Unos 300 inmigrantes indocumentados centroamericanos deportados por Estados Unidos en vuelos directos al sur de México han sido luego expulsados por ese país a un remoto poblado ubicado en el norte de la selva de El Petén, Guatemala, donde permanecen varados y casi sin posibilidades de regresar a sus países de origen.
La semana pasada el gobierno de Joe Biden inició los vuelos con deportados a la ciudad de Villahermosa, en el sur de México, en un intento por disuadir a los que cruzan la frontera repetidamente, reportó el diario The Washington Post .
El gobierno de México acordó con Washington aceptar esos vuelos y aseguró que permitiría que los migrantes que tienen miedo de persecución creíble de ser regresados a sus países, podían solicitar asilo.
A finales de julio el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció los primeros vuelos de expulsiones con inmigrantes que no califican bajo el Título 42 del Código de Estados Unidos, una vieja política que data de 1944 y que el gobierno de Donald Trump habilitó el año pasado por la pandemia del coronavirus.
La herramienta permite a las autoridades federales deportar de manera acelerada a extranjeros por razones de seguridad sanitaria pública y ante el riesgo de propagar el virus del covid-19.
Tres días antes, el gobierno había anunciado la reactivación de la política de deportaciones expeditas (expedited removal) de ciertas familias que no calificaban para asilo ni bajo el Título 42, y eran inadmisibles bajo la ley de inmigración.
“De acuerdo con ese enfoque, el DHS reanudó los vuelos de deportación acelerada para ciertas familias que llegaron recientemente a la frontera sur, no pueden ser expulsadas bajo el Título 42 y no tienen una base legal para permanecer en Estados Unidos”, dijo el Departamento en un comunicado.
El Post detalló que los migrantes deportados la semana pasada de Estados Unidos y luego de México, en su mayoría son originarios de Honduras, El Salvador y Guatemala.
Los afectados arribaron a la remota ciudad fronteriza guatemalteca de El Ceibo, donde describen una serie caótica de expulsiones, primero de Estados Unidos en aviones y luego de Villahermosa (sur de México) a Guatemala en autobús. Indicaron que no se les dio la oportunidad de buscar refugio en México.
En los grupos de expulsados hay madres con hijos menores de 1 año, denuncia el periódico.
Cuando llegaron a El Ceibo, un pueblo de unas 300 personas rodeado por vastas extensiones de tierras de cultivo y selva, se les dijo que comenzaran a caminar hacia el sur.
El albergue Casa del Migrante en El Ceibo, que tiene una capacidad para 30 personas, se ha visto abrumado ya que más de 300 migrantes deportados han llegado al pueblo desde el viernes. El refugio ha implementado un límite de dos noches para aquellos que acepta.
“No sabemos dónde vamos a dormir mañana”, dijo Jennifer a Univisión, una salvadoreña de 24 años del departamento de Morazón, que viajaba con su hijo de 9 meses. The Washington Post dijo que fueron expulsados del sur de Texas a Villahermosa el lunes por la mañana, y luego las autoridades mexicanas los llevaron en autobús a El Ceibo esa misma noche.