Poco antes de partir a su segunda gira internacional, Joe Biden explicó en un discurso los cambios y ajustes a su agenda social que se verá reducida de los casi $4 billones (trillions, en inglés), que contemplaba su plan original hace varios meses, a unos $1.85 billones.
Tras meses de negociaciones infructuosas entre congresistas demócratas y forzado a reducir su ambicioso plan de gasto social y medioambiental, el presidente Biden dijo este jueves estar confiado en haber llegado a un «marco económico histórico» que contará con el respaldo de su partido
Poco antes de partir para su segunda gira internacional, Biden ofreció un discuso para explicar los cambios y ajustes a su agenda que se verá reducida de los casi $4 billones (trillions, en inglés) que contemplaba la iniciativa originalmente presentada por el Ejecutivo al Congreso varios meses atrás a unos $1.85 billones.
Tras meses de negociaciones infructuosas entre congresistas demócratas y forzado a reducir su ambicioso plan de gasto social y medioambiental, el presidente Joe Biden dijo este jueves estar confiado en haber llegado a un «marco económico histórico» que contará con el respaldo de su partido
La sustancial reducción busca satisfacer a los legisladores centristas que estaban renuentes a respaldar la iniciativa original por considerar que impactaría negativamente las cuentas públicas, pese a que la Casa Blanca ha prometido que estaría financiado completamente y que no sumaría a los déficits fiscales.
En el proceso, fueron excluidos algunas provisiones que eran importantes para el sector progresista demócrata, que hasta hace poco tiempo había condicionado su voto en la Cámara de Representantes al plan presupuestario y al paquete de infraestructura por $1 billón ya aprobado por el Senado a que se garantizara el avance del ambicioso plan original.
Por ahora no está claro si la nueva propuesta cuenta con el respaldo de las bancadas en ambas cámaras, donde las exiguas minorías con las que cuentan los demócratas los fuerzan a garantizar el voto de todos los miembros del partido, ante la total negativa del Partido Republicano a apoyarlo.
Biden fracasó en su objetivo original de conseguir una votación favorable en el Congreso a un plan mucho más ambicioso, a pesar de que su partido tiene una escasa mayoría, antes de ir a Roma para reunirse con el Papa Francisco y los líderes del G20, y luego a una cumbre de la ONU sobre el clima en Glasgow.
Ante este panorama, realizó una dramática intervención de última hora para ofrecer a los demócratas un acuerdo demasiado bueno para rechazarlo, según algunos altos funcionarios.
Poniendo en juego todo el prestigio de su Presidencia, Biden fue al Capitolio para presentar el acuerdo marco a los líderes demócratas.
La Casa Blanca señaló que Biden presentará un proyecto de ley para destinar 1,75 billones de dólares a educación, cuidado de niños, energía limpia y servicios sociales. Es una cifra mucho menor que el monto original.
Los demócratas se disputaron durante semanas por los detalles y costes del plan, amenazando con hundir el proyecto de ley junto con otra iniciativa destinada a invertir 1,2 billones de dólares adicionales en las deterioradas infraestructuras de Estados Unidos.
En el proceso, fueron excluidos algunas provisiones que eran importantes para el sector progresista demócrata, que hasta recientemente había condicionado su voto en la Cámara de Representantes al plan presupuestario y al paquete de infraestructura por $1 billón ya aprobado por el Senado a que se garantizara el avance del ambicioso plan original.
Por ahora no está claro si la nueva propuesta cuenta con el respaldo de las bancadas en ambas cámaras, donde las exiguas minorías con las que cuentan los demócratas los fuerzan a garantizar el voto de todos los miembros del partido, ante la total negativa del Partido Republicano a apoyarlo.