Foto de portada: Fuerzas del ejército nacional afgano (ANA) en una ceremonia para continuar la guerra
El Departamento de Defensa acelera los planes para sacar de Afganistán a todos los estadounidenses ante la previsión de que el gobierno pueda caer en los próximos 30 días mientras se busca un compromiso de los talibanes de no atacar la Embajada en Kabul..
El rapidísimo avance de los talibanes en Afganistán supera las previsiones más negativas de Estados Unidos y obliga a preparar con celeridad planes de evacuación de todos sus ciudadanos en el país.
Los talibanes fueron derrocados del poder en 2001, tras una incursión militar liderada por Estados Unidos, pero poco a poco el grupo islamista ha ido retomando fuerza a lo largo y ancho de Afganistán.
El Pentágono está movilizando más de 3,000 infantes de marina para una posible evacuación de la embajada de Estados Unidos y los ciudadanos del país en Kabul ante la estimación de que el gobierno afgano caiga en un mes debido al rápido progreso talibán, según informaron fuentes militares y gubernamentales.
El Departamento de Defensa acelera así sus planes para sacar a todos los estadounidenses del país. Una evacuación de estas características, explicaron fuentes del Pentágono al diario The New York Times y luego en rueda de prensa por su portavoz, Ned Price, implica una fuerte movilización de militares que aún están en Afganistán para llevar a las personas al aeropuerto internacional Hamid Karzai y garantizar su seguridad hasta que lleguen aviones de trasporte militares a recogerlos.
Price dijo que un «núcleo» del personal diplomático permanecería en la embajada de Estados Unidos fuertemente fortificada para continuar con su trabajo diplomático y consular, pero se negó a decir cuántos serían. El gobierno de Biden también acelerará la salida de afganos que han trabajado con el gobierno de EEUU y han solicitado asilo.
En paralelo tienen lugar unas conversaciones clave: los negociadores estadounidenses están intentando que los talibanes les garanticen que no atacarán la embajada si toman la capital, según dos funcionarios estadounidenses consultados por el NYT.
La Embajada de Estados Unidos emitió este jueves una nueva alerta urgiendo a los estadounidenses que «dejen Afganistán inmediatamente usando las opciones de vuelos comerciales disponibles».
Los talibanes están cerca de controlar todo el norte del país y han tomado la estratégica ciudad de Ghazni, unas 90 millas al sur de Kabul, lo que los posiciona para atacar la capital.
Los militantes talibanes ya han invadido 12 capitales de provincia en Afganistán, incluida la tercera ciudad más grande, Herat.
Con la caída de Qale-e Naw, los insurgentes han tomado el control de 12 de las 34 capitales provinciales de Afganistán en menos de una semana, logrando rápidos avances territoriales mientras las tropas estadounidenses planean retirarse del país devastado por la guerra para finales de mes después de 20 años allí.
Estados Unidos ordenó una evacuación parcial del personal diplomático de Afganistán mientras los talibanes continúan su ataque, con las tropas estadounidenses regresando temporalmente a Kabul para ayudar con la retirada.
«No es una evacuación completa. En este momento la embajada sigue abierta, seguiremos teniendo una presencia diplomática en el terreno», dijo el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, en una conferencia de prensa.
Agregó que la comunidad internacional no reconocerá un nuevo gobierno afgano si se hace con el poder por la fuerza.
La agencia de noticias británica PA también dijo que alrededor de 600 soldados serán desplegados en Afganistán para ayudar a los ciudadanos británicos a salir del país.
En Herat, los militantes han tomado el control de la sede de la policía, la oficina del gobernador y la cárcel de la ciudad. Los combatientes talibanes han liberado a todos los prisioneros de la cárcel de la ciudad de Herat, agregó Hashimi. Altos funcionarios del gobierno, incluido el gobernador, se han refugiado en la zona del aeropuerto.
Los cruces fronterizos de Islam Qala y Torghundi, que son económicamente importantes para el país, se encuentran en la provincia de Herat, que comparte una larga frontera con Irán. Los insurgentes ya han tomado el control de los puestos comerciales.
Desde principios de mes se han producido intensos combates en una de las puertas de la ciudad. Las fuerzas leales a un líder anti-talibán y ex prisionero talibán, Amir Ismael Khan, fueron la principal fuerza de resistencia contra los insurgentes.
Los políticos locales se han quejado de que el ejército no ha logrado proteger la ciudad contra los ataques de los talibanes.
En todo el país, las fuerzas de seguridad afganas se han visto abrumadas por la arremetida de los talibanes, y los recursos militares se agotan, lo que ha provocado temores sobre el destino de la capital, Kabul.
La UE teme desastre humanitario por ofensiva talibán
La Unión Europea teme que el fulgurante avance de los talibanes desestabilice Afganistán y salpique a toda la región, desde Líbano hasta Pakistán. Bruselas ve un riesgo cada vez mayor de que la escalada de violencia tras la salida de las fuerzas occidentales provoque una grave crisis humanitaria similar a la de Siria y un éxodo masivo que podría llegar hasta al Viejo Continente. La UE está redoblando los esfuerzos diplomáticos para que lleguen a buen puerto las negociaciones en Qatar entre el Gobierno afgano y los insurgentes para un acuerdo de paz. Pero por si acaso, desde la Comisión Europea se pide que se refuerce el apoyo a los países vecinos, en particular a Irán y Pakistán, para que puedan absorber la potencial salida de la población desplazada por el conflicto.
Los choques armados entre las fuerzas del Estado afgano y los rebeldes talibanes ya han provocado el desplazamiento interno de más de 400.000 personas y las previsiones apuntan a que al menos otro medio millón de personas emprenderá la huida. “Este escenario va a tener un impacto en los flujos migratorios y en la estabilidad de toda la zona”, apunta una alta funcionaria de la Comisión Europea. El organismo comunitario ya está maniobrando a nivel internacional para intentar neutralizar la crisis porque, según un alto funcionario europeo, la UE no quiere “ver un flujo de migración masiva” hacia el exterior del país.
En 2020, un total de 44.100 afganos pidieron asilo en la UE, la cifra más alta, solo por detrás de los sirios. El 35% de las solicitudes se registraron en Alemania. Fuentes de la Comisión aseguran que la evolución de las cifras este año era a la baja, con solo 4.000 llegadas desde enero. Pero la violencia desatada en las últimas semanas puede acelerar las salidas, primero hacia los países vecinos y, después, hasta Europa.
El Gobierno de Kabul, de momento, ya ha comunicado a los países de la UE que, dada la situación de violencia en el país, suspende al menos durante tres meses la repatriación de afganos que lleguen de manera irregular. En 2020, antes de la ofensiva talibán, los afganos ya eran el segundo contingente más numeroso de peticionarios de asilo en la UE, solo superados por los refugiados de Siria.
Todo recomenzó en agosto
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que todas las tropas estadounidenses dejarán Afganistán a finales de agosto 2021. Esto pondría fin a la guerra más larga y más costosa en la historia. Es momento de preguntarse, entonces, de qué sirvió esta guerra y cómo puede justificarse los costos políticos, humanos y económicos que dejó en su sendero de llanto y destrucción.
¿Sirve de algo la guerra? ¿Se puede justificar en cualquier circunstancia? ¿Existen guerras justificables? ¿Guerras buenas?, se preguntan hoy diversos medios de comunicación y especialistas internacionales.
Ciertamente, los vencedores de la guerra siempre han sabido justificar la bondad de sus intenciones. Las independencias, de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial y muchas revoluciones se cantan como guerras necesarias. Y, por supuesto, hay guerras menos justificables que otras: Estados Unidos parece ser un país experto en este tipo de conflictos.
¿Qué logró la guerra de Corea, más allá de un intercambio fútil de fronteras, enormes pérdidas humanas y un eterno conflicto? ¿Qué logró la guerra de Vietnam? ¿Qué ha logrado la guerra en Afganistán?
La misión de Estados Unidos en este conflicto parecía clara… en un principio.
Después de los ataques del 11 de septiembre, George W. Bush se vio forzado a implementar una política rigurosa frente al terrorismo para tranquilizar la opinión pública y encontrar una ansiada reelección. La decisión aplaudida fue vengarse de uno de los estados que cobijaron a Al-Qaeda: Afganistán.
Claro, Estados Unidos realizó una elección arbitraria… porque, para asegurarse de acabar con todo país que pudiera dar refugio a Al-Qaeda, hubiera tenido que conquistar toda la región. Y la idea de invadir Pakistán, un estado hostil con un enorme arsenal nuclear, no parecía factible.
En cualquier caso, lo que querían lograr era, en las palabras del General Nicholson, “proteger la seguridad nacional al impedir que Afganistán sea utilizado, nuevamente, como un refugio para terroristas que buscan atacar a Estados Unidos y sus aliados.”
Pronto, la misión se convirtió en otra cosa cuando Bush quiso implementar una política de democratización del país. No bastaba derrotar a los talibanes -que cayeron muy pronto, huyendo a Pakistán- sino que se debía estabilizar la región bajo los ideales americanos de democracia y libre mercado. Era la misma época en la que las papas a la francesa fueron rebautizadas, por el gobierno, como “papas de la libertad”.