Por Walter Krohne
Los comunistas defienden a rajatabla las propuestas aprobadas este miércoles en el Pleno de la Convención presentadas por la Comisión de Sistema Político, Poder Legislativo y Sistema Electoral y que una de ellas elimina el Senado en forma definitiva, lo que ha originado una serie de críticas en los sectores políticos y económicos del país por ser este órgano legislativo una institución republicana tremendamente histórica y decisiva, también en el desarrollo del Chile del futuro. En general se ha escuchado que a los constituyentes hay que recordarles que Chile no está naciendo ahora de cero, como pretende un sector de la izquierda dura, sino atrás quedan ya 212 años de historia, de trabajo, de creaciones y de riqueza en los sectores mineros, agrícola e industrial, como igualmente en el mundo de la creación cultural, educacional, artística e intelectual.
El histórico Senado de la República, del cual han surgido la mayoría de los presidentes chilenos, según se ha propuesto y aprobado, será convertido en una Cámara de las Regiones que nadie sabe con cierta exactitud las funciones reales que tendrá, aunque como es típico en Chile -el mal de la improvisación-, en la misma Comisión se le ha asignado a esta cámara tareas más administrativas que efectivas. Al menos se les ocurrió un nombre que puede ser atractivo para muchos, pero el resto “lo iremos decidiendo con el tiempo”, como piensan algunos integrantes de este ente constituyente.
Mucha tristeza y preocupación me causa “nuestro chilito lindo” cuando así lo era en diferentes etapas en los de 200 años de historia, a pesar de las luchas internas, la dictadura militar y de otras revoluciones, conflictos y entredichos.
Tal como han dicho personajes importantes de la sociedad chilena, entre ellos la propia madre del presidente Gabriel Boric, el rechazo de esta Carta Magna está cada vez más cerca y esto puede explicarse por “las manipulaciones de la izquierda dura” como es el Partido Comunista, como también por la calidad del conocimiento de los constituyentes que, salvo algunas excepciones, dejan bastante que desear.
En conversación con Radio Pauta la convencional del Partido Comunista, Bárbara Sepúlveda dijo que «nosotros lo que estamos haciendo es mejorar la institucionalidad especialmente para la tramitación legislativa y democratizando». Además, señaló que (lo aprobado) hace «más eficiente la tramitación legislativa». Asimismo, aseguró que «los convencionales han cedido ante presiones externas a la Convención. Esas presiones han operado desde los poderes constituidos, entre ellos el Senado».
Sobre el cierre del Senado, Bárbara Sepúlveda dijo que «el Senado y la Cámara de Diputados tienen atribuciones distintas en algunos casos, como en algunos nombramientos o respecto a la posición constitucional».
La convencional del PC explicó que «cuando se trata de la tramitación legislativa son cámaras que funcionan como espejo, es decir, un proyecto de ley puede entrar en cualquiera de ellas». En este sentido, Sepúlveda sostuvo que «cualquiera de esas cámaras puede ser una cámara de origen, cualquiera puede ser la cámara revisora, y efectivamente se repite el trámite legislativo».
Sin embargo, la existencia de dos cámaras, aunque aparezcan como “espejos” y que en realidad no lo son, hace al sistema político mucho más democrático. ¿qué podría pasar en Chile si un determinado sector político, ya sea de derecha o de izquierda, arrasa en elecciones para la Cámara de Diputados y además gana el Gobierno, tendríamos todos (especialmente los que no somos políticos) que quedarnos en casa presenciando la creación de un nuevo Estado totalitario, donde los grandes temas serían decididos por un solo sector político?
¡Necesito urgente una explicación para imaginarme al menos y, con tiempo para reflexionar, en el país en que me va a tocar vivir algunos pocos años más!