El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, destituyó oficialmente este jueves al periodista Arturo McFields Yescas como embajador del país ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), un día después que el representante diplomático denunciara una «dictadura» en su país y exigiera la liberación de los opositores presos.
A través de un acuerdo presidencial, Ortega dejó sin efecto el nombramiento de McFields Yescas en el cargo de representante permanente de la República de Nicaragua, con rango de embajador extraordinario y plenipotenciario ante la OEA, en el que había sido designado el 26 de octubre del año pasado y publicado un día después en el Diario Oficial La Gaceta.
McFields, salió del cargo este jueves después de denunciar que el gobierno de su país, encabezado por Daniel Ortega, es una «dictadura».
El Ministerio de Relaciones Exteriores nicaragüense indicó en un comunicado que «el señor Arturo McFields no nos representa, por lo cual ninguna declaración suya tiene validez».
La cancillería señaló que el nuevo representante de Nicaragua ante la OEA es el embajador Francisco Campbell Hooker.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, publicó en su cuenta de Twitter que McFields había renunciado a su cargo en la OEA, y lo felicitó por tener el coraje de «dar voz a los millones de compatriotas nicaragüenses que esperan un retorno a la democracia».
McFields, quien fue designado por Ortega como representante de sl país centroamericano ante el organismo en octubre de 2021, criticó a su gobierno en una reunión virtual del Consejo Permanente.
«Seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible», dijo el periodista.
«La gente de adentro del gobierno y la gente de afuera está cansada de la dictadura y de sus acciones, y cada vez van a ser más los que digan ‘basta’», agregó el ex embajador.
«Desde el año 2018 Nicaragua se convirtió en el único país de Centroamérica donde no hay periódicos impresos, no hay libertad de publicar un simple tuit, un comentario en las redes sociales. No hay organismos de derechos humanos. No hay uno solo. No existe. Todos fueron cerrados, expulsados o clausurados. No hay partidos políticos independientes, no hay elecciones creíbles, no existe separación de poderes, sino poderes fácticos», sostuvo McFields.
Refiriéndose al ex embajador el gobiero de Ortega declaró que él «no nos representa, por lo cual ninguna declaración suya tiene validez».
Ortega inició en enero su cuarto mandato consecutivo en Nicaragua -el quinto en total- tras unas elecciones cuestionadas por la mayoría de la comunidad internacional ante el encarcelamiento de líderes opositores.
Ortega fue electo presidente por primera vez en 1984, perdió el poder en las elecciones de 1990 y en 2007 volvió a ser elegido. Desde entonces se ha mantenido como jefe de Estado de Nicaragua.
Tras las últimas elecciones, celebradas en 2021 y rechazadas por la Asamblea General de la OEA por no tener «legitimidad democrática», Ortega anunció la salida de su país del organismo americano.
El proceso de retiro de la OEA toma dos años desde que se pide.
McFields contó en su declaración que días antes de que Nicaragua anunciara su salida del organismo tuvo una reunión con la cancillería y un equipo de asesores presidenciales en el que pidió que consideraran «liberar al menos a unos 20 presos políticos de la tercera edad y a otros 20 reos comunes cuya salud merecía y merece especial consideración».
«Esto sería, les dije, algo humanitario y políticamente inteligente. (…) Nadie me hizo caso. En ese momento se me dijo: ‘No vamos ni a tomar nota de ese comentario porque vos sabés lo que puede pasar. Y recordá, a la derecha, entre más se le da, más quiere’», dijo el representante.