Esta previsión está impulsada por la inflación al rojo vivo, con un aumento de los precios al consumo al ritmo más rápido de los últimos 40 años. Las esperanzas de que la inflación se enfriara rápidamente se han desvanecido, en parte debido a la guerra en Ucrania.
Las presiones inflacionistas se han ampliado, lo que hace temer que la Reserva Federal tenga que subir rápidamente las tasas de interés para controlar los precios. El Deutsche Bank señaló cómo los precios de las materias primas energéticas y alimentarias se han disparado desde que Rusia invadió Ucrania.
«Ahora está claro que la estabilidad de los precios… es probable que solo se logre a través de una postura de política monetaria restrictiva que disminuya significativamente la demanda», escribieron los economistas del Deutsche Bank.
En otras palabras, la Reserva Federal no puede limitarse a pisar ligeramente el freno de la economía; realmente tiene que frenarla.
Lael Brainard, gobernadora de la Fed, dijo este martes que la Fed tendrá que reducir «rápidamente» su balance y subir «metódicamente» las tasas de interés para enfriar la inflación. «Es de suma importancia bajar la inflación», dijo Brainard en un discurso.
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Aunque el Deutsche Bank ha advertido que hay una «considerable incertidumbre» en torno al momento exacto y al tamaño de la desaceleración y ahora prevé que la economía estadounidense se contraiga durante el último trimestre del próximo año y el primer trimestre de 2024, «consistente con una recesión durante ese tiempo».
El presidente de EE. UU. Joe Biden dijo este jueves que no cree que la economía estadounidense vaya a entrar en recesión, a pesar que el PIB se redujo en el primer trimestre de 2022, según datos entregados por el gobierno. (Frenazo inesperado de la economía estadounidense: PIB se contrae 1,4%).