Al menos 5.000 migrantes, entre ellos 1.000 menores, llegaron este lunes por tierra o por mar al enclave español de Ceuta desde el vecino Marruecos, un «récord», en un contexto de tensiones entre Rabat y Madrid.
Hasta el miércoles, unas 4.800 personas habían sido devueltas a Marruecos, dijo el Ministerio del Interior español, informando que muchas se habían ido voluntariamente.
A principios de esta semana, alrededor de 8.000 personas lograron nadar hacia la valla fronteriza del enclave español de Ceuta, y por definición, la Unión Europea, después que Marruecos suspendiera repentinamente sin explicación los controles de seguridad a lo largo de la costa mediterránea.
Las relaciones se han complicado entre Marruecos y España por el tema de los inmigrantes y la ayuda de España al líder del movimiento secesionista del Sahara Occidental enfermo de coronavirus.
Los medios españoles dijeron que la medida fue deliberada, ya que, según informes, el gobierno marroquí está molesto porque Madrid permitió la entrada de Brahim Ghali, el secretario general del movimiento Frente Polisario de Sahara Occidental. El movimiento busca la independencia del disputado territorio del norte de África. Marruecos se apoderó del Sáhara Occidental en 1975 después de que España se retirara de la región. Reclama el área como parte de su territorio. El Frente Polisario busca la independencia territorial.
Ghali ha sido tratado en España por el coronavirus desde abril. Sin embargo, Marruecos lo ve como un criminal de guerra, que criticó la decisión de España de ayudarlo como injustificable.
Mientras tanto, Marruecos había decidido llamar a su embajadora en España, Karima Benyaich, «para consulta», dijo la agencia estatal de noticias de Marruecos MAP el martes por la noche, citando una fuente diplomática.
El Ministerio del Interior español anunció el lunes por la noche el refuerzo inmediato de los efectivos de la guardia civil y de la policía nacional con 200 agentes adicionales.
Los migrantes llegaron por el mar a nado, utilizando en ocasiones flotadores o embarcaciones inflables, e incluso a pie cuando la marea lo permitió. Otros atravesaron la frontera terrestre.
Ceuta y Melilla, el otro enclave español norafricano (ver mapa de portada), son las únicas fronteras terrestres de la Unión Europea con África, lo que los ha convertido en dos importantes puntos de entrada de migrantes irregulares en busca de una mejor vida.
Cientos de personas siguen dirigiéndose, en una ola imparable que ha durado toda la jornada del lunes y se prolonga durante esta madrugada, desde la localidad de Fnideq (Castillejos) para cruzar hacia Ceuta, en una avalancha de inmigrantes sin precedentes, indicó por su parte la agencia Efe.
Familias enteras con niños, jóvenes, pero sobre todo muchos menores de edad no acompañados, además de un número menor de subsaharianos, todos se dirigían sin dudarlo hacia la frontera con Ceuta con el objetivo de atravesar hacia el lado español ante la aparente indiferencia y escaso control de las fuerzas de seguridad marroquíes.