Daniel Ortega con su esposa, la vicepresidenta del país centroamericano.

A pocas horas de cerradas las urnas de votación el presidente y ya histórico de Nicaragua, Daniel Ortega, y su vicepresidenta, su esposa Rosario Murillo se dieron como ganadores de los comicios sin competencia tras encarcelar a sus principales adversarios políticos. 

El Consejo Supremo Electoral del país centroamericano le asignó a la pareja el 74,99% de los votos. 

De esta manera, tal como era esperado, Nicaragua concluyó unas controvertidas elecciones en las que Daniel Ortega se encamina a un cuarto mandato consecutivo tras 15 años en el poder, sin una real competencia, con siete aspirantes opositores detenidos. 

Las 13.459 urnas cerraron por la tarde-noche y la jornada estuvo resguardada por unos 30.000 militares y policías y transcurrió sin mayores incidentes, con la oposición clamando un enorme abstencionismo y el oficialismo una gran participación. 

Ortega, el amigo de Nicolas Maduro de Venezuela, a quien le sigue sus pasos dictatoriales.

El senador Marco Rubio dijo que el resultado de las elecciones no es ninguna sorpresa. “El corrupto régimen Ortega-Murillo ha hecho todo lo que está en su poder para socavar, faltar al respeto y desatender el proceso democrático en Nicaragua. Hoy, honramos y rendimos homenaje a líderes valientes como Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Arturo Cruz y Cristina Chamorro, quienes permanecen injustamente encarcelados por intentar presentar candidaturas en contra el dictador Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo. 

“Mientras la dinastía autoritaria Ortega-Murillo aspira a perpetuar su control del poder, Estados Unidos y la comunidad internacional deben ser inflexibles en su condena de los resultados. Los aliados democráticos no pueden hacer la vista gorda ante organismos multilaterales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y ser cómplices de la farsa de mañana «, dijo Rubio. 

Varios sacerdotes católicos pidieron a sus fieles quedarse en casa y no participar de la «farsa electoral» de este domingo en Nicaragua, en unos comicios que “si o si” ganaba el presidente Daniel Ortega. 

«Por la iglesia perseguida, porque los obispos y sacerdotes no somos hijos del diablo, ni golpistas, ni terroristas, por los encarcelados, exiliados y desempleados, por los que han muerto pidiendo libertad: Nuestro dactilar estará limpio», se lee en una manta en el altar de la iglesia Magdalena del rebelde barrio Monimbó de Masaya, 34 km al este de Managua, donde oficia misa el sacerdote Pedro Méndez.arlosvarmar2/captura de pantalla/Twitter 

Las críticas de sacerdotes de distintas parroquias del país se dieron durante una jornada de votación que, de acuerdo con el propio Ortega, permite decidir entre «la confrontación o la paz». 

«Quedarse en casa orando y no participar de esta farsa electoral», sugirió a los fieles el padre Vicente Martínez, de la iglesia Santa Lucía, en ciudad Darío, Matagalpa (norte). «Si nos prestamos a este circo nos estaríamos olvidando de las víctimas de abril de 2018», dijo a la prensa (foto derecha). 

Mientras el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez F, denunció que los empleados públicos fueron «obligados» a votar por Ortega, con la amenaza de ser despedidos si no acataban. 

Ortega ha llamado «golpistas» a los clérigos, y los acusa de haber convertido los templos en «refugio de terroristas», como llama a los manifestantes, que, según él, pretendían darle un golpe de Estado con apoyo de Estados Unidos.