Por Walter Krohne

Todo el trayecto del debate presidencial de anoche (Jadue y Boric) en CNN-Chilevisión, estuvo centrado en los mismos temas de siempre con mala conducción y preguntas «de baja monta», casi igual, aunque no peor, que en el primer debate de los candidatos de la derecha, donde el único que sacó la cara realmente fue Sebastián Sichel.

A Joaquín Lavín lo vi envejecido física y mentalmente insistiendo en defender las mismas ideas de siempre, ya conocidas desde que fue alcalde de Santiago, además de ser difíciles de concretar, muy apegadas a la política comunal similares  a algunas ideas de Jadue,  lo que ya queda chico y con gusto a poco  frente a un gran tema país que es lo que corresponde tras el estallido social y la pandemia.

Su idea socialdemócrata ya no convence  y además aquí no se trata de mirar hacia la desarrollada Europa, sino en Chile, donde no somos europeos ni tan disciplinados. Aquí se trata de impulsar una gran reforma cueste lo que cueste y caiga quien caiga ¿Tocaría Lavín a los empresarios más poderosos?

Ignacio Briones, quien ha sido reconocido como un buen ministro de Hacienda, especialmente para el momento en que ejerció ese cargo, le falta bastante para entrar en la política de las grandes ligas, lo que quizá logrará en algunos años si se lo propone y esta dispuesto, porque condiciones tiene.

Nadie supo bien a ciencia cierta que es lo que hacía allí Mario Desbordes, quien frenó bruscamente su carrera a La Moneda tras ser derrotado en su propio partido. Si los suyos  no lo quieren como «dueño de casa» menos tendrá posibilidad para ser «dueño de casa» en La Moneda.

El debate de la izquierda

El debate de anoche, también con normas bastante estadounidenses o yankees para presentar candidatos, fue  un show mediático más  donde Boric quedó mucho mejor parado que su compañero comunista Daniel Jadue. En otra palabras y en buen chileno, Gabriel Boric le «sacó la mugre y media» a un apagado y resentido comunista y todavía mostrando los mismos complejos de dictadura, además de querer aparecer como un «hombre grande» sin todavía haber salido o dejado de ser jefe de una comuna popular como Recoleta.

Lo más interesante estuvo al final cuando Boric se quejó ante Jadue  de que «nos trataron de traidores». Así le dijo “Tú y el Partido Comunista nos trataron de traidores, de que contribuimos a salvar a Piñera y que nos pusimos de rodillas ante la derecha”, recordó Boric, interpelando a Jadue a hacer una reflexión por los epítetos utilizados en ese momento y que ya en una primera parte del debate había calificado de “destemplados” y “deleznables”. Jadue respondió; “Más allá de los epítetos, uno tiene que ir al fondo, porque si discutiéramos sobre lo que cada uno ha dicho en momentos de calentura, podríamos terminar (el debate) mucho más tarde”.

Y en realidad Jadue no salió muy bien parado porque quedó más que claro que  fue él y su partido,  que no estuvieron en el Congreso Nacional el 15 de  noviembre de 2019 en el momento preciso, cuando Chile los necesitaba,   para intentar reconducir  políticamente a un  país en crisis, lleno de desentendimientos y odios. Allí era obligación estar para quienes creían y creen en la democracia. De allí salieron los constituyentes en una elección que  el Partido Comunista aprovechó bien para sus propios beneficios. No era ponerse de rodillas ante Piñera como dijeron los comunistas, se trataba de salvar a Chile de una locura de los vándalos que recorrían las calles sin control alguno rompiéndolo todo y asaltando los supermercados. Ojalá que quienes lean este comentario no me vayan a calificar de derechista, como es típìco en Chile, porque no lo soy. Como buen periodista no puedo estar ni con la derechja ni con la izquierda.

A pesar de este mini “incidente”, el debate fue en general con escasa confrontación y más de lo mismo

La Tercera dice: El episodio, sin embargo, no pasó a mayores y no alteró un cara a cara que se desarrolló sin sobresaltos. ¿Disensos? Sí los hubo y, aunque también fueron pocos, sirvieron a Boric para marcar algunas diferencias con su contendor, quien figura arriba en las encuestas.

Sin embargo, Jadue quedó como «un chanta», especialmente en la cuestión de los medicamentos para curar el coronavirus con marcas que no tienen legitimidad  sanitaria comprobada en ninguna  parte del mundo. Si fuere así estaríamos entonces salvados y en cambio las autoridades sanitarias chilenos están pensando en que debemos colocarnos una dosis adicional de la vacuna china porque contra este virus no hay remedios conocidos y que vino para quedarse.

Otro disenso entre ambos fue cuando Boric afirmó que sería «un daño irreversible» para las pensiones futuras  un eventual retiro del 100% de los fondos de las AFP, que es parte  del programa de Jadue.

Y esto fue, igual que el lunes, sin “cosas o anuncios espectaculares”. Para los que no lo vieron, se los cuento y eso fue todo.

Como siempre en política los comentarios se hacen después de los partidos y estos  sobran. Ya Rodolfo Carter vocero de campaña de Lavín calificó a Sichel como “un candidato inventado” o a Briones como que “es parte del problema que estamos viviendo” a lo que reaccionó su jefa de campaña Javiera Parada ¿Cómo va hacer parte del problema si acaba de llegar y qué queda para los que llevan 40 años?

Al final de todo se despide de los televidentes la animadora Mónica Rincón diciendo «con mucha modestia» que fue un encuentro con los mejores periodistas de Chile que son los que trabajan en CNN ¿Qué onda?, como se preguntan los jóvenes de hoy.