La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves con votación bipartidista de 268 contra 161 revocar los poderes presidenciales que permitieron la invasión del Irak de Saddam Hussein en 2002 y otras aventuras militares en los últimos años con el argumento de la lucha contra el terrorismo.
La resolución conjunta que autoriza el uso de la Fuerza Militar contra responsables de ataques contra EEUU de 2002′ se fundamentó en una legislación similar que el año anterior había permitido que el gobierno de George W. Bush organizara una operación internacional para derrocar a los talibanes en Afganistán, tras los atentados de Al Qaeda en Nueva York y Washington de 2001.
La medida, que esta semana recibió el respaldo de la Casa Blanca, ahora deberá pasar por el Senado, que tendrá la última palabra.
De ser aprobada en la Cámara Alta se revertirá la polémica medida que permitió a la Presidencia involucrar al país en acciones armadas sin necesidad de lograr el apoyo del Congreso que, según la Constitución tiene el poder de declarar guerras.
Los legisladores habían dado la batalla desde hace casi una década para eliminar no solo la Autorización para el Uso de la Fuerza Militar, de 2002, sino también otra aprobada en 2001 por el Congreso para responder a los ataques terroristas de septiembre de 2001.
El debate sobre este tipo de autorizaciones para el uso de la fuerza militar no ha terminado. Para algunos republicanos, debe ser reemplazada para poder atender «las amenazas modernas». «Necesitamos tener una autorización actualizada que refleje las amenazas en la región, las amenazas actuales, como Irán», dijo antes de votar el representante republicano y miembro del Comité de Relaciones Exteriores, Michael McCaul.
Sin embargo, para la republicana Nancy Mace esa autorización ha sido usada por tres presidentes, dos de su propio partido y un demócrata, «para resolver conflictos que nos han llevado a otros nuevos».
Esta semana, también la Casa Blanca dio su apoyo a la ley que votaron los representantes.
Desde su llegada a la residencia oficial, el presidente Joe Biden había manifestado su intención de trabajar con los legisladores para acabar con esta autorización, y en los últimos meses había estado negociando con los representantes.
«El Presidente está comprometido en trabajar con el Congreso para asegurar que autorizaciones caducadas para el uso de la fuerza militar sean reemplazadas con un marco más reducido y específico, apropiado para garantizar que podemos seguir protegiendo a los estadounidenses de las amenazas terroristas», se lee en un comunicado de la Casa Blanca.