La expresidenta Michelle Bachelet , quien en el segundo de sus mandatos no cumplió con la promesa de darle a Chile una nueva Constitución, fue escuchada este jueves por los consituyentes.
Ella compareció ante la Comisión de Sistema Político del organismo y dijo que esperaba que el nuevo texto de la Carta Fundamental sea «coherente» en la Convención Constitucional y que garantice un Estado social de derechos.
Al inicio de la sesión, el coordinador de la Comisión, Ricardo Montero (Col. Socialista), indicó que una de las protagonistas de este poceso constituyente es la expresidenta Bachelet. Después de todo, fue ella quien en su segundo gobierno impulsó un proceso para reemplazar la Constitución, el cual sin embargo fue infructuoso.
Bachelet reconoció que el proceso constituyente que impulsó como uno de sus principales ejes de durante su Gobierno quedó «inconcluso», pero remarcó que la discusión aún «está abierta».
Incluso, cinco días antes de dejar el poder, la ex Mandataria firmó el proyecto de Nueva Constitución, situación que fue criticada en la derecha y en el Frente Amplio, tildando la presentación de la iniciativa como «un saludo a la bandera» y «una irresponsabilidad».
El convencional Fuad Chahin (Col. Apuebo) también expresó su alegría de que la exjefa de Estado estuviera en aquella instancia. «El primer gran impulso al proceso constituyente fue gracias a usted», dijo el democristiano.
1.- «El camino de una enumeración exhaustiva de derechos y deberes puede terminar siendo contraproducente o letra muerta», y que debe encontrar el equilibrio entre entre «lo esencial y lo aplicable».
2.- «Todo régimen político está vinculado a una cultura política», y que esta «transición institucional» no se debe realizar de manera «abrupta». En esa línea se refirió a las recientes elecciones: «La gente eligió parlamentarios y Presidente de la República, y tienen que tener la posibilidad de cumplir el período».
3.- Pero en los temas más «cototudos» se cayó. Por ejemplo no explicitó cuál cree que es el mejor sistema político para el país, aunque entregó algunas luces al respecto. «No hay sistema de gobierno perfecto que pueda solucionar los problemas» dijo. Sobre el presidencialismo, opinó que «el actual no es tan exagerado como antes», y también se refirió al parlamentarismo afirmando que «no sé si un régimen parlamentario en la realidad que estamos viviendo fuera lo más adecuado».
4.- En cuanto a la duración del mandato presidencial a su juicio, todo «depende». Cuatro años podría ser poco tiempo, y seis años tal vez un problema. «¿Se imaginan seis años de un Presidente malo? Sería una tragedia para el país».
Entonces mencionó que hay casos de regímenes de cinco años, pero con una condición: sin reelección. Mencionó como ejemplos a México y Estados Unidos, aunque en la rapidez de esa intervención no aclaró que ninguno de esos casos calza con lo que planteaba: en México el presidente dura seis años en su puesto, sin reelección; en Estados Unidos el mandato es por cuatro años, con reelección. En definitva, lo que sí enfatizó con claridad en esta parte es que la no reelección le parece importante, puesto que, de otro modo, sostuvo, un Mandatario pensaría en su siguiente campaña apenas llega al poder.
5.- También la expresidenta se refirió a los mecanismos de participación ciudadana, definiéndolos como «fundamentales». En este punto, indicó que «la ciudadanía no solo quiere elegir un candidato, sino que quiere tomar decisiones en el día a día». Además, cree que es una forma de otorgarle mayor poder a los territorios. «Se requiere formas de participación ciudadanas constantes. En eso tenemos vacío bien grandes como país», dijo.
6.- Uno de los temas que ha abordado la Comisión en las distintas audiencias públicas es si es factible que un parlamentario sea de manera pararela ministro de Estado. Sobre esto, Bachelet fue tajante: «Creo que el trabajo de ministro tiene que ser de dedicación exclusiva, no creo que pueda ser ministro y parlamentario al mismo tiempo”.
7.- También tuvo palabras para los partidos políticos, definiéndolos como «necesarios para la democracia». Sin embargo, es partidaria de que requieren «una reforma profunda para encontrarse con la gente, y eso no se logra a través de leyes, se hace a través de entender cual es su rol, en el territorio».