La operación que culminó con el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise, hace exactamente una semana, fue violenta en todo momento, aunque según algunos de los participantes en el asalto, el plan no era liquidar al mandatario sino arrestarlo.

En las últimas horas las investigaciones han llevado a la identificación del  cerebro del atentado, un médico haitiano radicado en el estado estadounidense de Florida que ha sido identificado como  Christian Emmanuel Sanon quien desde 2011 imaginaba escenarios en los que él tenía el poder en Haití. Bajo ese supuesto, aseguraba que cualquiera que quisiera negociar con el país caribeño, el más pobre de América Latina, tendría que responderle muchas preguntas.

«Conmigo en el poder, van a tener que explicarme ¿qué van a hacer con mi uranio? ¿Qué van a hacer con el petróleo que tenemos en el país? ¿Qué van a hacer con el oro que quieren quitarme y explotar?», se le escucha en un video publicado en ese tiempo en su canal de YouTube bajo el nombre ‘Dr. Christian Sanon sobre la corrupción en la política’. «Nueve millones de personas no pueden estar en situación de pobreza cuando tenemos tantos recursos en el país. El mundo tiene que dejar de hacer lo que hacen (…) Necesitamos un liderazgo que cambie el modo de vida».

Como ese, hablaba en dos videos más con el mismo tono. «¿Por qué los haitianos quieren irse del país? Porque han sido desalentados y ya no pueden más con eso. Hay grandes recursos en el país y no pueden usarlos», se le escucha en otro.

Diez años después de aquellas grabaciones, su nombre está en todos los noticiarios, pero no por una victoria electoral. Tras el acribillamiento del presidente de Haití, Jovenel Moïse, en su residencia, Sanon, un médico de 63 años radicado en Florida, fue detenido en la isla y señalado como uno de los autores intelectuales del crimen.

Sanon llegó a Haití a inicios de junio a bordo de un avión privado con «objetivos políticos», explicó, y tras haber reclutado a un equipo de 26 personas que supuestamente le garantizarían su seguridad —la mayoría exparamilitares colombianos, según confirmó el gobierno de ese país— y que había contratado a través de una firma venezolana en Florida de nombre CTU. La misión inicial era arrestar a Moïse, pero el objetivo cambió, dijo el funcionario. Se convirtió en un magnicidio.

En la casa de Sanon en Haití hallaron una gorra de la Agencia Antidrogas (DEA), lo cual resultó sospechoso pues los hombres que ingresaron a la casa del presidente mostraron identificaciones falsas de la DEA. En la vivienda también había seis fundas de pistolas, cerca de 20 cajas de balas, cuatro placas de República Dominicana y 24 carteles para práctica de tiro al blanco sin usar.

El ataque a la Casa Presidencial fue muy violenta

Un reportaje difundido este martes por la cadena CNN indica que los mercenarios implicados en el complot llegaron disparando al aire y gritando, en inglés: «¡Operación de la DEA! Todo el mundo atrás!», mientras avanzaban por una calle hacia la residencia presidencial en el exclusivo distrito de Petion-Ville, de Puerto Príncipe.

Las fuerzas de seguridad haitianas ya estaban prevenidas del ataque, porque habían visto pasar por la madrugada un convoy sospechoso de cinco autos. Aunque corrieron hacia la casa de Moise, llegaron demasiado tarde, según esta información.

Moise fue asesinado en el dormitorio de su residencia privada. Recibió al menos 12 disparos, uno de ellos en la frente, según declaraciones del gobierno. La evidencia forense indica que aparte de las heridas de bala, el cuerpo del presidente presentaba señales de tortura, como una fractura en la pierna y graves heridas en la cara, según dijo a la CNN un funcionario local encargado de documentar la escena del crimen.

La esposa de Moise, Martine, resultó herida y fue llevada en helicóptero al día siguiente al hospital Jackson Memorial de Florida. «En un abrir y cerrar de ojos, los mercenarios entraron en mi casa y mataron a mi marido», dijo la primera dama haitiana en una grabación de audio publicada el fin de semana.

El domingo, la policía de Haití anunció el arresto de un supuesto autor intelectual, Christian Sanon, un médico con lazos en Florida.

Pero a pesar de la abundancia de agujeros de bala documentados en el interior de la casa del mandatario, ningún miembro del equipo de seguridad del presidente o del personal de la residencia resultó herido, según las autoridades, agregó el reporte de CNN.

Después de que los cuerpos de seguridad de Haití rodearon la residencia presidencial se desató una tensa operación de asedio para recuperar el edificio y arrestar a los asaltantes, narra el reporte.

Los sospechosos habían hecho rehenes a dos miembros de la guardia del presidente.

En el enfrentamiento murieron tres personas. Las huellas del tiroteo todavía están visibles en el edificio.

Al menos uno era informante de la DEA

El complot para asesinar al presidente de Haití abarcó supuestamente varios países y contó con la participación de exoficiales militares muy experimentados y meses de planificación, según funcionarios locales citados por la cadena. Entre los arrestados hay 20 exmilitares colombianos.

Los investigadores han interrogado a 19 personas detenidas por el crimen, quienes se habían reunido días antes del asalto en una casa en la capital haitiana, Puerto Príncipe, de acuerdo con información del diario Miami Herald.

“Probablemente estaban observando y esperando la oportunidad de hacerlo”, dijo el juez de instrucción Clément Noël, quien fue uno de los primeros en interrogar a los dos haitiano-estadounidenses entre los 19 sospechosos detenidos hasta el momento.

Aparentemente varios de ellos habían trabajado con anterioridad como informantes de las fuerzas del orden de Estados Unidos, dijeron personas con conocimientos del tema, citados por CNN.

Al menos uno de los sospechosos arrestados por las autoridades haitianas trabajó previamente como informante para la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), operando como una «fuente confidencial», dijo la agencia en el comunicado.

Un exmilitar colombiano que conoce a algunos de los arrestados, y estuvo a punto de participar en esa operación y recibió entrenamiento tanto en unidades militares colombianas como del Ejército estadounidense, contó a Univision Noticias que en marzo de este año recibió una llamada para participar en una misión en el exterior.

Dice que le hablaban de una misión en Centroamérica y que se trataba de dar «seguridad al presidente de la república de Haití». Quien le transmitió la información había sido su superior, el sargento Duverner Capador, quien murió en las acciones para repeler el ataque en la residencia del presidente Moise.