Este año, las elecciones mexicanas en junio no sólo serán recordadas por contar con el mayor número de cargos que deberán ser renovados (cerca de 20 mil), sino que también la cifra de candidatas mujeres es histórica.

Esto se explica con reformas de ley que a «regañadientes» fueron concretadas en la década pasada  por el el Congreso mexicano obligando a los partidos políticos a postular en forma igualitaria a hombres y mujeres a los puestos legislativos en todo el país. Para algunos historiadores y analistas, lo ideal hubiese sido que esta ley no hubiese existido, que no hubiese sido necesaria, pero la realidad en México era otra: las condiciones de la histórica discriminación hacia la mujer en la vida política crecía y crecía y se coincidio que la desigualdad política entre mujeres y hombres había llegado a niveles históricos y que por esta realidad el camino hacia la deseada igualdad tardaría mucho más en llegar, aunque poco a poco ya había crecido la presencia femenina en los congresos. 

La reforma más importante en este sentido fue promulgada el 31 de enero de 2014 que esrtablece que el Congreso de la Unión deberá expedir la Ley general que regule los procedimientos electorales  “para garantizar la paridad entre géneros en candidaturas a legisladores federales y locales”. Esto es también una responsabilidad directa de los partidos políticos. Las elecciones federales de México de 2021, denominadas oficialmente como Proceso Electoral Federal 2020-2021, son los comicios  intermedias que se llevarán a cabo el 6 de junio próximo. En está ocasión se elegirán a los quinientos miembros de la Cámara Federal de Diputados y debido a la reforma electoral de 2014, se elegirán además  los puestos a cargos federales y locales en treinta y dos entidades federativas del país. ​

Desde 1979, cuando Griselda Álvarez Ponce de León se convirtió en la primera gobernadora en el estado de Colima y Beatriz Paredes Rangel fue la primera en ocupar el puesto de presidenta de la Cámara de Diputados, ambas de la mano del PRI, el número de mujeres en cargos políticos ha aumentado considerablemente.

En comparación con las últimas elecciones celebradas, la cifra aumentó considerablemente: las candidatas a gubernaturas en el sexenio 2012-2018 fue de 42; para este 2021, según los registros del INE,  hay cuatro candidaturas nuevas, de las cuales algunas son independientes o por coaliciones.

En muchos estados, la presencia de mujeres candidatas se ha incrementado.

Desde 1979 hasta la fecha, en el INE se han registrado 181 mujeres a gubernaturas en todo el país, sin embargo, únicamente ha habido ocho victorias (electas e interinas): Griselda Álvarez en Colima (1979-1985), Beatriz Paredes en Tlaxcala (1987-1992), Dulce María Sauri Rancho en Yucatán (1991-1994, Rosario Robles Berlanga como interina en el entonces Distrito Federal (1999-2000), Amalia García Medina en Zacatecas (2004-2010), Ivonne Ortega Pacheco en Yucatán (2007-2012), Claudia Pavlovich Arellano (2015-2021) y Claudia Sheinbaum Pardo en la Ciudad de México (2018-2024).

Las únicas mujeres que han sido candidatas a la Presidencia de la República en México han sido Rosario Ibarra de Piedra (1982 y 1988), Cecilia Soto y Marcela Lombardo (1994), Patricia Mercado (2006), Josefina Vázquez Mota (2012) y Margarita Zavala (2018) . Ibarra de Piedra, Soto, Lombardo y Mercado han representado opciones de izquierda; Vázquez y Zavala, de derecha.  Por el PRI, que gobernó por más de 70 años consecutivos, nunca hubo una candidata presidencial.

La paridad electoral habría llevado a que las mujeres a tener mayor poder de decisión en los partidos políticos, a que se tomen decisiones más compartidas en cuestiones vinculadas con toda la población. La paridad de candidaturas habría ayudado a  eliminar la exclusión estructural de las mujeres en la sociedad.