Por Martín Poblete Pujol

Como en el rodeo, algunos se preparan otros se quedan al aguaite; estamos a menos de una semana de la noche del domingo 16 de mayo, cuando se darán a conocer los resultados de cuatro elecciones en Chile bajo singulares condiciones de pandemia y emergencia sanitaria nacional con votación en dos días, el sábado 15 y el domingo 16 de mayo, algo nuevo para los chilenos.

Bien vale hacerlo notar, el bien probado sistema electoral del Reino Unido tuvo elecciones locales postergadas del 2020, el jueves recién pasado; por razones vinculadas a la pandemia algunos distritos de Gales, norte de Inglaterra y Escocia extendieron la votación hasta el viernes, el sábado en la mañana todavía estaban contando votos, al final todo bien, elección y escrutinio limpios, no hubo reclamos. La cuestión es que bajo circunstancias excepcionales con votación en dos días, el escrutinio puede demorar más de lo acostumbrado, algo a tener en cuenta considerando especialmente la elección de constituyentes.

Se trata de centrar la atención en las circunstancias bajo las cuales los  actores políticos llegan a una elección, en dos días, de cuatro magistraturas diversas.   Tomando en cuenta por un lado la fragmentación de la oposición, de otro la unidad relativa de la coalición de gobierno, es posible proyectar tres posibles variantes del resultado, al final una sola variable tendrá lugar, está por verse cual.  Jugarán sus roles los votos y porcentajes obtenidos por las principales fuerzas políticas, las correlaciones al interior de pactos y coaliciones, el análisis de los resultados en las elecciones del 2017, mientras se van tejiendo y destejiendo las identidades, las certezas, las incertidumbres.

La primera opción descansa en una percepción transversal por toda la oposición, en este enfoque los ciudadanos llegarán a votar entendiendo las cuatro elecciones como referéndum sobre la persona del Presidente Sebastián Piñera y su Gobierno.

De darse las elecciones dentro de ese marco de referencia, las coaliciones y partidos opositores podrían obtener significativas victorias en alcaldes, concejales y gobernadores regionales; en la de convencionales a la Constituyente, podrían ganar mayoría considerable.

Los partidos de la coalición Chile Vamos recibirían duro castigo, tal vez conseguirían defender alcaldes y concejales, elegir algunos gobernadores regionales, amparados en su lista única frente a la variedad opositora;  en la Constituyente, a pesar de ir en coalición con el Partido Republicano, quedarían rasguñando el 34% de los convencionales, sería un tercio débil, frágil, vulnerable.

De reflejarse en votos las percepciones de Sebastián Piñera y su gestión de gobernante, registradas en varias encuestas y sondeos de opinión, esta opción tendría altas posibilidades de materializarse, a pesar de la fragmentación del espectro opositor

La segunda opción: Los partidos de la coalición Chile Vamos consiguen amortiguar el castigo, defienden todos sus alcaldes y concejales; apoyados en la unidad de su lista frente a la dispersión opositora, ganan varios gobernadores regionales.

En la elección a la Constituyente,  apoyados por el Partido Republicano, quedan dándole vueltas al 40% de los convencionales, sería un tercio más firme, defendible.    En elecciones con sistema proporcional d’Hont, la dispersa fragmentación de fuerzas empieza a pasarle la cuenta a los diversos partidos de oposición.

La tercera opción es una posibilidad distante, bastante remota, improbable pero no imposible.   En esta variable, los ciudadanos deciden dejar a Sebastián Piñera y su Gobierno ahí dónde están, votan con otras consideraciones en mente;  el 20% por ciento que marcó “Rechazo” en el plebiscito constitucional del 2020 sale a votar, es electorado duro de derecha, los partidos de la coalición Chile Vamos retienen su poder electoral, defienden a todos sus alcaldes y concejales, ganan municipalidades antes con alcaldes de oposición, ganan clara mayoría de gobernadores regionales. En la Constituyente, marcan alrededor del 44% de los votos, al ir en lista única frente a la dispersión opositora, el sistema proporcional los deja con alrededor del 50% de los convencionales.

En política nadie ha logrado clavar la rueda de la fortuna. Cualesquiera de las tres opciones delineadas puede darse con lineal claridad, pero también pueden incluir elementos de las otras dos.  Reanudaremos la conversación el lunes 17 de mayo en la mañana, temprano.