El problema de las licencias médicas mal o engañosamente otorgadas están afectando por igual tanto al sistema público como privado restringiendo el financiamiento de las prestaciones de salud y por lo tanto se hace cada vez más difícil financiar la operación en los centros de salud privados que también atienden a parte importante de la población que está en la estatal Fonasa.
El gasto en licencias del sistema privado representó en el primer semestre de 2021 el 41% del total de las cotizaciones obligatorias, según declaró a La Tercera el gerente general de Colmena Felipe Galleguillos.
El ejecutivo señaló que en Chile es cada vez más necesario crear un mecanismo que permita ajustar los ingresos del sistema asegurador para hacer frente a las crecientes demandas de salud de la población. En esta línea, el próximo desafío clave del sector sería la implementación que haga el regulador de la nueva ley de adecuación de precios de las isapres”.
Al parecer el encierro como consecuencia de la pandemia ha influído notablemente en este incremento de licencias que registra un crecimiento histórico de un 86,3% en licencias de salud mental durante los últimos dos años. A eso se agregan las licencias asociadas a Covid y licencias maternales preventivas parentales, que hasta junio 2021 representaban un 35% del costo total de Subsidio de Incapacidad Laboral respecto al costo del año 2019″. Sin embargo, agregan que “los permisos relacionados con la pandemia tienen una evolución dentro de lo previsto, pero aquellas que corresponden a otros diagnósticos registran un aumento inusual, sobre todo las que corresponden a salud mental.
Igualmente en esta última isapre se habla de “licencias con patrones de fraude con venta explícita de licencias por redes sociales y médicos con altos volúmenes de emisión de licencias sin atenciones médicas previas. La empresa consultora Inmune estima que un 30% del total de licencias médicas son fraudulentas”.
Al respecto, Consalud de propiedad de ILC (Inversiones la Construccióna S.A) dice que “lo anterior es preocupante ya que el fraude incurrido tanto por quien compra y/o vende una licencia médica es completamente financiado por el ingreso percibido desde la cotización pactada de todos nuestros afiliados. Esto implica en términos simples que se destinan recursos a licencias de origen fraudulento que podrían ser utilizados para entregar mejores coberturas a nuestros beneficiarios”.
Un estudio de la Fundación Politopedia proyecta que del total del dinero que aportan los afiliados con su cotización legal en las isapres, este año se destinará un 40% al pago de licencias, y en Fonasa será más de la mitad de la cotización. Todos coinciden en que el impulso hoy viene por las patologías de salud mental. Pero también está el aumento en licencias injustificadas o fraudulentas que incluso se venden en redes sociales.