Por Walter Krohne

El nerviosismo comienza a ganar terreno en la lista de la Unidad Constituyente (UC) cuando todo un singular proceso de postulación de la centroizquierda iba saliendo casi como “anillo al dedo”. Sin embargo, el histórico MEO  (Marco Enriquez Ominami) aparece en el momento más difícil y viene precisamente a complicar las cosas y a “echar a perder”, tanto los planes de la enviada de Michelle Bachelet, Paula Narváez (PS), como también de Yasna Provoste (DC) que ya está bastante complicada porque su ritmo ha sido de  “despegue triunfalista para luego lentamente caer y debilitarse”.

A ambas no les quedó otra cosa este miércoles que llamar al nuevo “intruso electoral y de última hora”, el histórico ME-O, a abstenerse de presentar su candidatura para «no fragmentar más la elección».

La posibilidad de que él también inscriba su candidatura es firme y Yasna y Paula le transmitieron que ya no había” espacio “para una definición distinta». Pero ya conocemos a ME-O que insiste e insiste y él, con camino propio, quiere también inscribirse para estar en la papeleta de este sábado 21 de noviembre. ¡Increíble!

El Tribunal Constitucional acogió el requerimiento presentado por el fundador del PRO de restitución de derechos políticos, los que perdió tras ser excluido del padrón electoral por estar acusado de supuesto fraude en las rendiciones de gastos de su candidatura en 2013. El TC oficiara al Servicio Electoral para incluirlo en el padrón, lo que le permitiría aventurarse por cuarta vez en la carrera a La Moneda.

¿Cómo se realizará la consulta ciudadana de este sábado de la UD?  Con estos antecedentes nuevos, a esta altura no lo sabe nadie.

Paula fue muy clara: «Si ellos (el PRO) tomaran la decisión del camino propio es una decisión de la cual se tienen que hacer cargo. Yo creo que tenemos que seguir abogando y esa es mi intención, por la máxima unidad del centro y de la izquierda para poder gobernar por los cambios que hoy día Chile exige y para eso nos necesitamos todos y todas y por lo tanto evitar la fragmentación en la primera vuelta», dijo la candidata del PS, PPD, Nuevo Trato (NT) y PL.

Narváez recordó que el partido de ME-O no quiso sumarse a la consulta ciudadana de este sábado en donde se medirán ella frente a la presidenta del Senado y el radical Carlos Maldonado. Y planteó que a través de este camino se podría «impedir que la derecha gane» y «es por eso que las fuerzas del centro y de la izquierda nos tenemos que unir en un proyecto común y para eso estamos avanzando para llegar lo menos fragmentado a la primera vuelta presidencial».

Mientras que Provoste, si bien dijo que no quería hacer «opinología», planteó que «nos parece que es muy importante que ellos sean parte de la Unidad Constituyente». Además la candidata de la DC, quien es la que tiene menos que perder de los tres por su cargo de Presidenta del Senado, enfatizó que el PRO «está participando del proceso de negociación de listas parlamentarias, por lo tanto creo que no hay espacios para una definición distinta».

Frente a la candidatura de Gabriel Boric (izquierda dura) – el punto central de mira de la llamada centroizquierda para recuperar el terreno perdido-, la consulta ciudadana de este sábado no le da a la UC la competitividad electoral que esperan o que necesita por tres razones concretas: el debilitamiento de sus tres candidatos es notoriamente obvio; con el “fantasma del ME-O peor será la situación y hace crecer el temor a la derrota; y tres, el ganador del sábado dependerá de la cantidad de electores que concurran a las urnas y al parecer no están dadas las condiciones para ello.

Todo esto hace pensar y con mucha razón que la centroizquierda (la ex Concertación que ha liderado cinco gobiernos) no llegue al balotaje presidencial por primera vez desde el retorno a la democracia.

Si en 2017 con la irrupción del Frente Amplio y de la candidatura presidencial de Beatriz Sánchez la ex Concertación vio amenazadas sus posibilidades de pasar a segunda vuelta, hoy, ante el complejo escenario que enfrenta el sector, puede ser castigado con un tercer o cuarto lugar el 21 de noviembre.

La inquietud comenzó el 19 de mayo pasado, cuando el sector no logró inscribir primarias legales, a diferencia de Chile Vamos y Apruebo Dignidad. Y se afianzó el 18 de julio, cuando la medición de sus adversarios logró altos niveles de participación (más de tres millones de votos) y parte importante de los votantes de la centrozquierda se fueran con Gabriel Boric (Frente Amplio).

Y como dijo el senador PPD Guido Girardi “hay que hacer un esfuerzo gigantesco (para la primera vuelta). Podríamos haber tenido la pole position si hubiésemos hecho las cosas bien, si hubiésemos ido a la primaria legal, y estos son los costos por no hacer las cosas bien” enfatizó.

Y para que decir lo contrario, los partidos de la ex Concertación, en esta pasada, lo hicieron todo mal desde mayo hasta ahora y lo peor es que al frente de la operación 2021 no hubo ningún liderazgo.

 “La centroizquierda enfrenta el peligro de la irrelevancia (…), hay que luchar por mantener la vigencia de la centroizquierda, eso es parte de lo que está en juego”, acotó el expresidente  del PPD Heraldo Muñoz.

El resultado del sábado está casi a la vista, no será nada, tanto por participación como por los candidatos.

Narváez llega a la alección marcando un 2 o 3 por ciento, la nada misma. Provoste, por el respaldo «natural» de la DC, tendría mayores posibilidades, pero no suficientes para llegar con todas a La Moneda. Ese partido se jugará entre ligas mayores.