Entre enero a julio de este año, el comercio total entre Estados Unidos y México ascendió a $375,500 millones, lo que representa el 14,7% del comercio mundial de la economía estadounidense, lo que consolida a estos países como sus principales socios comerciales de manera recíproca.
Datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos (US Census Bureau, en inglés), indican que durante los primeros siete meses del año (enero a julio), las importaciones de productos mexicanos a Estados Unidos alcanzaron los $218,000 millones, mientras que EE UU mandó $157,190 millones en mercancías a México.
Las cifras representan un incremento anual de 26% en las ventas de bienes y servicios a territorio americano por parte del país vecino del sur, con lo que se posiciona por encima de Canadá, que logró un intercambio comercial con EEUU de $372,432 millones, y China en tercer lugar, con $352,811 millones.
Ante la noticia, Luz María de la Mora, subsecretaria de Comercio de la Secretaría de Economía de México, expresó en Twitter que el hecho de que México permanezca como el principal socio comercial de Estados Unidos “reafirma la solidez de la relación de ambas naciones y su integración productiva”, lo que demuestra que el país va por buen camino hacia la recuperación económica.
Pese a que México encabeza la balanza comercial en el acumulado del año, en el mes de julio se vio desplazado por Canadá, ya que durante ese mes el país de la hoja de maple fue el principal socio comercial de EEUU al lograr un intercambio de $55,700 millones, cifra por encima de los $55,600 millones reportados por México en el mismo mes, y los $55,100 millones de China.
Estos datos se suman a los de abril y mayo, en los que los datos de la Oficina del Censo estadounidense indican que Canadá se ha posicionado durante esos tres meses como el principal socio comercial de EEUU.
A su vez, otra amenaza latente para México y que podría mermar su auge comercial es el diferendo que existe con Estados Unidos sobre las reglas de origen de la industria automotriz en el marco del tratado comercial de América del Norte (T-MEC), lo que podría suponer un dolor de cabeza para México en caso de que el pleito tenga que resolverse a través de un panel internacional.
Esto porque en el rubro de producción automotriz, el T-MEC exige un valor de contenido regional de al menos 75% para no pagar aranceles, un porcentaje mayor al 62.5 por ciento del TLCAN, el anterior tratado comercial firmado por estos tres países.
En este sentido, México y Canadá consideran que si una pieza esencial del automóvil se exportó de EE UU a México con un contenido regional de 80%, ese porcentaje se debe redondear a 100% (dado que ya cumplió con la regla de origen) y sumarse al contenido regional exigido para el automóvil al que esa autoparte se incorporó a fin de exportarse a la región sin tener que pagar aranceles.
Sin embargo, en Washington no están de acuerdo y argumentan que únicamente se debe añadir el valor correspondiente a ese 80% de la autoparte (no el 100%) en la suma que se requiere para cumplir con el contenido regional total del auto exportado.