Tras el récord de homicidios causados por los pandilleros salvadoreños con un saldo de 62 asesinatos en menos de 24 horas del último sábado, la cifra más alta en la historia en ese país centroamericano, el presidente salvadoreña, Nayib Bukele, pidió al Congreso aprobara en la madrugada del domingo un régimen de excepción para tratar de controlar esta ola de violencia.
Así les suspendió a los salvadoreños la libertad de reunión y asociación, el derecho a la defensa, además amplió a 15 días el plazo de detención administrativa y levantó la prohibición de intervenir telecomunicaciones sin control judicial.
Esta violencia se atribuye a las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18.
El régimen de excepción restringe las libertades civiles y a mplía los poderes de la policía y el ejército en el control del orden público.
Los pandilleros están sometidos desde el domingo a un estricto estado de emergencia en las cárceles, que se traduce entre otras medidas en el encierro permanente en sus celdas (ver foto arriba).
Las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18, entre otras, tienen unos 70.000 miembros en El Salvador. De acuerdo con las autoridades, operan a través de homicidios, extorsiones, narcotráfico y otras actividades ilegales.
El Salvador cerró 2021 con la tasa más baja de homicidios desde el fin de la guerra civil en 1992, con 18 muertes por cada 100,000 habitantes, según datos oficiales. El total de homicidios, 1.147, también representó una reducción frente a 2020, cuando hubo 1.341.
Luego de una escalada en la violencia callejera, el presidente Bukele decretó también la máxima emergencia en las cárceles donde hay miembros de las pandillas. Algunos reclusos fueron asilados y otros fueron mezclados con miembros de grupos rivales.