Por Martín Poblete Pujol
A comienzos de 1979 empieza el que parece haber sido intenso debate en Moscú. El Ministro de Relaciones Exteriores Andrei Gromyko, el jefe de la KGB Coronel General Yuri Andropov, y el jefe de ideología Mikhail Suslov por intermedio de uno de sus cercanos asistentes Andrei Kirilenko (no es alcance de nombre, es el mismo «apparatchik» a cargo de los partidos comunistas latinoamericanos junto con Boris Ponomarev) se manifestaron en contra de intervenir en Afganistán; por su parte, el Secretario General Leonid Brezhnev y el alto mando del Ejército Rojo estaban por intervenir. En reunión del Politburo del 31 de octubre de 1979, se acordó enviar una misión a Kabul encabezada por Boris Ponomarev y el Mayor General Aleksei Yepishev. El 1° de diciembre de 1979, el Ministro de Defensa Dimitry Ustinov, el Comandante en Jefe del Ejército Rojo Mariscal Yuri Ogarkov, y el Jefe del Estado Mayor Coronel General Viktor Akromeyev, hicieron llegar al Comité Central su opinión favorable a invadir; el 12 de diciembre se tomó la decisión de ejecutar la invasión de Afganistán, el 25 de diciembre llegaron las primeras fuerzas soviéticas a Kabul.
En Washington, a comienzos de 1979, el Consejero de Seguridad Nacional Dr.Zbigniew Kazimierz Brzezinski(derecha), envió memorándum interno por largo tiempo confidencial, dirigido al jefe de la CIA Almirante Stanfield Turner, pidiendo elaborar un informe de la situación en Afganistán. Él creía ver peligro de intervención soviética con implicancias en Pakistán, y el Océano Índico. Con ese informe y sus propias ideas al respecto, el Dr. Brzezinsky participó en reuniones ampliadas del Consejo de Seguridad Nacional encabezadas por el Presidente Jimmy Carter el 28 y 30 de diciembre de 1979, argumentando la necesidad de «hacerles pagar el costo de su intervención», y de ser posible crear condiciones para su derrota y eventual salida de Afganistán. En febrero de 1980, Brzezinsky estuvo en el Paso Khyber para entregar personalmente armas y apoyo político a quienes describió como «luchadores de la libertad», ese nuevo actor en la escena era el Talibán. Poco más de treinta años más tarde, el Presidente George W. Bush ordenaba la invasión y ocupación de Afganistán, la cual ha terminado entre ayer y hoy después de veinte años y los gobiernos de los presidentes Barack Obama, Donald Trump, y el actual Joe Biden.
Es imposible saber hoy cuales serán las características de un gobierno encabezado por el Talibán, un régimen basado en el fundamentalismo islámico, hay quienes dicen de la rama Suni del Islam, su base de operaciones en las ciudades, cual será su relación con los clanes y tribus de orígenes ancestrales en las motañas y valles de interior tiene mucho de impredecible.