Un nuevo libro escrito por dos periodistas del diario The Washington Post asegura que, a principios de 2020, el entonces presidente, Donald Trump, propuso trasladar a la base naval de Guantánamo a los estadounidenses enfermos de covid-19 que regresaban de hacer turismo en Asia.
El libro, titulado «Escenario de pesadilla: dentro de la respuesta de la Administración Trump a una pandemia que cambió la historia», escrito por los periodistas Yasmeen Abutaleb y Damian Palet relata, además de este episodio, un proceso de toma de decisiones «caótico y a menudo chapucero» en la Casa Blanca, cargado de «luchas por el poder».
Según los autores, el exmandatario habría sugerido la idea hasta dos veces en febrero del año pasado, cuando la Organización Mundial de la Salud todavía no había declarado la situación de pandemia y los casos conocidos de coronavirus se concentraban en el continente asiático.
«¿No tenemos en propiedad alguna isla?¿Por qué no a Guantánamo? Nosotros importamos bienes, no vamos a importar un virus», habría dicho Trump durante una reunión en la sala de crisis de la Casa Blanca con sus más cercanos colaboradores y funcionarios de alto rango.
En la base naval de Guantánamo, en la isla de Cuba, tan solo quedan 40 de los cerca de 800 reclusos que llegó a albergar tras su apertura en 2002 ordenada por el entonces presidente George W. Bush, en respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El libro ofrece un nuevo enfoque sobre Trump cuando el presidente oscilaba entre abrazar curas milagrosas del coronavirus como la cloroquina en su afán desesperado por hallar buenas noticias, lidiar con su propia enfermedad -que era mucho más grave de lo que los funcionarios reconocían- y preocuparse por las implicaciones del brote para su candidatura a la reelección.
De acuerdo con el libro el 18 de marzo de 2020 Trump tuvo un fuerte intercambio telefónico con el entonces secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar. «¡Las pruebas me están matando!» le reclamó Trump, gritando tan fuerte que los ayudantes de Azar escucharon cada palabra. «¡Voy a perder las elecciones por culpa de las pruebas! ¿Qué idiota hizo que el gobierno federal hiciera pruebas?»
«¿Te refieres a Jared?» respondió Azar, citando al asesor principal y yerno del presidente, Jared Kushner, quien apenas cinco días antes había prometido hacerse cargo de una estrategia nacional de pruebas con la ayuda del sector privado.
Trump le replicó a Azar que el gobierno de Estados Unidos nunca debió involucrarse en las pruebas y cuestionaba que los Centros de Control y Prevención de Enfermedades hicieran rastreo de las infecciones. «Fue una gran incompetencia dejar que los CDC desarrollaran una prueba», dijo Trump al parecer mientras reprendía a Azar.