Por Walter Krohne

Es una primaria, si es primaria. Para algunos lo que ocurra en noviembre será lo más importante, en primera y segunda vuelta,  y lo de mañana será únicamente mostrarnos a los chilenos un camino para el futuro de Chile, que cada uno podrá luego calificar. Me da la impresión que el interés por concurrir a las urnas este domingo no es demasiado alentador, porque con la lista de candidatos, tanto de derecha como de izquierda, una decisión a estas alturas es tremendamente compleja. Para mi, ninguno de los candidatos, en caso de ser electo, contaría con las condiciones de carácter, conocimiento, energía o ideas realmente revolucionarias  para levantar un país que ha quedado muy cerca del suelo tras el estallido social y la pandemia.

Aparte de esto el nivel de la política se ha venido también al suelo en Chile. ¡Para qué estamos con cosas! Desde ya la Constituyente ha demostrado un cuadro dramático con dirigentes entre comillas que sólo están allí para  causar líos y entrar en discusiones que no aportan en nada a la redacción de una nueva Constitución. Algunos electos ni siquiera habían leído en su vida algún texto constitucional y ellos mismos lo han reconocido. Otros más sabios y más serios demuestran su arrepentimiento de haber votado “apruebo” tras haber caído en este escenario que es la risa de todos, especialmente en las redes sociales. Sólo ayer jueves, los constituyentes tuvieron que suspender la sesión para ir a una comisaría de Santiago a liberar a dos de ellos que habían sido detenidos por carabineros tras provocar desórdenes en una marcha.

Reformas inadecuadas en nuestro esquema electoral han permitido que personas sin preparación y algunos sin siquiera profesión, o favorecidos solo por un cambio en la Ley Electoral, consigan ser elegidos en instancias destinadas a conducir, avanzar o reordenar el país. Esto está muy bien pensado para ampliar la democracia con la participación siempre de rostros nuevos, pero al mismo tiempo habría que fijar ciertas condiciones que midan la capacidad de los candidatos a ejercer cargos estatales.

Estamos todos involucrados en un proyecto de un nuevo Pacto Social pero en el marco de un diálogo que permita corregir los puntos que son críticos en la actual Carta Magna. Para eso se requiere mucha seriedad y sabiduría que, al parecer no existe en la mayoría de los 155. No se trata de una refundación de Chile, como se ha dicho

Muchas votaciones

 

La verdad es que han sido muchas votaciones que, en algunos casos se han realizado con una concurrencia deplorablemente mínima. Y eso ha ocurrido porque no se han explicado bien las cosas. Elección de Gobernadores, por ejemplo, que supuestamente reemplazarían a los intendentes; nunca estuvo claro el compromiso de los electos que han asumido ahora sin presupuesto, sin un panorama claro y para peor sin oficina donde trabajar. Es para la risa pero así han ocurrido más o menos las cosas. Ahora tenemos un gobernador demócraticamente elegido y un gobernador-intendente que representa en cada Región al Presidente de la República y nombrado por éste. En este arreglo van a producirse problemas entre ambas autoridades, no cabe duda. El elegido por el pueblo y el designado a dedo por el gobierno central. Tampoco está claro hacia adónde se quiere ir con todo esto…¿seremos en el futuro un estado federal como en Argentina?.

Cuántos votos consiga cada alianza política en la primaria del domingo también será relevante a la hora de proyectar estos resultados para la primera vuelta de noviembre, siendo mejor para el mundo financiero una votación de Chile Vamos que no quede muy por debajo de la  lista Apruebo Dignidad.

Mientras esperamos el cierre de las urnas el domingo cunde la incertidumbre en el mercado local ¿qué hacemos se preguntan los inversionistas y empresarios…(que les dan “pega” a los chilenos)…nos quedamos o nos vamos?

El sector económico

La elección presidencial es una de las fuentes de incertidumbre más relevantes para el mercado local, por lo que las primarias de Apruebo Dignidad y Chile Vamos de este domingo serán seguidas con atención, a la espera de las señales que pueda ofrecer para la primera vuelta de noviembre y una eventual segunda vuelta en diciembre.

Según el diario Pulso son dos las variables a las que se pondrá atención desde el mundo financiero. La primera de ellas, y más obvia, es el resultado de la elección de cada pacto. La segunda, se refiere al nivel de participación que se consiga. En base a esto, son varios los que creen que un triunfo de Daniel Jadue (Partido Comunista)  en la elección que lo enfrenta al frentista Gabriel Boric (primarias de Apruebo Dignidad), con un alto nivel de participación, sería lo que genere más “peligro”.

Y lo peor de todo es que sí importa que gane la izquierda dura, porque dentro de ambas listas el sector financiero prefiere a Gabriel Boric, ya que se cree que este sería un reformista menos duro y más abierto al diálogo. ¿Es posible pensar así cuando ambos gobernarían juntos como en una alianza?

Pero como en nuestra política todo es relativo, sería difícil pensar en cambios muy radicales porque el país económicamente orientado en  otra dirección y el libre mercado no se podrá borrar así como así. No lo consiguió tampoco ni Salvador Allende.

En la izquierda Boric podría ser un problema para el desarrollo de Chile, porque en su círculo, aparte de ser él muy joven y con una escasa experiencia en los círculos de la alta política, también hay que pensar en que Chile está inserto en un mercado internacional en el cual los nuevos ocupantes de La Moneda deberán tener necesariamente muy buenos contactos fuera de Chile y Boric no creo que los tenga.

Pero peor sería Jadue porque aparece como peligroso en sus anuncios de cambio radical del modelo. Nada de eso; porque en Chile hay que ir avanzando “piano, piano” o “paso a paso” (como quieran) y no romperlo todo para comenzar de nuevo a construir.

La centroderecha

En Chile Vamos, la alianza de la derecha y centroderecha, con cualquiera de los cuatro candidatos Chile seguiría más o menos igual como ahora, con crecimiento sostenido y expandiendo las posibilidades de incremento de nuevos puestos de trabajo.

Lavín es una carta política ya “vieja y conocida” pero pienso que se le pasó ya el timpo, y busca ahora utilizar caminos de otros territorios que a él no le pertenecen como es la histórica Social Democracia.

Sichel y Briones (izquierda) parecen ser políticos con futuro deseosos de cambios dentro de la centroderecha especialmente en los sectores económicos y del desarrollo social.

Finalmente Mario Desbordes es un político tradicional que tuvo sus años de éxito pero que fue cayendo lentamente errando la estrategia y dejado de lado por su propia gente.

En todo caso cualquiera de estos cuatro candidatos muestran ser homogéneos en temas económico-financieros, que es lo que les interesa a los sectores que mueven la economía en Chile

La participación electoral es muy importante, especialmente para los más jóvenes, pero como dije antes no se ve mucho interés por esta votación. Hay que solo ver cuántos centenares aprovecharon este fin de semana largo para ir a la playa y otros lugares del campo o la cordillera.

Los expertos opinan que para caer en una “hecatombe” Los candidatos de la izquierda tendrían que lograr una votación muy alta, casi nunca vista para un comunista y un frenteamplista. Ahí estaría Chile en problemas aunque podría en noviembre Yasna Provoste (DC de izquierda más moderada) salvar la situación y con ella los chilenos tendrían “el ya histórico elemento presidencial del mal menor”.