Por Walter Krohne
Después de 16 años de brillante desempeño como Canciller de Alemania (Jefa de Gobierno) Angela Merkel fue despedida este jueves en Berlín con honores militares, gesto que no es usual en un cambio de mando y de era política en Alemania. Pero ella fue distinta, fue una gran Canciller.
Tras una vida intensa dedicada al progreso y desarrolllo del pueblo alemán como también del europeo, logrando mantener en casi dos décadas una importante estabilidad política y económica como también un gran progreso en todos los campos de la actividad humana, incluyendo el hoy importante capítulo tecnológico.
Así, Merkel, demócrata cristiana, se despide de la vida política activa y es sustituida por el socialdemócrata Olaf Scholz, quien se ha desempeñado desde el 14 de marzo de 2018 como vicecanciller en gobiernos de gran coalición. El ex alcalde de la ciudad de Hamburgo gobernará ahora Alemania junto a los partidos liberal y verde, tras ganar las elecciones federales realizadas en septiembre de este año.
La nueva coalición, en la que no participará el partido demócracristiano CDU (Unión Demócrata Cristiana Alemana) que conjuntamente con la CSU (Partido Social Cristiano) formaron un equipo muy sólido de gobierno en todos estos años. Esta vez los socialdemócratas han pactado con los liberales y los verdes creando un nuevo gobierno que los alemanes denominan «coalición semaforo» por los colores distintivos que tienen cada uno de los tres partidos (rojo amarillo y verde). Desde las elecciones federales, fueron tres meses de negociaciones de alto nivel para fijar las prioridades del estado alemán en las próximas décadas, conversaciones que se llevaron a cabo con mucha calma y sin dilataciones innecesarias, siguiendo las pautas del modelo histórico ya establecido desde hace años que se caracteriza por un esquema global político, fuertemente democrático y de social de mercado.
Hasta ahora, quien deja el cargo de canciller, física de profesión, no ha dicho con claridad cuáles serán sus planes en el futuro y de cómo cambiará completamente su vida tras permanecer 16 años en el poder.

Con Putin

o con Trump, siempre una líder
Desde que la canciller alemana, Angela Merkel, anunció que no se postularía a una nueva reelección en los comicios generales de septiembre pasado, se ha especulado mucho sobre qué es lo que hará cuando abandone el poder.
“Hay poco tiempo y espacio para pensar en el tiempo después”, dijo cuando se le preguntó sobre sus planes en una entrevista con el canal alemán Deutsche Welle.
“No haré más política. No estaré como solucionadora de conflictos políticos, eso lo he hecho muchos años, 16 como canciller, con gusto también en la Unión Europea, en lo internacional, siempre me he empeñado en el multilateralismo”, añadió.
Merkel dijo que su plan inmediato después de dejar el cargo es dormir y leer. “Es solo que estuve muchos años ocupada con la agenda que me dieron, y siempre tuve que estar preparada. Como jefa de gobierno, tienes que hacerlo, en caso de que algo suceda, para que siempre puedas responder de inmediato. Y ahora voy a ver qué me gustaría hacer voluntariamente. Pero eso solo se hará evidente en unos meses a partir de ahora”, indicó.
Es así como ha mencionado que en esta nueva etapa, en la que contará con tiempo libre, ha querido pensar en “lo que realmente me interesa”, ya que en este período al mando del gobierno alemán no ha tenido el espacio para pensar en ello.
“Después de eso, tal vez intente leer algo, entonces mis ojos comenzarán a cerrarse, porque estoy cansada, entonces tomaré una pequeña siesta, y luego veremos dónde aparezco”, dijo con una sonrisa luego de recibir un doctorado honoris causa por la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, EE UU.
Una respuesta similar dio en un evento en Düsseldorf, a comienzos de septiembre, donde compartió un podio con la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie. Allí señaló: “He decidido por mí misma que, en primer lugar, no haré nada y solo esperaré lo que surja”.
“Claro, recibiré invitaciones. Pero si tuviera que empezar a hacerme una agenda de nuevo, sólo porque tengo miedo al vacío, al horror vacui, no quiero eso”, añadió en el encuentro, según consigna la agencia Bloomberg.
En esa oportunidad, Merkel explicó que debido a que ingresó a la política hace más de 30 años, nunca ha podido preguntarse qué más podría interesarle. “Y como he cumplido los 67 años, tampoco tengo un tiempo infinito”, señaló.
“Quiero pensar con mucho cuidado en la fase de mi vida que ahora se acerca sobre la cuestión de lo que surge en mí”, dijo Merkel. “¿Quiero escribir, hablar, caminar, quiero estar en casa, quiero viajar por el mundo?”, como publicó ya en Chile La Tercera Domingo.
La nueva vida de Angela Merkel
Muchos se preguntan si acaso una persona que durante décadas tuvo planificados todos los días desde la madrugada hasta la noche, tras haber asumido una enorme responsabilidad, puede desconectarse de un día para otro. “Solo te das cuenta de lo que extrañarás cuando ya no lo tengas”, dijo recientemente en Berlín a la Deutsche Welle.
Los exfuncionarios del gobierno están obligados a respetar la confidencialidad por ley. Pero incluso si no se les permite revelar ningún secreto, siguen siendo populares en el mundo empresarial como consultores, sobre todo debido a sus amplios contactos políticos. Es así como algunos de los predecesores de Angela Merkel se han movido al sector privado. Después que Helmut Schmidt dejó la Cancillería en 1982, se convirtió en coeditor del semanario Die Zeit y fue un orador popular.
La prensa alemana ha especulado con que es probable que Merkel permanezca en Berlín por el momento. Es porque su esposo, el químico cuántico Joachim Sauer, aún no piensa en dejar de trabajar. Aunque es profesor emérito en la Universidad Humboldt de Berlín, el hombre de 72 años ha extendido su contrato como investigador senior, al menos hasta el próximo año.
El cambio climático
En la entrevista de 20 minutos con la Deutsche Welle, la canciller reconoció que siempre le ha gustado el trabajo y ha sido una persona curiosa. “Acabo de estar en la conferencia sobre el clima en Glasgow. Era la vigésimo sexta. Y yo pude dirigir la primera que se celebró en Bonn. En aquel momento era una ministra de Medio Ambiente muy joven. Entonces se me abrió el mundo, con toda esa multitud de Estados miembros de la Convención Marco sobre el Cambio Climático. Y esforzarse por alcanzar un compromiso, por superar los conflictos, fue un gran desafío, y siempre lo llevé conmigo. Además, me ha permitido conocer tantas cosas, tantas personas diferentes, culturas diferentes… Siempre lo he percibido como un enriquecimiento. Y eso aporta energía. Obviamente, es mejor no proponerse muchas cosas más”, precisó.
Los personajes europeos y mundiales
En otros temas, Merkel ha destacado su compromiso con el multilateralismo. Además, reconoció que echará de menos al Presidente francés, Emmanuel Macron, y sobre las relaciones con París admitió que ambos países “tienen siempre problemas diferentes, pero a veces también comunes. Y siempre nos hemos consultado con la perspectiva de los pasos europeos. Esta discusión la echaré, sin duda, de menos”.
Además, sostuvo que extrañará a muchos de sus colegas jefes de gobierno, “porque hemos trabajado juntos a gusto”.
Sobre la política climática, Merkel, quien se desempeñó como ministra federal de Medio Ambiente en la década de 1990, dijo que entendía la presión de los jóvenes para avanzar más rápido en la lucha contra el cambio climático. “Nunca antes se había ampliado aún más la brecha entre las estimaciones científicas y la realidad. Eso tiene que cambiar ahora en esta década. No lo estamos haciendo tan mal en Alemania en comparación con otros países”, comentó Merkel en la entrevista que se realizó mientras se llevaba a cabo la cumbre COP26.
La canciller también dijo que uno de sus momentos más desafiantes llegó en 2015, cuando el país vio una gran afluencia de refugiados de países devastados por la guerra como en Siria y Afganistán. Ella dijo en ese momento que “podemos hacerlo”, abriendo las fronteras del país a los solicitantes de asilo en una decisión controvertida.
“Sí, lo hicimos”, afirmó Merkel en la entrevista, pero reconoció que “no todo salió exactamente como debería”. “Por supuesto, todavía no estamos fuera de peligro cuando se trata de luchar contra las causas fundamentales del desplazamiento y la migración”, dijo. “Todavía no hemos logrado dar a Europa un sistema común para abordar el asilo y la migración”.