Por Walter Krohne
¡Y dále con que va a llover!: La Constituyente fue elegida y existe como órgano independiente electo con el único fin de redactar una nueva Constitución para el Estado de Chile y no para abordar materias contingentes o del día a día, ni menos para impulsar «rebeliones» o “revoluciones» que lo cambien todo, ni de izquierda ni de derecha.
Pero los sectores más izquierdistas insisten en que hay que liberar o amnistiar a todos los «vándalos» que rompieron Santiago en 2019, saquearon tiendas y supermercados o incendiaron edificios e iglesias. Algunos constituyentes quieren que estos «delincuentes» queden otra vez libres para que puedan seguir delinquiendo. Y esto no es posible en un estado de derecho. El que delinque tiene que pagar con una pena aflictiva (denominación que reciben todas las penas de crímenes y, respecto de las de simples delitos, las de presidio, reclusión, confinamiento, extrañamiento y relegación menores en sus grados máximos).
Si permitimos esto, tambien podríamos perdonar a los narcos y a los violadores…¿por qué no?

«Más de 1.200 saqueos y resaqueos» ocurrieron en un solo día en Santiago que hundió a varias tiendas ¿Pueden estos delincentes ser hoy amnistiados?
Amnistiar a los delincuentes (se les denomina así porque cometieron delitos) no corresponde en ningún caso y sería además pisotear al poder judicial que es uno de los poderes centrales de nuestra institucionalidad. Es cierto que este poder estatal ha funcionando muy lentamente y también a veces mal, pero es lo que tenemos y hay que mejorar sus procedimientos y acelerar los veredictos. Pero debe ser allí donde se aborden estas materias y no en otras instituciones del Estado ni menos en la Convención constitucional. No se trata de decirles a estos vándalos, como un padre perdona a un niño, «bueno esta vez te perdono pero no lo vuelvas a hacer, porque lo que hiciste es muy malo».
Sin embargo, por 3 votos de los senadores y senadoras Adriana Muñoz, Yasna Provoste y Juan Ignacio Latorre y 2 en contra, de los senadores Felipe Kast e Iván Moreira, la Comisión de Derechos Humanos respaldó la idea de legislar el proyecto, en primer trámite, que concede indulto general por razones humanitarias, en el marco del estallido social de octubre de 2019.
Cabe precisar que la moción -presentada por los senadores Juan Ignacio Latorre, Isabel Allende, Adriana Muñoz, Yasna Provoste y Alejandro Navarro, será estudiada, además, por las Comisiones de Constitución y de Seguridad Pública.
El primer impasse
en la Convención, por este controvertido tema, ocurre precisamente este jueves cuando la constituyente ni siquiera ha comenzado a abordar los temas de su competencia. Es increíblemente problemático todo esto porque si seguimos así tendremos por delante un año de puros conflictos y se puede arriesgar por este camino un quiebre de la Convención lo que sería políticamente muy grave para Chile y una pésima imagen internacional. Y no cabe la menor duda que hasta afectaría a las elecciones presidenciales.
Uno de los constituyentes de Valparaíso, Agustin Squella, prestigioso académico, definió el escenario en la sesión realizada ayer «de un alto grado de improvisación, desorden, agudizado por las evidentes deficientes condiciones de funcionamiento de la Convención», señaló. «Ampliar la mesa (a nueve integrantes como se hizo) podría entenderse que estábamos pasando por alto una de las reglas previas. Si así se entendiera podría ser utilizada como precedente para modificar otra regla previa» (como podría ser el tema de los dos tercios para lograr la aprobación de cada uno de las decisiones que se tomen en el futuro).
«Comprendo que haya grupos por afinidades políticas, pero el riesgo que estamos corriendo es que de los grupos pasemos a las facciones, y de las facciones a las presiones sobre la mesa o los demás», sostuvo. «Nos estamos pareciendo demasiado a la Cámara de Diputados. Lo único que faltaría es que a estos grupos le llamáramos bancadas y estaríamos haciendo otra vez lo que el país está cansado», declaró Agustín Squella, como dijo una de las personalidades más prestigiosas en Chile en estas materias constitucionales.

Iglesia afectada por incendio y profanación
Agregó que, como dicen los no infiltrados y que no tienen objetivos políticos definidos y que sólo quieren una nueva Constitución para Chile, que «debiéramos funcionar sobre la base de tener muy claro de qué se trata la Convención, de estudiar, debatir, concordar, redactar y proponer una nueva Constitución para el futuro», añadió. «La contingencia puede terminar devorando a la Convención Constitucional, alejándola de su objetivo o perjudicándola, a lo menos, en su objetivo», subrayó Squella.
El primer impasse entre constituyentes ocurrió en la segunda sesión de la Convención Constitucional luego que la mesa directiva reformulara la consulta de si ampliar o complementar a la directiva establecida por reglamento, que solo incluía a un presidente y un vicepresidente.
Previo a la instalación de la Convención, los constituyentes declaraban su rechazo a funcionar de la misma forma como lo hace el Congreso. Sin embargo, para el abogado y académico es precisamente esto es lo que está sucediendo.
En una entrevista con Radio Pauta, Squella se mostró preocupado por el prestigio de la instancia y afirmó que llegará un momento en que no podrán responsabilizar a otros, de lo que allí se obtenga. «Si cae el prestigio ciudadano de la convención, si pierden progresivamente la expectativa que pusieron en nosotros, es lo peor que podría ocurrirnos […] va a llegar un momento en que no podremos culpar a nadie si no podemos sacar adelante el trabajo», agregó.
Querido Walter, queriedolo mucho, creo debo manigestar mi desacuerdo más tajante con su artículo.
¿ Cree usted, a estas alturas, en el testimonio de la policia, como testigo y acusador? Yo, no.
¿ Cree usted que todos quienes están presos son delincuentes comprobables en lis tribunales?
Yo,no, pues quienes han tenido acceso a pagar un abogado, han sido puestos en libertad.
¿ Quiere usted apostar que si aceleran los juicios…cosa que evidentemente no quieren hacer…muy pocas serán las evidencias para condenar.
Esos presos, sin juicio no condena son rehenes políticos.
Lis montajes de pruebas por parte de la policía son pan de cada dia. La corrupción de la policía y de la justicia, son otro inhibidor de la fe pública para con ellos.
Entonces, querido amigo, se ha quedado usted con la efectiva quemazon de Chile, peto sin culpables, como el incendio del Metro.
En el trasfondo de esta explosión hay otros sctores, que usted no nombra. Esos debieran estar cumpliendo condena, sin embargo copan los salones, los himnos, lis honores y el repudio del pueblo todo.