Con datos precisos que recuentan el desarrollo de la relación entre ambos gobiernos, el escritor y periodista venezolano, de origen libio, Moisés Naim, plantea como Venezuela, aun contando con “la mayor reserva petrolera del mundo y sus refinerías eran capaces de sobre cumplir las necesidades del país”, comenzó a experimentar escasez de gasolina en la primera mitad de 2019.

“Al mismo tiempo”, recuerda el columnista, “desde puertos venezolanos partían buques cisterna llenos de petróleo. Lo hicieron en contravención de las sanciones de Estados Unidos, apagaron sus dispositivos de rastreo satelital para evitar ser detectados y se dirigieron al noroeste … hacia Cuba. Esta imagen cuenta la historia fundamental del desastre multinivel de Venezuela. Incluso en medio de una paralizante escasez de gasolina que dejó a Venezuela en caída libre económica, las prioridades de Caracas eran claras: las necesidades de Cuba son lo primero. Siempre”.

Naim plantea que, si desde el punto de vista práctico esas cosas no parecen tener sentido, “siguen sucediendo cosas en Venezuela que no parecen tener sentido, que ni siquiera se pensaron que fueran posibles. El país se ha resistido a tantas tendencias y ha caído tanto que todas las explicaciones razonables parecen quedarse cortas”.

Luego continúa: “La implosión de Venezuela no es simplemente otro caso perdido de América Latina, que hace las cosas que resultan desastres. Durante gran parte del siglo XX, Venezuela fue modelo de la exitosa república sudamericana: democrática cuando otros gobiernos eran despóticos, próspera cuando sus vecinos eran pobres y estable durante los caprichos de la Guerra Fría. Venezuela se labró un nicho como país que el Departamento de Estado de Estados Unidos podría destacar para defender que la democracia podría funcionar en América Latina”.

La economía de Venezuela está en caída libre. La hiperinflación, los cortes de energía y la escasez de alimentos y medicamentos están expulsando a millones de venezolanos fuera del país.

Y, sin embargo, el hombre al que muchos culpan por el terrible estado en el que se encuentra la nación, Nicolás Maduro, sigue como presidente después de haber sucedido al presidente Hugo Chávez (fallecido), cuyo liderazgo comenzó en un proceso democrático similar al que completará este domingo la República de Chile que elegirá a un presidente entre dos posiciones extremas: Gabriel Boric (frentista-comunista) y José Antonio Kast (republicano).

Chávez fue también un líder considerado revolucionario y se ocupó como primer paso a redactar una nueva Constitución (que cambio Venezuela y anuló la democracia), proceso que también se está llevando a cabo en Chile, lo que se aprobó en un acuerdo político del 15 de noviembre de 2019 en Santiago de Chile, después del denominado estallido social del 18 de octubre del mismo año en el cual participó, como otros políticos el actual diputado Gabriel Boric y hoy candidato de la extrema izquierda chilena.

Venezuela atraviesa la crisis política, social y económica más profunda de su historia. Un escenario que pone en cuestión a las bases mismas del modelo chavista.

Con la inflación más alta del mundo y una moneda casi sin valor, el día a día de los venezolanos y venezolanas se ha vuelto cada vez más complicado. Esta situación empujó a casi 5 millones de personas a abandonar el país y generó la corriente migratoria más grande de América Latina de los últimos 50 años.