Por Martín Poblete Pujol
En un régimen presidencial la más importante variable de gobernabilidad institucional radica en la relación entre el Presidente y el Congreso, si bien no se sabe cual será la decisión en esta materia proveniente de la Constituyente, deberá ser sometida a plebiscito de salida con voto obligatorio, esto conviene mantenerlo presente.
El gobernante a elegirse dentro de tres semanas deberá trabajar con un Congreso cuyas características son muy distintas a las sugeridas por la elección de constituyentes y luego por la de alcaldes y concejales. Algo pudo percibirse en la primaria presidencial de la centro derecha, convocaron más de un millón trescientos mil electores, evidente índice de recuperación.
En la Cámara de Diputados, la aplicación del sistema proporcional D’Hont resultó en notable dispersión de los votos en numerosos partidos políticos; en la renovación parcial del Senado, los senadores elegidos por la coalición de centro derecha (aparentemente retendría el nombre Chile Vamos), más el solitario senador del Partido Republicano suman la mitad del total de senadores.
En la Cámara de Diputados, la coalición de centro derecha más los elegidos por el Partido Republicano suman sesenta y ocho diputados, a los cuales en toda probabilidad se agregarían los seis elegidos en la lista del sorprendente Partido de la Gente, quedarían muy cerca de la mayoría.
Tres de los partidos en este grupo emergen como los más grandes por votación obtenida, Renovación Nacional, la UDI, y el Partido Republicano; el Partido de la Gente quedó en cuarto lugar, con mejor manejo de la mecánica electoral pudieron haber elegido más diputados. En eventual triunfo de José Antonio Kast en la segunda vuelta, su gobierno tendría mejores posibilidades de manejo legislativo de las que tuvo el de Sebastián Piñera, y sin duda una mejor promesa de gobernabilidad.
En la vereda del frente, el Pacto Frente Amplio-Partido Comunista queda en buena posición de liderazgo; los comunistas tienen el partido más grande desde el centro hacia la izquierda, inédito en la historia política chilena, está por verse como usarán ese poder. La ex-Concertación muy disminuída, con excepción de los socialistas los otros marcaron por debajo del cinco por ciento. Este amplio espectro de comunistas a humanistas pasando por liberales y otras variopintas fuerzas, presentará un serio desafío a la gobernabilidad en el eventual gobierno de Gabriel Boric en caso de ganar en la segunda vuelta.
Un par de palabras sobre dos de los más rasguñados. La Democracia Cristiana marcó sobre el cuatro por ciento claro que por debajo del cinco, logró elegir siete diputados, un senador con votos propios y otro arrastrado por su compañero de lista, quedó en una fosa de la cual le será muy difícil salir.
Anunciar oposición a un gobierno todavía por elegirse, cualesquiera sea el resultado en la segunda vuelta, es una mala idea.
En la noche del domingo 21 de noviembre, la directiva del Partido convocó a Junta Nacional Extraordinaria para decidir apoyos en segunda vuelta. Sin embargo, esa misma noche la Alcaldesa de La Pintana visitó el comando de Gabriel Boric, el lunes la candidata Senadora Yasna Provoste y el Senador Huenchumilla anunciaron adhesión a la candidatura de Boric, al día siguiente hizo lo mismo la Presidenta del Partido Carmen Frei; entonces, cual es el sentido de convocar a instancias de la institucionalidad partidaria, si autoridades del Partido se van desgajando en su apuro por anunciar apoyo a Gabriel Boric (tuvo lugar el último fin de semana y esta junta le dio el apoyo a Boric sin participación en un eventual futuro gobierno).
EVÓPOLI partió promisorio, un partido liberal de centro derecha parecía tener posibilidades. En la reciente elección marcó ligeramente sobre el tres por ciento, si bien logró reelegir a sus diputados más emblemáticos, y elegir un senador en la Región Metropolitana.
Su directiva anunció que de ser elegido José Antonio Kast, no formarán parte de su gobierno si bien votarán por él, curioso ejercicio lógico. Los líderes de este partido deberán pensar mejor sus opciones, de lo contrario serán solamente una anécdota, ni siquiera una nota a pié de página.