El dueño de la campana, Roberto Mazzara, la rematará el 18 de noviembre en una subasta en Miami que se iniciará con un valor base de 6 millones de dólares.

El 12 de octubre de 1492, cuando el grumete Rodrigo de Triana, dio aquel famoso grito de ¡Tierra a la vista!, es casi seguro que, entre la algarabía de los desesperados marineros, se oyó el repicar de la campana de bronce que iba abordo de La Santa María, el barco que comandaba. Pero 530 años después Mazzara, un ex marino italiano,  anunció que la subasta de la campana se efectuará en la ciudad de Miami, Florida, Estados Unidos. Agregó que el 5% de lo que se recaude irá a la Asociación Americana de Lucha contra el Cáncer.

Mazzara  declaró al Diario Las Américas de Miami  que como antiguo oficial de la marina italiana y buzo profesional descubrió la campana por sorpresa en febrero de 1994, en una playa de Portugal.

“Yo no sabía de su existencia, pero desde que la encontré, estuve convencido de que había hallado una pieza que viajaba en el galeón en 1492”.

El buzo italiano sabía que, frente a las costas de Portugal, en 1555, se había hundido el San Salvador, un galeón español que venía de las Américas cargado de plata y oro. “Yo estaba tratando de encontrar monedas con un detector de metales en la playa y sentí una señal muy fuerte. Al escarbar en la arena, me encontré esta campana”, recordó.

Archivos en Sevilla lo aclararon todo

Años después de su hallazgo, Mazzara se dio cuenta de lo que se trataba tras revisar varios documentos en el Archivo de Indias de Sevilla, España, “donde se atesora toda la historia del comercio entre las Indias Españolas -América- y España».

“Buscando entre los papeles del San Salvador, hallé uno en el que el capitán de la nave, Gonzalo de Carvajal, declaraba que el barco se había hundido frente a las costas portuguesas con mucho oro y plata y la campana de Villa Navidad”.

Cuando Colón hizo su primera expedición a América, a bordo de “La Santa María” se encalló frente a las costas del actual Haití. Entonces, los marineros españoles, levantaron el Fuerte Navidad con las maderas que pudieron extraer de la carabela inmovilizada. Cristóbal Colón decidió que se quedaran en el fuerte 39 marineros y él viajó de regreso a España con el resto de la tripulación. El fortín fue arrasado por los indios y la campana se vendió años más tarde, según un documento que apareció en Puerto Rico, donde se registra su compra por 32 pesos, y se embarcó hacia España en el galeón San Salvador.

Cuando Mazzara halló la campana de bronce oxidada, de poco más de 25 cm de diámetro, tenía incrustada una moneda de plata de las que cargaba en la bodega el San Salvador.

Al tener la certeza de que se trataba de la campana de La Santa María, Mazzara viajó a Lisboa, Portugal. “Me reuní con el máximo responsable de la autoridad subacuática portuguesa, Francisco Alvarez y le informé que había encontrado el San Salvador y una campana del naufragio, que suponía era la campana de La Santa María. Él no me creyó. No le interesaba la campana, solo quería saber dónde estaba el galeón”.

Mazzara propuso que revelaría el lugar exacto del hallazgo, si le daban un documento que le acreditara como el descubridor del naufragio. “Alvarez se opuso y la reunión se dio por terminada”, recuerda el italiano, que guarda fotos del encuentro.

De regreso a España, el lugar donde vive Mazzara, realizó varias gestiones para llegar al Rey español y entregarle la campana en sus manos, pero “ellos [La Casa Real] interpretaron que yo quería lucirme y sacar algún provecho. No investigaron nada y me tomaron por tonto”.

Según el buzo italiano, sometió la campana a un análisis metalúrgico en el Instituto Tecnológico de Aragón, con la Universidad de Zaragoza. “Allí me certificaron su antigüedad y el análisis de corrosión eléctrica corroboró que la pieza podría tener la edad de la campana de La Santa Maria”.

“Esta pieza es una rareza”, insiste. “La Niña y La Pinta no tenían campanas. En esa época, las embarcaciones aún no llevaban las campanas que usan todos los barcos hoy día.

En 2002, cuando Mazzara intentó subastar la campana en Madrid, Portugal lo denunció por robo. “Yo no había robado nada a nadie, no obstante, Patrimonio Histórico de España la incautó y se suspendió la subasta”.

Después de este suceso, Portugal solicitó una comisión rogatoria a la autoridad española. En el posterior juicio, demostré mi buena fe y me devolvieron la campana”.

“Los portugueses son quienes certifican que se trata de la campana de Cristóbal Colón”. De todas formas, esta pieza histórica nunca ha sido del país luso, el único vínculo con esa nación es que el barco español se hundió en sus costas”.