El presidente Joe Biden y su homólogo ruso Vladimir Putin hablaron a través de una videollamada durante unas dos horas este martes en lo que fue considerada una reunión de gran trascendencia para los dos líderes en medio de las crecientes tensiones diplomáticas entre Washington y Moscú.
La videollamada que comenzó poco después de las 10:00 am, hora del Este, es uno de los momentos diplomáticos más intensos que le toca enfrentar al mandatario estadounidense.
De acuerdo con la versión de la cumbre virtual que difundió poco después la Casa Blanca, “Biden expresó las profundas preocupaciones de Estados Unidos y nuestros aliados europeos sobre la escalada de fuerzas de Rusia que rodean a Ucrania y dejó en claro que Estados Unidos y nuestros aliados responderían con fuertes medidas económicas y de otro tipo en caso de una escalada militar”.
Biden habría reiterado el apoyo de Washington a la integridad territorial de Ucrania y le pidió una reducción de la tensión y un retorno a la diplomacia.
Aunque el tema dominante fue el potencial nuevo conflicto regional, los mandatarios hablaron de otros temas de la agenda binacional, que son igualmente delicados, como estabilidad estratégica, el combate al crimen cibernético (que Washington considera que es tolerado, y hasta promovido, por Moscú), y las relaciones con Irán.
Hallazgos recientes de la inteligencia estadounidense estiman que Rusia podría comenzar una ofensiva militar en Ucrania en cuestión de meses, ya que acumula hasta 175,000 soldados a lo largo de la frontera.
Un alto funcionario de la administración que habló bajo condición de anonimato a los periodistas asegura que Biden tenía la intención de dejar claro al líder ruso que habrá un «costo muy real» si Rusia procede a una acción militar.
Pero la respuesta no sería solo en el plano económico: «Si Putin se mueve, habría una mayor demanda de nuestros aliados» de Europa del Este de «tropas, capacidades y ejercicios» y en ese caso «Estados Unidos respondería afirmativamente», precisó el funcionario.
El alto funcionario matizó que, sin embargo, por el momento Washington descarta una respuesta militar directa en caso de ataque ruso contra Ucrania, pues no desea «encontrarse en una posición en la que el uso directo de sus fuerzas» sea lo que prime en sus evaluaciones.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, adelantó la línea central que prevalecería en la crucial reunión de presidentes. «Hemos consultado significativamente con nuestros aliados y creemos que tenemos un camino a seguir que impondría un daño significativo y severo a la economía rusa», dijo.
A contrapartida, se esperaba que Putin exigiera a Biden garantías de que la alianza militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no incorpore a Ucrania, que lleva mucho tiempo buscando su adhesión.
Ucrania aspira a integrarse en la OTAN para reforzar su defensa ante lo que percibe como la amenaza de Rusia, país que se anexionó en 2014 la península de Crimea y apoya abiertamente a los separatistas prorrusos en las provincias de Donetsk y Lugansk, en el este ucraniano.
Pero analistas indican que esa posibilidad todavía no figura en las prioridades de Washington.