Alrededor de 1.4 millones de niños han salido de Ucrania desde que comenzó la invasión rusa el pasado 24 de febrero: unos 73,000 por día, en promedio.
La cifra equivale a “55 niños por minuto”, de acuerdo con James Elder, portavoz de Unicef. “Estamos en un punto en que un niño ucraniano se ha convertido en un refugiado por cada segundo”.
Los niños refugiados representan casi la mitad de los tres millones de personas que han salido del país desde el inicio de la operación militar rusa, en lo que se ha convertido en el mayor éxodo en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
La mayoría de los refugiados están en Polonia: cerca de 1.8 millones de personas. Tan solo la capital polaca, Varsovia, ha recibido a 300,000 refugiados, una cifra que equivale al 15% de su población. Por su parte, Rumania ha recibido a más de 450,000 personas, Moldavia, a más de 337,000; Hungría a cerca de 263,000 y Eslovaquia a unos 213,000, según el último recuento de Acnur, conocido este martes (Población ucraniana hasta 2220: 44,13 millones).
La historia
La crisis en curso se deriva de la prolongada guerra ruso-ucraniana que comenzó con disturbios a principios de 2014. En diciembre de 2021, Rusia presentó dos borradores de tratados que contenían solicitudes de lo que denominó «garantías de seguridad», incluida una promesa jurídicamente vinculante de que Ucrania no se uniría a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), así como una reducción de las tropas y el equipo militar de la OTAN estacionados en Europa del Este, y amenazó con una respuesta militar no especificada si esas demandas no se cumplían en su totalidad.
La OTAN ha rechazado estas solicitudes, y Estados Unidos ha advertido a Rusia de sanciones económicas «rápidas y severas» en caso de que siguiera introduciéndose en Ucrania. La crisis también se centró en la guerra en curso en el Donbás y ha sido descrita por algunos comentaristas como una de las más intensas y sangrientas desde la Guerra Fría.
El Protocolo de Minsk