Banco Santander con sede central en España y que preside Ana Botín obtuvo un beneficio atribuido de 5.849 millones de euros en los nueve primeros meses de 2021, frente a las pérdidas de 9.048 millones en el mismo periodo del año anterior, cuando el banco realizó ajustes del fondo de comercio y de los activos fiscales diferidos (DTAs) a causa de los efectos de la pandemia de Covid. Las acciones han reaccionado a la baja con caídas del 2%.
En Sudamérica el Santander tiene 23,5 millones de clientes y un margen neto de 7.386 millones de euros y un beneficio ordinario atribuido de 2.293 millones de de euros.
Excluido el cargo por 530 millones por costes de reestructuración del primer trimestre, el beneficio ordinario de enero a septiembre fue de 6.379 millones, un 87% más que en el mismo periodo del año anterior. Este es el mayor beneficio ordinario de Santander en los primeros nueve meses del año desde 2009. En esta ocasión Estados Unidos y Reino Unido han sido los grandes impulsores de los resultados.
Solo en el tercer trimestre, el beneficio se situó en 2.174 millones de euros, un 3% más. Supera los 1.910 millones de las estimaciones de Bloomberg.
Las menores provisiones derivadas de la crisis del Covid también han sido claves este año. El banco ha pasado de realizar provisiones por 19.760 millones, en el tercer trimestre de 2020, a las actuales de 6.134 millones, un 69% menos. Pese a ello, la morosidad del grupo ha subido muy ligeramente, y se sitúa en el 3,18%, 0,03 puntos más que en septiembre de 2020.
España vuelve a ser el farolillo rojo, con un 6% de compromisos impagos, lo que le sitúa por encima del reto de las geografías y por encima de la media del sector en España.