El Gobierno de Estados Unidos retiró esta semana a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de su lista de organizaciones terroristas.  

La información que había sido adelantada por la prensa colombiana, fue anunciada a través de un comunicado del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. 

No obstante, el anuncio es más bien simbólico, pues la guerrilla de las FARC fue disuelta tras los acuerdos de paz de La Habana del 2016 y sus líderes se integraron a la vida política con un partido que mantenía las siglas de la organización, pero con otro nombre, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, que este año fue cambiado simplemente por Comunes. 

“Tras el acuerdo de paz del 2016 con el gobierno colombiano, las FARC se disolvieron y desarmaron formalmente. Ya no existe como una organización unificada que se dedica al terrorismo o actividades terroristas o que tiene la capacidad o la intención de hacerlo”, dice el comunicado de Blinken. 

Sin embargo, la nota aclara que la retirada de la extinta guerrilla de la lista no significa que EE.UU. sea indulgente con los crímenes cometidos por sus exmiembros sometidos a investigación, incluidos los cargos de narcotráfico o los crímenes de lesa humanidad. 

“La decisión de revocar la designación (de las FARC como organización terrorista) no cambia la postura con respecto a cualquier cargo o posible cargo en los Estados Unidos contra exlíderes de las FARC, incluido el narcotráfico”, afirma el comunicado. 

Paralelamente, el Departamento de Estado incluye en la lista a los grupos disidentes de las FARC,  dirigido por Iván Márquez, quien, tras ser portavoz de la delegación guerrillera en las negociaciones de La Habana y haber conseguido un escaño de senador tras la desmovilización, en el 2019 regresó a la lucha armada. 

Sin embargo, es precisamente Márquez quien ofreció este martes una “paz completa”. Desde la clandestinidad, el exportavoz de las FARC propuso al gobierno una negociación que implicaría a todos los grupos insurgentes, incluido el Ejército de Liberación Nacional (ELN).  

Márquez pretende que esa supuesta negociación se desarrolle a partir del 7 de agosto del 2022, fecha en que debe asumir el nuevo presidente, que sustituirá al derechista Iván Duque y que saldrá de las elecciones del próximo mes de mayo. Por el momento, las encuestas están encabezadas por el izquierdista Gustavo Petro, como informó La Vanguardia de Barcelona.