Por Enrique Fernández

Enrique Fernández
“En octubre les dijimos que no a los políticos y ahora les volvimos a decir que no”, decía eufórico un transeúnte en Santiago, después del terremoto político que dejaron las cuatro elecciones del fin de semana.
Lo que este elector no sabía fue la réplica que tendría el terremoto: Ocurrió dos días después, el martes 18 de mayo, cuando se cerró el plazo legal para inscribir candidaturas presidenciales a las elecciones primarias del próximo 18 de julio. Fue tan violenta esa réplica, que el eje de la centro-izquierda se anduvo corriendo más hacia la izquierda.
Fue así como el Partido Socialista (PS) y su candidata Paula Narváez se acercaron al Partido Comunista (PC). Lo que buscaban era retomar esa antigua hermandad que los unió hace medio siglo, en la Unidad Popular que llevó al poder al Presidente Salvador Allende. La idea era llegar a la primaria con Narváez (PS), Ximena Rincón (DC), el líder comunista Daniel Jadue y el candidato del Frente Amplio (FA) Gabriel Boric, Pero los comunistas, aliados ahora con el Frente Amplio, no recibieron de buena manera a sus antiguos hermanos de lucha, porque eso significaba aceptar a otros amigos de la centro-izquierda que no les caen bien: el Partido por la Democracia y los radicales.
Ante tal desaire, mientras seguía temblando al anochecer del martes y se acercaba el cierre del plazo legal para inscribir candidatos, los socialistas intentaron recuperar su amistad con la Democracia Cristiana. Por algo ambos partidos fueron buenos aliados por más de 30 años tras el fin de la dictadura. Pero a cambio de conservar esa amistad el PS sugirió que la DC sacara a Ximena Rincón de la carrera presidencial que debe culminar el domingo 21 de noviembre. Ahí vino un nuevo movimiento de las placas subterráneas que dejó a la centro-izquierda a la intemperie: Ximena Rincón renunció a su candidatura y Paula Narváez no pudo inscribir la suya.
Y todo fue consecuencia de las elecciones del sábado y domingo, de la que surgieron los 155 miembros de la Convención Constitucional, que redactará la nueva Constitución Política de la República. Entre esos convencionales, los votantes dieron la mayoría a 88 delegados independientes, que representan el 57% de la asamblea.
Pero ¿son realmente independientes?
Algunos de ellos, como el periodista Bernardo de la Maza, aparecen vinculados a la derecha liberal. Otros, como el abogado Fernando Atria, representan al mundo socialista. Y la mayoría de los convencionales independientes son “independientes de izquierda”.
En suma, en la Convención Constitucional predominan las corrientes de izquierda… hasta ahora. Y es hasta ahora, porque si son “independientes de verdad”, como dice el eslogan de una radio, un día pueden votar en favor de la nacionalización del cobre y después apoyar alguna norma que permita la inversión de capitales extranjeros en la minería.
El cuadro se complementa con 17 representantes de pueblos originarios (10,9%) y 50 militantes de partidos políticos (32%). Entre ellos, la coalición derechista del Presidente Sebastián Piñera obtuvo 37 convencionales, (23,8%) lejos del tercio que deseaba para ejercer derecho a veto en las reformas que la Convención apruebe.
La derecha, sin embargo, no se descontroló por el resultado electoral. Inscribió para las primarias a cuatro candidatos: Joaquín Lavín (UDI), Mario Desbordes (RN), Ignacio Briones (Evópolis) y Sebastián Sichel (independiente). Sus dirigentes vislumbraban la derrota del domingo, desde que en el plebiscito de octubre pasado la opción “Apruebo” obtuvo el 80% en favor de una nueva Constitución. También era previsible desde el punto de vista de la encuesta CEP (Centro de Estudios Públicos), la de mayor prestigio en el país, que a fines de abril determinó que un 98% de los chilenos no cree en los partidos políticos y ratificó el bajo respaldo que tiene el Presidente Piñera..
Pero desde la derecha extrema, representada en la Convención por la profesora de Filosofía Teresa Marinovic, surgen voces que responsabilizan a Piñera por esta debacle. Una antigua exponente de este sector, la ex panelista de televisión Patricia Maldonado, no pudo evitar desahogarse, a través de sus comentarios periódicos en un canal de Youtube. Con su habitual vehemencia y en un tono algo burlón, la comentarista de farándula dijo:
“Quiero felicitar al Presidente de la República, don Sebastián Piñera Echeñique, por haber entregado en bandeja este país al comunismo. Lo felicito, porque yo creo que aunque usted se hubiera propuesto hacerlo, no lo habría hecho tan bien”.
Y con aire amenazante, agregó:
“Lo que usted no quiere entender, señor Presidente, con todo el respeto que usted se merece, es que usted va a ser juzgado igual. Usted no va a salir limpio de esta guerra. Va a salir más sucio que cualquier Presidente de la historia. Usted va a ser juzgado en la historia de este país como uno de los presidentes más traidores, más desleales, más cobardes”.
Guardando las proporciones del caso, estas acusaciones al mandatario evocan lo que sucedió en 1967, cuando el brasileño Fabio Vidigal Xavier da Silveira, miembro de la organización ultra conservadora Fiducia (Defensa de la Propiedad, Familia y Propiedad) acusó al entonces presidente Eduardo Frei Montalva de “pavimentar el camino al comunismo”. Lo hizo mediante la publicación de un libro que tituló “Frei, el Kerenski chileno”, en alusión al gobernante ruso Aleksandr Kerenski, que no pudo impedir la revolución bolchevique que estalló en octubre de 1917.
Frei Montalva fue el Presidente demócrata cristiano que entregó la banda presidencial a Salvador Allende, el 3 de noviembre de 1970, para iniciar la transición chilena al socialismo que caería tres años después bajo las balas de un golpe militar.
Efectivamente empezó la ERA de los INDEPENDIENTES en Chile, cansados la inmensa mayoría de los chilenos de seguir apoyando a los políticos de dos caras, una para captar el apoyo del pueblo, de los trabajadores y ya electos, se sacan la careta y legislan para los grupos económicos, para las multinacionales, para el capital extranjero, para las 4 o 5 familias que se repartieron Chile y en definitiva, para los que le untan la mano, que es el fin primero y último de los políticos, naturalmente que incluidos nuestros gobernantes: Frei llevó a Chile a los Record Guinness ya que somos el único país en el mundo que el agua está en manos privadas, Lagos el líder que nos traicionó a todos los chilenos, traspasando las pérdidas de las AFP a los cotizantes y la Bachelet para no ser menos, cambió la proyección de vida de 85 años a 110 años y con eso logró las pensiones que tenemos y naturalmente por favorecer a las AFP, en resumen, nunca más un representante de partidos políticos contará con nuestro apoyo, los que somos el 95% de los chilenos que no pertenecemos a partidos políticos y que estoy cierto que en noviembre próximo llevaremos a la Presidencia de CHile a CAROLA CANELO FIGUEROA, hija de padres profesores, independiente, no pertenece a ningún grupo económico, Abogada ( brillante alumna que obtuvo dos becas Presidente de la República para estudiar leyes en Chile y un máster en el extranjero ) , Académica de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, que tuvo la entereza de demandar al Rector de la Universidad de Chile, su Jefe, por no querer transparentar los sueldos de los profesores de la Universidad, tapando los pagos políticos con sueldos millonarios a los políticos de turno, le ganó la demanda en la Corte Suprema y se la volvió a ganar en el Tribunal Constitucional, esa actitud, ese hecho la refleja de cuerpo entero, es una mujer integra, transparente, que se la juega y que es la líder que va a conducir los destinos de nuestra patria en los próximos 4 años, para parar la corrupción, la delincuencia, incluidos los de cuello y corbata y hará de Chile una democracia participativa, no delegada a los partidos políticos, donde la justicia social y la igualdad ante la ley, será su principal bandera de lucha. El 95% de los chilenos que no militamos somos la mayoría y por eso la certeza de ganar en la próximas elecciones con CAROLA CANELO FIGUEROA.