El Banco Central advirtió que las condiciones para solicitar un crédito hipotecario retrocedieron 20 años producto de la crisis derivada de la pandemia y los retiros del 10 por ciento de los fondos de pensiones.
El presidente de la entidad, Mario Marcel, afirmó que «las condiciones financieras locales se han deteriorado producto de liquidaciones forzosas de activos que han afectado en particular el mercado de capitales domésticos y por esa vía han incidido en las tasas de largo plazo y del tipo de cambio».
En el documento (EF-Informe de Estabilidad Financiera) dado a conocer durante esta jornada se indica que el «persistente impulso a la demanda local y cambios estructurales en el mercado de capitales, producto de liquidaciones forzadas de activos de inversionistas institucionales, han impactado significativamente los precios de activos. A ello se suma el deterioro de las finanzas públicas y un aumento de la incertidumbre».
Entre las vulnerabilidad y riesgos, el IEF apunta que “los recientes cambios estructurales al mercado financiero local comprometen la habitual intermediación de recursos de la cual la banca participa, especialmente en plazos más largos, así como la capacidad de los bancos para proveer servicios de cobertura cambiaria”.
Al respecto, el Central precisa que “en el corto plazo esto ya se ha traducido en condiciones más restrictivas para los créditos de largo plazo para personas y empresas. Ejemplo de ello es lo ocurrido en los créditos hipotecarios, donde los plazos y la proporción del pago al contado han retornado a los niveles observados 20 años atrás”.
“Un mayor deterioro del sistema financiero agudizaría este desarrollo, afectando la capacidad de pago y fondeo del gobierno, personas y empresas, así como la solvencia de la banca”, sostiene la entidad presidida por Mario Marcel.
«Todos estos factores han llevado las variaciones de las tasas de interés de mercado, el tipo de cambio y los valores bursátiles en Chile a los extremos de los movimientos internacionales y han comenzado a reflejarse en un deterioro de las condiciones financieras que afectan a los actores domésticos, como el costo de financiamiento para el Fisco, las tasas y plazos de créditos hipotecarios y la valorización de fondos previsionales», precisan.
«Las medidas de estímulo dirigidas a los hogares, como los sucesivos retiros de ahorros previsionales y anticipos de rentas vitalicias, si bien han aportado liquidez adicional, también han golpeado fuertemente al mercado de capitales. En este sentido, tanto el tipo de cambio como las tasas de interés locales han presentado fuertes correcciones», dice el informe.
De acuerdo a la entidad, «los recientes cambios estructurales al mercado financiero local comprometen la habitual intermediación de recursos de la cual la banca participa, especialmente en plazos más largos, así como la capacidad de los bancos para proveer servicios de cobertura cambiaria. En el corto plazo esto ya se ha traducido en condiciones más restrictivas para los créditos de largo plazo para personas y empresas».
«Ejemplo de ello es lo ocurrido en los créditos hipotecarios, donde los plazos y la proporción del pago al contado han retornado a los niveles observados 20 años atrás. Un mayor deterioro del sistema financiero agudizaría este desarrollo afectando la capacidad de pago y fondeo del gobierno, personas y empresas, así como la solvencia de la «Inflación, inflación, inflación».
En Europa, que son conscientes de estos problemas eco-financieros, «hemos hablado de inflación, inflación e inflación”, dice hoy un analista. Si tiene la sensación de que no se habla de otra cosa, sepa que a Christine Lagarde le pasa lo mismo. Esas son las palabras con las que la jefa del Banco Central Europeo comenzó la rueda de prensa del pasado 28 de octubre tras la reunión de su Consejo de Gobierno. Lagarde sigue defendiendo que el aumento de precios, que amenaza con hacer prender el pesimismo sobre la recuperación, es transitorio. En el escenario actual, Lagarde cree que la inflación empezará a remitir a mediados de 2022 y descartó una subida de tipos.
Pero “la narrativa obsesionada con la inflación sigue siendo poderosa”, dice hoy la opinión editorial de EL PAÍS, en referencia a las presiones de las corrientes de pensamiento halcón y los movimientos de los mercados que anticipan el endurecimiento de la política monetaria. “Hace bien Lagarde en aguantar esas presiones”, considera el editorial, que se titula Aguanta, Lagarde. “En las condiciones actuales, una retirada prematura de estímulos monetarios –y fiscales– sería perjudicial para las economías europeas.